Al termino del sexenio de Felipe Calderón, las entidades con el mayor número de casos de secuestro aumentaron significativamente. Además, México es hoy el segundo país en el mundo con mayor número de plagios, después de Nigeria.
Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).– “Fue al aire libre, en la calle, en un lugar no muy transitado, así como te lo platico. Se acercaron en un coche, armados, lo primero que hacen es amagarte con una pistola, buscar tu parte débil, taparte y vámonos… Me subieron a un camión, o a un tráiler –hasta la fecha, la víctima no sabe a ciencia cierta en qué fue transportado–. Siempre encapuchado. Con venda en los ojos”. La travesía duró varios días, menciona. Tiempo después sabría que fue trasladado al sureste de México.
“Estuve tres días en algún lugar, en alguna casa de seguridad”, precisa el empresario mexicano. Conforme avanza su relato, se percibe la fortaleza emocional que le dio superar tan tremenda experiencia de vida. “Después de ahí me trasladaron a mitad de la selva, siempre vigilado hasta el día que me soltaron… Quiero pensar que ellos pensaron que ya estaba muerto, y es que tenía muchas fracturas en la cara, tenía fracturas en el cuerpo, quedé sordo…”.
–¿Sordo?, pregunto.
–Juegan contigo, prosigue, que te van a matar… En una de esas soltaron el tiro (del gatillo de una pistola) y perdí totalmente la audición.
“Cuando abrí los ojos ya no estaban mis captores”, expresa. Su siguiente recuerdo tarda en relatarlo… En automático su mirada se torna triste y se pierde en la fotografía de su abuelo, que cuelga de una de las paredes de su oficina. “Tuve que caminar hasta una carretera en calzones, en ropa interior, desorientado, débil, afortunadamente se paró una persona y me llevó a un poblado siguiente donde no me ayudaron”. El empresario explica que no sólo no recibió ayuda, sino que fue detenido por la policía dos días más: “por sospechoso”. Y es que, admite, su aspecto era desastroso. “No podía hablar, tenía muy mal la boca. Tenía muy mal las manos”. Actualmente, refiere, ambas partes están “llenas de cirugías”.
Han pasado algunos años desde aquél infierno. Hoy este hombre de altura y mirada compasiva, pide no mencionar su nombre por cuestiones de seguridad. Y es que esto, explica, es una de las principales cosas que te piden quienes te capacitan para no volver a ser secuestrado en México. Después del secuestro “me tuvieron que rearmar con alambritos”, comenta en tono irónico. Desde el plagio hasta la fecha, le han realizado varias operaciones para reconstruir su caja toraxica, manos y cara.
MÉXICO, SEGUNDO LUGAR MUNDIAL EN SECUESTROS: CONTROL RISK
México es considerado el segundo país en el mundo con mayor número de secuestros, después de Nigeria, precisa “Control Risk”, consultoría de Riesgo Internacional, con oficinas en 33 naciones, de los cinco continentes. De acuerdo con el informe Risk Map 2013, Gavin Strong, analista de riesgos de esa consultora, asegura que aunque habrá prioridades importantes como el fomento al crecimiento económico, el tema sobre seguridad se mantendrá como el riesgo más inmediato en el país, durante el desempeño de Enrique Peña Nieto como Presidente de México.
En este informe del especialista en temas de seguridad para México y América Latina, se detalla que en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006–2012) y su denominada guerra contra el narcotráfico, las entidades mexicanas fronterizas de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua eran las únicas que registraban una grave situación de inseguridad. Pero actualmente el número de entidades en esa situación aumentó y, por ejemplo, San Luis Potosí, Veracruz, Guerrero, Jalisco, Durango, Michoacán presentan actualmente graves problemas y presencia de delincuencia organizada.
