ADVERTENCIA: IMÁGENES FUERTES.
El Presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó el martes a los militares rusos de cometer las peores atrocidades desde la Segunda Guerra Mundial y solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU que las tropas del Kremlin sean juzgadas inmediatamente por crímenes de guerra. Pidió la creación de un tribunal similar al que se estableció en Nuremberg para juzgar a los criminales de guerra después de la Segunda Guerra Mundial.
Por Erika Kinetz
BRUSELAS (AP).— Las espantosas imágenes y relatos provenientes de ciudades ucranianas como Bucha luego del retiro de las tropas rusas dan testimonio de una infamia a una escala que hace recordar los actos de barbarie en Camboya, los Balcanes y la Segunda Guerra Mundial.
La pregunta ahora es: ¿Qué hacer con este sufrimiento?
Luego de que las autoridades ucranianas revelaron el hallazgo de más de 400 cadáveres de civiles, se ha formado un coro en los niveles más altos del poder político de Occidente que pide rendición de cuentas, acciones judiciales y castigo.
El lunes, el Presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo que estas muertes eran “genocidio” y “crímenes de guerra”, y el mandatario estadounidense Joe Biden afirmó que su homólogo ruso Vladímir Putin es “un criminal de guerra” que debería ser enjuiciado.
Pero el camino para lograr que el Presidente y otros funcionarios de alto rango de Rusia sean responsabilizados penalmente es largo y complejo, advierten abogados especializados en derecho internacional.
“Indudablemente, el descubrimiento de cadáveres que presentan señales de ejecuciones —como heridas de bala en la cabeza— es evidencia sólida de crímenes de guerra”, dijo Clint Williamson, quien fue Embajador general de Estados Unidos para Asuntos de Crímenes de Guerra de 2006 a 2009.
“Cuando las víctimas son halladas con las manos atadas, los ojos vendados e indicios de tortura o agresión sexual, se trata de un caso aún más convincente. Estas acciones no son permitidas bajo ninguna circunstancia, sin importar si las víctimas son civiles o personal militar que fue tomado como prisionero”, manifestó.
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Este artículo forma parte de una investigación en curso de The Associated Press y Frontline que incluye la experiencia interactiva War Crimes Watch Ukraine (en inglés) y un documental próximo.
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No hay razón para creer que los rusos aceptarán haber cometido crímenes de guerra. El Ministerio de Defensa de Rusia aseveró el domingo que “ni un solo civil ha enfrentado un acto de violencia de parte de las fuerzas militares rusas”, y el Ministro ruso del Exterior, Sergey Lavrov, dijo que las escenas de las afueras de Kiev son una “provocación antirrusa orquestada”.
La Corte Penal Internacional, que por lo general sólo juzga a un puñado de perpetradores de alto nivel, ha iniciado una investigación por las atrocidades en Ucrania. Fiscales ucranianos han lanzado miles de pesquisas penales, y fiscales de Polonia, Alemania, Lituania, Letonia, Estonia, Francia, Eslovaquia, Suecia, Noruega y Suiza han abierto sus propias investigaciones. Además, está aumentando el número de exhortaciones para la creación de un tribunal especial que enjuicie a Rusia por el crimen de agresión contra Ucrania.
Para sustentar un caso por crímenes de guerra, los fiscales deben recabar evidencia forense y balística, como lo harían en cualquier caso de asesinato, a fin de establecer la causa y circunstancias de las muertes de las víctimas. También necesitan demostrar que el crimen ocurrió en el contexto de un conflicto armado actual, lo que es claramente el caso de Ucrania.
Para fundamentar un caso por crímenes contra la humanidad, los fiscales deben dejar demostrado además que los crímenes formaron parte de ataques generalizados y sistemáticos contra civiles al, por ejemplo, mostrar patrones de conducta sobre la manera en que la gente fue asesinada en Bucha, Motyzhyn, Irpín y otras poblaciones.
