La elección del próximo 6 de junio, la más grande de la historia de México con la renovación de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y de las alcaldías en 30 estados, traerá de regreso a personajes claves de la política mexicana. A través de la alianza "Va por México", figuras como Margarita Zavala, Santiago Creel y Alejandro Moreno, quienes tuvieron injerencia en casos como el Pemexgate, repartición de consejeros del IFE en 2006 o los videoescándalos, buscarán desde el Congreso intervenir en lo que resta del sexenio.
Ciudad de México, 5 de abril (SinEmbargo).– La Barraca Orraca era un bar de la Ciudad de México que frecuentaba Felipe Calderón Hinojosa cuando Vicente Fox lo hizo Secretario de Energía. Sólo cruzaba Insurgentes Sur, en la colonia Nápoles, para alcanzar la barra del lugar, delante de un séquito de burócratas cuyo favorito era Juan Camilo Mouriño.
Y desde ahí, bebiendo, Calderón operó el pacto, al más alto nivel, para evitar el desafuero del Senador Ricardo Aldana, tesorero del sindicato petrolero, y sepultó en la impunidad al Pemexgate, el desvío de más de mil millones de pesos de Pemex a la campaña del priista Francisco Labastida Ochoa en la elección del 2000.
Fue la tarde-noche del 11 de septiembre de 2003: Sin estar en el orden del día, el Diputado Miguel Angel Yunes Linares, director jurídico del CEN del PRI y mano derecha de la coordinadora de este partido, Elba Esther Gordillo, planteó revocar la convocatoria que hizo el presidente de la Cámara de Diputados, el panista Juan de Dios Castro, para que el pleno, erigido en Jurado de Procedencia, votara el desafuero de Aldana el 17 de septiembre.
La cita para esa fecha había enfurecido al PRI, que amagó con no aprobar la reformas de Fox y del PAN, como la Energética. Gordillo se reunió con el Presidente, el Secretario de Gobernación, Santiago Creel, el Procurador Rafael Macedo y Calderón como Secretario de Energía.
Francisco Barrio, como “zar anticorrupción” de Fox, había descubierto el desvío de Pemex al PRI y ahora era el coordinador de los diputados del PAN, con la esposa de Calderón, Margarita Zavala Gómez del Campo, como vicecoordinadora.
En esa Legislatura, de 2003 a 2006, eran diputados también Marko Cortés y Alejandro Moreno Cárdenas, actuales presidentes del PAN y del PRI, respectivamente, quienes encabezan la coalición “Va por México”.
Fue la misma Legislatura en donde esos mismos partidos se repartieron, en noviembre de 2003, a los integrantes del Consejo General del entonces IFE, con Luis Carlos Ugalde como presidente, clave en la elección de 2006.
Y fue esa misma Cámara de Diputados que, en 2005, con esos mismos partidos le quitaron el fuero al Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, para inhabilitarlo como candidato presidencial, tras los videoescándalos de un año antes, con Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos detrás.
Los detalles de cómo se tramó la impunidad de los implicados en el Pemexgate es relevante porque intervinieron en esa Legislatura personajes que, en la elección de este 2021, pretenden regresar al poder tras ser vencidos en 2018.
Además de Calderón, desde la Barraca Orraca, Elba Esther Gordillo fue articuladora de la impunidad: les dijo a los diputados priistas la víspera de la votación, la noche del 10 de septiembre, que el Gobierno de Fox no tenía el control político de nada y eso, “aunque parezca cínica, lo tenemos que capitalizar”.
Y así fue: el PRD propuso al PAN abandonar el salón de sesiones para romper el quórum y evitar la votación, porque cuatro de sus diputados estaban ausentes y cuatro del PAN también. Francisco Barrio no quiso usar ese recurso parlamentario, como en otras ocasiones.
El pacto se materializó con el PAN perdiendo deliberadamente la votación: El PRI logró 245 votos a favor de no dar trámite al desafuero, con los votos del PVEM, PT y Convergencia, y sólo 238 reunieron las bancadas panista y PRD, así como el del convergente Jesús González Schmall.
