Karakulov era el responsable de asegurar comunicaciones protegidas, pero se vio en la necesidad de huir y hablar, a pesar de los riesgos para él y su familia.
Por Erika Kinetz
Londres, 5 de abril (AP) — El 14 de octubre, un ingeniero ruso llamado Gleb Karakulov tomó un vuelo de Kazajistán a Turquía con su esposa y su hija. Apagó el teléfono para evitar el crescendo de mensajes urgentes y llenos de rabia, se despidió de su vida en Rusia y trató de calmar su corazón, que latía a toda velocidad.
Él no era un desertor ruso cualquiera. Karakulov era un oficial del hermético servicio de seguridad personal del Presidente Vladímir Putin. Este ingeniero de 35 años es uno de los pocos rusos que han huido y han hecho públicos detalles privados de la vida de Putin, así como información potencialmente confidencial.
Karakulov, responsable de asegurar comunicaciones protegidas, dijo que se vio en la necesidad de huir y hablar, a pesar de los riesgos para él y su familia, debido a su oposición moral a la invasión rusa de Ucrania y su miedo a morir allí.
“Nuestro Presidente se ha convertido en un criminal de guerra”, manifestó. “Es hora de poner fin a esta guerra y dejar de mantenerse callado”.
El relato de Karakulov coincide en general con otros que describen al presidente ruso como un líder antaño carismático pero cada vez más aislado, que no utiliza el celular ni internet y que insiste en tener acceso a la televisión estatal rusa dondequiera que vaya.
También reveló nuevos detalles sobre cómo la paranoia de Putin parece haberse agravado desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. Putin ahora prefiere evitar los aviones y viajar en un tren blindado especial, agregó, y ordenó en octubre la creación de un búnker en la embajada rusa en Kazajistán, equipado con una línea de comunicaciones protegidas, la primera vez que Karakulov había cumplido una solicitud de este tipo.
Una deserción como la de Karakulov “tiene un gran nivel de interés”, explica un funcionario con experiencia en seguridad de un país que pertenece a la OTAN y que habló bajo condición de anonimato para comentar asuntos políticos delicados.
“Eso sería visto como un golpe muy grave para el propio presidente porque él está extremadamente interesado en su seguridad y su seguridad está comprometida”, agrega.
El Kremlin no respondió de momento a las solicitudes de comentarios. Tampoco el padre ni el hermano de Karakulov.
Como ingeniero en una unidad de campo de la oficina de comunicaciones presidenciales del Servicio Federal de Protección (FSO), Karakulov fue responsable de establecer comunicaciones protegidas para el presidente y el primer ministro rusos dondequiera que fueran. Aunque él no era un confidente de Putin, Karakulov pasó años a su servicio, observándolo desde lugares inusualmente cercanos desde 2009 hasta finales de 2022.
Karakulov, su esposa y su hija han pasado a la clandestinidad y fue imposible hablar con ellos directamente debido a restricciones por su seguridad.
El Dossier Center, un grupo de investigación con sede en Londres y financiado por la figura de la oposición rusa Mikhail Khodorkovsky, entrevistó varias veces a Karakulov y compartió videos y transcripciones de más de seis horas de esas entrevistas con The Associated Press, así como con la Corporación de radiodifusión estatal danesa, la televisión sueca SVT y la Corporación de radiodifusión estatal noruega.
El Dossier Center confirmó la autenticidad del pasaporte de Karakulov y su tarjeta de identidad laboral emitida por el FSO, y cotejó los detalles de su biografía con los registros del Gobierno ruso, datos personales filtrados y publicaciones en las redes sociales, todo lo cual fue revisado por la AP.
The Associated Press también confirmó de forma independiente la identidad de Karakulov con tres fuentes en Estados Unidos y Europa y corroboró sus datos personales, incluidos números de pasaporte, fecha y lugar de nacimiento, dos domicilios registrados y los nombres y edades de miembros de su familia. La AP no pudo verificar todos los detalles de su deserción.
La AP también confirmó que Karakulov figura como un hombre buscado por el gobierno ruso, según la base de datos pública de sospechosos de delitos del Ministerio del Interior. Ese ministerio inició una investigación penal contra Karakulov el 26 de octubre por deserción durante una época de reclutamiento militar, según documentos obtenidos por el Dossier Center y vistos por la AP.
El FSO es una de las ramas más secretas de los servicios de seguridad rusos.
“Incluso cuando renuncian, nunca hablan, pero ellos conocen muchos detalles de la vida privada del presidente y del primer ministro”, revela Katya Hakim, una investigadora sénior del Dossier Center.
Karakulov se trasladaba como parte de un equipo de avanzada, a menudo con suficiente equipo especializado de comunicaciones para llenar un camión KAMAZ. Dijo haber realizado más de 180 viajes con el presidente ruso y, contrariamente a las conjeturas generalizadas, Putin parece estar en mejor forma que la mayoría de las personas de su edad. Putin sólo canceló algunos viajes debido a una enfermedad, reveló.
A diferencia del primer ministro, Putin no requiere acceso seguro a internet cuando viaja, precisó Karakulov.
“Nunca lo he visto con un celular”, dijo. “Toda la información que recibe es sólo de personas cercanas a él. O sea, él vive en una especie de vacío de información”.
Gracias a su trabajo, Karakulov conoció hoteles de lujo para reuniones cumbre, balnearios en Cuba, yates, y un tren blindado especial equipado para el presidente ruso.
El vagón de Putin se parece a cualquier otro, pintado de gris con una franja roja para confundirse con otros vagones de ferrocarril en Rusia. A Putin no le gusta el hecho de que los aviones pueden ser rastreados, por lo que prefiere el sigilo de un vagón anodino, afirmó Karakulov.
“Entiendo que él simplemente tiene miedo”, comentó.
Putin comenzó a usar el tren regularmente en el período previo a la invasión rusa de febrero de 2022, agregó Karakulov. Incluso el año pasado, Putin siguió insistiendo en la aplicación de medidas estrictas contra el COVID-19, y los empleados del FSO se turnaron en una cuarentena de dos semanas para que siempre hubiera un grupo de personas autorizadas para viajar con Putin en el tren, precisó.
Putin ha ordenado la construcción de oficinas idénticas en varios lugares, con detalles coincidentes en el escritorio y los tapices, y los informes oficiales a veces dicen que está en un lugar cuando en realidad está en otro, según Karakulov y un informe anterior de un medio de comunicación ruso.
Cuando Putin estaba en Sochi, las autoridades de seguridad fingían deliberadamente que él partía, incluso trayendo un avión y despachando una caravana de automóviles, cuando en realidad se estaba quedando, aseguró Karakulov.
“Creo que es un intento de confundir, primero, a los servicios (rivales) de inteligencia, y segundo, para que no haya intentos de asesinato”, declaró.
La deserción de Karakulov fue un giro sorprendente para una familia inmersa en la tradición militar patriótica. El padre de Karakulov es un exmilitar y su hermano es un funcionario de gobierno local.
Karakulov dijo que no le pudo contar a sus padres sobre su desilusión, porque sus mentes ya habían sido moldeadas durante años de ver la televisión estatal rusa. Por eso nunca les dijo que se iba.
Sin embargo, él niega ser antipatriótico y exhortó a otros a que rompan su silencio a fin de detener la guerra. “El patriotismo es cuando amas a tu país”, aseguró. “En este caso, hay que salvar a nuestra patria porque está ocurriendo algo descabellado y terrible”.