Luego viene la tarea más difícil de establecer quién es responsable, mediante una cadena de evidencia para vincular la escena del crimen con líderes civiles o militares de alto rango. Con frecuencia el primer eslabón de esa cadena es conocer cuáles fuerzas estuvieron presentes cuando se cometieron las atrocidades y bajo órdenes de quién actuaban.
“Si uno desea investigar las cadenas de mando y los perpetradores, es importante analizar y recopilar información sobre dónde se encuentra cada unidad”, afirmó Andreas Schüller, director del Programa Crímenes Internacionales y Rendición de Cuentas del Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos en Berlín. “Uno necesita vincular la evidencia de todo el aparato militar. Los documentos podrían ser filtrados, o testigos podrían hablar y revelar operaciones internas de planeación”.
Que un proceso se pueda llevar hasta las últimas consecuencias —hacer que Putin y otros líderes rindan cuentas de manera individual por crímenes de guerra contra la humanidad— será difícil, sostienen expertos legales.
“Uno debe demostrar que ellos sabían o que ellos podrían haber sabido o deberían haber sabido”, dijo Philippe Sands, un destacado abogado británico y profesor del University College de Londres. “Existe el riesgo real de que uno termine enjuiciando a personas de nivel medio en tres años, y que los principales responsables de este horror —Putin, Lavrov, el Ministro de Defensa, la gente de inteligencia, personal militar y los financieros que lo respaldaron— terminen libres de culpa”.
Sería más fácil pescar a Putin por el crimen de agresión; esto es, el acto de llevar a cabo una guerra despiadada y sin provocaciones contra otro país. Pero la Corte Penal Internacional no tiene jurisdicción sobre Rusia por el crimen de agresión dado que Rusia, al igual que Estados Unidos, no pertenece a la CPI.
En marzo, docenas de abogados y políticos destacados, entre ellos el Ministro ucraniano del Exterior, Dmytro Kuleba, y el exprimer Ministro británico Gordon Brown, lanzaron una campaña para crear un tribunal especial que llene este recoveco legal y enjuicie a Rusia por el crimen de agresión a Ucrania.
Se están llevando a cabo negociaciones sobre cómo crear realmente tal tribunal a fin de que cuente con amplia legitimidad, ya sea a través de un organismo internacional como las Naciones Unidas o bajo los auspicios de varios Estados individuales. El Tribunal de Núremberg fue creado por la Unión Soviética, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia para que los líderes nazis rindieran cuentas después de la Segunda Guerra Mundial.
Sands, el abogado británico, dijo que, sin importar cuál sea su peso legal, las imágenes que están saliendo de Ucrania fortalecen la voluntad política de hacer que Rusia rinda cuentas.
“Sientes que algo se está agitando. Y creo que es así como obra la ley. La ley no lidera. La ley sigue, y sigue las realidades y las imágenes y las historias, y eso es lo que hace que las cosas sucedan”, recalcó.
“Mientras más horrendos sean los hechos en el campo de batalla, más llamadas recibo sobre un tribunal de agresión”, añadió. “Los gobiernos sienten una inmensa presión por hacer algo”.
Pero podría requerirse de un cambio político mucho más grande para condenar a Putin de forma significativa. La Corte Penal Internacional no permite los juicios en ausencia, e incluso si se formara un tribunal especial que juzgara a Putin en ausencia, llevar a cabo un juicio sin que el perpetrador esté presente podría sonar hueco.
“Realmente me cuesta trabajo pensar que haya una defensa plausible a la evidencia que estamos viendo”, dijo Alex Batesmith, quien fungió como Fiscal de Naciones Unidas en Kosovo y Camboya y ahora es catedrático en la Facultad de Derecho de la Universidad de Leeds.
“Pero no hay forma de que Putin se entregue a la CPI o sea arrestado y llevado ante la CPI sin que estalle un conflicto intercontinental a gran escala o sin que haya un cambio en la política interna de Rusia, lo cual no luce viable”.