Los fósiles de estos perezosos demuestran que su tamaño era similar al de un elefante moderno. Su muerte pudo deberse a una sequía o una enfermedad provocada por beber agua contaminada.
Ciudad de México, 05 de mayo (RT).– Un grupo de investigadores encontró los fósiles de 22 perezosos terrestres gigantes de la Edad del Hielo, del tamaño de elefantes modernos, que murieron hace unos 20 mil años, y descubrió la posible causa de su deceso, según el reciente estudio publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.
Los restos de los perezosos terrestres gigantes de la especie Eremotherium laurillardi, así como los de un antiguo caballo, ciervo, una pampa y una gomera, fueron excavados en el Tanque Loma, en la península de Santa Elena, en Ecuador. 15 de los ejemplares eran adultos, el resto eran subadultos y juveniles, y un par de ellos eran tan pequeños que podrían haber sido recién nacidos o incluso fetos.
Aunque los fósiles se conservaron en asfalto, los autores del estudio no encuentran ninguna evidencia de que los animales cayeran en un pozo de alquitrán, se atascaran y murieran allí. La muerte pudo ser resultado de una sequía o una enfermedad provocada por beber agua contaminada con sus propios excrementos, situaciones observadas entre las poblaciones de hipopótamos en los abrevaderos de la actual sabana africana.
El estudio de los restos fue dirigido por Emily Lindsey, paleontóloga de la Universidad de California (EU), quien también es directora del sitio de excavación del Rancho La Brea en Los Ángeles.
“Durante años, todo el mundo ha pensado en el clásico escenario de los pozos de alquitrán de La Brea, donde un gran herbívoro se atascaba, luego un montón de carnívoros se sentían atraídos por el animal atrapado y se quedaban atascados, luego los pájaros se atascaban, los insectos se atascaban, etc.”, afirmó la experta a Gizmodo y explicó: “¡Nadie se atascó en el Tanque Loma! Los animales murieron en un entorno acuático como muchos otros yacimientos fósiles, y los huesos se conservaron de forma fortuita gracias al asfalto filtrado”.
“Me sorprendió cuando me di cuenta por primera vez”, añadió Lindsey.
Sin embargo, aparte de algunas conchas, el equipo de investigadores no encontró fósiles acuáticos en el lugar de excavación: solo se descubrió una gran cantidad de restos de plantas pequeñas.
“El Tanque Loma presenta una rara acumulación de fósiles que proporciona datos muy relevantes”, subrayó José Luis Román-Carrión, paleontólogo de la Escuela Politécnica Nacional (Ecuador) y agregó: “Ahora sabemos que el Eremotherium vivía en grupos y tenía un comportamiento parental. […] También tenemos este tipo de evidencia de otro perezoso terrestre gigante, el Oreomylodon wegneri, del valle de Quito”.