La consultoría internacional, dedicada a ofrecer a sus clientes asesorías estratégicas a fin de comprender riesgos y oportunidades en distintos países, precisa además que la cruzada antidrogas lanzada por Calderón Hinojosa afectó las operaciones de distintos cárteles, por lo que estas organizaciones ingresaron en nuevos negocios basados en crímenes de alto impacto. Y dentro de este nuevo escenario se incluye ahora la operación de grupos delincuenciales de menor escala que representan una amenaza a la seguridad.
Pero el desalentador panorama que arroja Control Risk, sobre la situación de México en materia de seguridad, contrasta con el que plantea el actual Gobierno Federal. Ejemplo de esto es que de acuerdo con el “Fondo de aportaciones para la seguridad pública de estados y DF, del ejercicio fiscal 2013”, se asegura un ligero descenso en el número de secuestros perpetrados en territorio mexicano entre 2011 y 2012.
Este documento, emitido por la Secretaría de Gobernación (Segob) y publicado a inicios de este 2013, precisa que en 2011 se registraron, oficialmente, un total de mil 344 secuestros en México (perpetrados entre el 1 de enero y el 31 de octubre). Para 2012, según el mismo documento, se observa un ligero descenso, al registrarse, en ese mismo periodo de tiempo, mil 43 plagios.
Además de ofrecer las cifras oficiales más actualizadas en materia de este delito de alto impacto, se precisa el total de secuestros denunciados en cada entidad federativa durante 2012, con base en información proporcionada por las propias procuradurías de justicia estatales. En ese sentido se destacan los 10 estados con mayor incidencia en este delito:
Pero estas cifras oficiales, en opinión del doctor Pedro Isnardo de la Cruz, de la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), deben tomarse con cierta reserva, y es que los datos duros, considera, “no son confiables por definición”, aunque sean un referente que sí se deba considerar. Para el investigador actualmente no existe un reconocimiento oficial, ni presidencial, “sobre lo delicado que se encuentra el tema del secuestro en este país”, al grado que con las cifras oficiales “muchas veces se busca opacar, e incluso ocultar, para no generar mayor preocupación, zozobra”, en la población.
En ese tenor considera que para que los datos emitidos por el Gobierno de México sean lo suficientemente creíbles se necesita acompañarlos de la acreditación de instituciones de derechos humanos, o de organismos internacionales, que tengan suficiente experiencia en la materia, a fin de que no se inflen u oculten cifras, y se sesgue estadísticamente la dinámica delictiva.
VACÍO DE ESTADO, IGUAL A IMPUNIDAD
Directivos de Cispe, empresa mexicana especializada en adiestramiento y capacitación de alto impacto, quienes solicitan a esta reportera omitir sus nombres, consideran que el tema del delito del secuestro en México se complicó a raíz de la estrategia implementada por el entonces Presidente Felipe Calderón, contra la delincuencia organizada.
“Se empezó a complicar el trasiego de droga; en la parte financiera también se le estuvo atacando con bastante fuerza. Entonces, qué es lo que hace una organización que tiene armas, vehículos pero no puede llevar a cabo su objetivo principal que es el trasiego de droga, o la venta de droga. (…) Tú tienes que seguir obteniendo este recurso, entonces lógicamente utilizas a esta estructura que tú ya tienes para seguir obteniendo dinero, entonces empiezas a cobrar piso, empiezan los secuestros, las extorsiones, (…) por eso fue que aumentaron”.
Sobre este mismo punto, el también coordinador de investigación de la Escuela de Trabajo Social de la UNAM, considera que el aumento de plagios en México en los últimos años responde a la ausencia de un sistema gubernamental que dé certeza de haber madurado en cuanto a prevención y capacidad de contención en este delito, lo que puede ser traducido como un mensaje de impunidad para quienes cometen este ilícito.
Por un lado hay “un vacío de Estado, un vacío de atención institucional del Estado”, y por el otro, “peor aún, hay una fusión entre personas, delincuentes que se dedican por oficio de vida al secuestro”, redes de bandas que se involucran con esta dinámica “o que la ven como una dinámica donde la garantía es la impunidad y el lucro”.
EN MÉXICO, YA CUALQUIERA ES SECUESTRABLE
Quienes dirigen Cispe, consideran que actualmente ha cambiado el perfil de las personas “secuestrables” en territorio mexicano. Dichos especialistas que ofrecen a empresarios e instituciones gubernamentales en México capacitación en temas de seguridad, con instructores certificados en países como Israel, Estados Unidos y Colombia, consideran que ante la desesperación por recursos, los delincuentes ya no se enfocan en seleccionar sólo a millonarios.
Su objetivo ya no son sólo personas que puedan manejar mucho dinero. Muchas veces mejor seleccionan “un perfil más bajo que deje equis cantidad de dinero, menor, pero en menor tiempo, entonces aquí el objetivo es que sea fácil y que se obtenga dinero y que sea rápido”.
Hay quienes manejan autos no muy llamativos, pero tendiendo un poco más a lo lujoso. Entre este sector, destacan los especialistas en seguridad, se encuentran muchas veces los micro o pequeños empresarios, quienes no tienen una estructura muy grande, pero que lógicamente ya tienen un poder adquisitivo.
Y destacan lo siguiente: “Si tú traes un carro que vale arriba de 300, 400, 500 mil pesos, pues la matemática te dice que si traes rodando 500 mil pesos, lógicamente, ¿cuánto tienes en el banco, y cuánto tienes en tu casa? Porque si tu vehículo costó 500 mil pesos, tu casa mínimo te costó millón y medio, dos millones, haciendo cuentas muy económicas. Esto, más el negocio que tengas, más lo que tienes en el banco, entonces claro que es una atenta invitación a ser víctima de secuestro”.
En este tenor, los especialistas de Cispe destacan que muchas veces los pequeños o medianos empresarios no se dan cuenta de su nueva situación. “Hay empresarios que tienen un negocio y viven en una colonia normal, de nivel medio, pero les va muy bien. Y poco a poco van generando más ingresos, pero no se dan cuenta que ya son un perfil, un candidato a secuestro”. Están tan metidos en su trabajo, explican, que no se han dado cuenta que al tener más sucursales, por ejemplo, “ya cambió totalmente mi esquema de seguridad y ya me convertí en una clara víctima o un claro objetivo de la delincuencia”.
“YA NO HAY OFICIO”, HOY CUALQUIERA ES SECUESTRADOR
Hoy en día muchas de las personas que cometen el delito del secuestro no son “gente que se dedique por oficio”, expone el investigador de la UNAM, Pedro de la Cruz. Cometen este ilícito “por accidente, por azar, muchas veces por necesidad”. Entonces la falta de pericia o su inexperiencia trae como consecuencia que “a las víctimas se les exponga de una manera brutal a ser lesionada, víctima de manera brutal”.
En ese sentido el también catedrático de la UNAM, señala que actualmente muchos de quienes cometen este ilícito desconocen que secuestrar “es todo un oficio”. Carecen de una fortaleza psicológica. “Quién va a conseguir el botín; quién va a preservar la vida de la víctima; quién va a llevar las comunicaciones; quién va a sostener la mediación con las familias; quién va a ver (vigilar) que los cuerpos policiacos no estén presentes en la dinámica del secuestro”. Son muchos factores de ausencia de profesionalismo en este ilícito, abunda.
Actualmente el escenario en México es desolador, considera el académico de la UNAM: “Es un escenario poco afortunado y al mismo tiempo, poco esperanzador para cualquier persona que entre en una reflexión sobre lo que está pasando en la vida pública del país y en su economía. Cada vez reina más el azar, y en la medida que reine el azar, la vulnerabilidad del ciudadano común, de aquél que quiera apostar por su progreso personal y familiar, se vuele más fuerte”.
EMPRESAS DE SEGURIDAD, ¿UNA BUENA OPCIÓN?
–¿Después del secuestro cambió su vida?–, pregunto.
–Por supuesto que cambió mi vida–, responde el empresario mexicano, quien explica que ya no asiste a lugares concurridos y abiertos. “Si son concurridos y sin ningún control, no voy. A mis hijos tampoco les permito que vayan”. Además de lo anterior, continua, evita actuar de forma repetitiva y maneja distintos horarios en sus labores cotidianas. Además, “todos saben perfectamente a dónde voy y estoy comunicado las 24 horas”. Esta serie de acciones, explica, son de las principales cosas que te enseñan las empresas de seguridad, cuando tomas sus cursos.
En su opinión, cuando has sido víctima de un secuestro es necesario tomar algún curso antisecuestro, para “que sepas cómo defenderte, sobre todo cuando tienes familia, y sepas qué debes de hacer. A veces recibimos consejos de todos y es la peor acción que puedes tomar. ‘Que si llamas a la policía, que si no llamas a la policía, que si haces esto, o lo otro’… Hay formas profesionales de hacer las cosas, yo estoy seguro que cuando suceden este tipo de cosas tienes que ir con los especialistas”.
Pero advierte: “hay que tener mucho cuidado a qué empresa vas a contratar. Hoy en día veo muchas empresas de seguridad que no tienen la suficiente capacitación. Muchas sí han pasado las pruebas, pero la gran mayoría son ‘patito’, y no saben ni de dónde vienen sus elementos”.
Ante la complicada situación que prevalece en territorio mexicano lo principal es la prevención, asegura uno de los directivos de Cispe, empresa mexicana certificada por la National Safety Council. “¿Y qué es la prevención? Anticiparte a una situación. Y cómo te vas a anticipar, pues logrando reaccionar de una manera correcta, preparándote. ¿Y para qué te preparas? Para lo peor”, explica.
“Generamos esquemas de seguridad que nuestros clientes pueden realizar. Esquemas de seguridad muy sencillos, con cuatro puntos que tienen que implementar todos los días de su vida y que son: prevención, detección, distancia y evacuación”, añade.
Al preguntársele sobre cuál de los servicios que ofrece Cispe es, en últimas fechas, el más solicitado por sus clientes, responde que dos: “Manejo evasivo y táctica antisecuestro (prevención de delitos, técnicas de seguridad y curso de manejo en situaciones de alto estrés), primero. Y el curso de protección a funcionarios y capacitación de escoltas, el segundo”.
“Te voy a poner el típico ejemplo: En la Ciudad de México te matan por 500 pesos. Pues no, la realidad es que no es cierto. A nadie lo matan por 500 pesos… Lo que pasó es que fue una víctima de robo y lo que se quiso hacer fue una maniobra evasiva; quiso huir de pronto, o quitarle el arma (al delincuente). Quiso evadir esta situación, y como no tuvo una prevención, como no tuvo una detección –es decir, que no sabes cuántas personas vienen a agredirte–, a lo mejor desarmó a una persona, golpeó al delincuente (…) pero si no cumplió con estos puntos se va a dar cuenta que hay más personas que venían con el (delincuente) y ahí es donde te matan”.
Informes recientes, del Consejo Nacional de Seguridad Privada revelan que en territorio mexicano operan alrededor de 8 mil 500 empresas que ofrecen sus servicios en materia de seguridad privada, pero sólo 880 cuentan con registro para operar en ese ramo, ante la Secretaría de Gobernación, y otras mil 120 tienen permisos de gobiernos estatales.
“APRENDER A VIVIR CON ESO”
–¿Se puede vivir tranquilo después de un secuestro?, pregunto al empresario.
–Aprendes a vivir con eso–, responde esbozando apenas una ligera sonrisa.
“Por supuesto que tienes que trabajar en el tema personalmente”, prosigue mientras se reincorpora correctamente en su silla. “Tienes que meditarlo, reflexionarlo, platicarlo, ir a consulta, ver profesionales”. Sobre todo, subraya, “hay aprender que te puede ocurrir a ti, a mí, y a cualquier persona”. Y aún con todo, asegura el hombre que rebasa los 50 años de edad, “sigo creyendo en mi país y sigo trabajando”.