La diferencia, que en los hechos exoneró a Aldana, fue de sólo siete votos, entre ellos los perredistas Miguel Luna y Alfonso Ramírez Cuéllar, quienes estaban en Cancún en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio, así como Francisco Obregón y Narciso Agúndez, quienes fueron llamados a La Paz por el Gobernador de Baja California, Leonel Cota.
Cuatro panistas tampoco asistieron, entre ellos los campechanos Yolanda Valladares y Sebastián Calderón, quienes pretextaron estar en el Tribunal Electoral.
Todo mundo lo tenía claro. Los priistas estaban felices y, pese a que habían perdido la votación, los panistas también. Pablo Gómez, coordinador del PRD, denunció que el PAN fue a la sesión con la intención de perder la votación.
Recordó a los periodistas: “Si ustedes se dieron cuenta, cinco o seis panistas salieron a votar al final, cuando ya las cuentas estaban claras. Entre ellos figuraba Margarita Zavala, esposa del nuevo Secretario de Energía, Felipe Calderón. Estaban en la oficina, no iban a votar si ponían en riesgo la decisión. El PAN fue a votar por mantener la convocatoria, con la determinación clara de perder”.
Y así fue: la propuesta de Yunes fue sometida a votación nominal y Zavala fue la última en emitir el voto de la bancada panista.
Los priistas estaban felices, entre ellos Manlio Fabio Beltrones y Miguel Ángel Osorio Chong. Y Elba Esther Gordillo, junto a Yunes y Rafael Moreno Valle, festejaba: “Hemos ganado con la fuerza de la razón. No fue fácil, pero lo que nos satisface es que, al final, todo será por el bien del país”.
En el sur de la ciudad, en “La Barraca Orraca”, Calderón brindaba con Mouriño y con el candidato del PAN a Gobernador de Campeche, Juan Carlos del Río.
Justo ese día, el TEPJF declaró improcedente la impugnación del PAN a la elección de Gobernador de Campeche, que ganó el priista Jorge Carlos Hurtado a Del Río, quien esa noche era reconfortado por Mouriño, mientras Calderón hacía llamadas a la Cámara de Diputados.
Jorge Nordhausen, Senador del PAN por Campeche, se enteró de esa reunión y del plan para que el PRI ganara la votación y no desaforar a Aldana. Parte de ese plan era que los diputados Valladares y Calderón Centeno no asistieran a la sesión.
“Valladares anduvo con Sebastián Calderón durante todo el día. Se lo llevó a La Barraca Orraca, lo regresó al Trife y lo trajo horas y horas para que no votara. Sebastián es buen hombre y cada rato le decía: ‘Yolanda, la votación’. ‘No, hombre, va para largo’. Y no fueron a votar”, dijo.
–¿Y quién orquestó todo?
–Felipe y Juan Camilo, echando trago en La Barraca Orraca con Juan Carlos del Río y un amigo común de éste y mío, Antonio Enrique Álvarez Botello, por quien yo supe toda la película. ¡Y Margarita tenía encerradas a las diputadas!
–¿Y a cambio de qué se da ese pacto?
–Era la Reforma Eléctrica, no pasaba y no pasaba. Y Felipe la quería como bandera para su lanzamiento presidencial.
Nordhausen asegura que, al día siguiente, se encontró con Diego Fernández de Cevallos, su coordinador en el Senado, a quien reclamó la impunidad para Aldana y el Pemexgate, una negociación en la que también intervino.
“Ni siquiera te van a cumplir, porque tú te metiste”, le echó en cara, mientras Fernández de Cevallos lo negaba, serio. “Y hasta Campeche metiste en el paquete, cabrón”
–No es cierto –respondía Fernández de Cevallos.
–No te van a cumplir.
Y no cumplieron. Con Aldana y Romero Deschamps impunes, no hubo las reformas que querían Fox y el PAN, aunque Calderón celebró la exoneración de los líderes petroleros y negó que fuera producto de una nueva componenda PRI-PAN.
La Reforma Energética se aprobó, finalmente, gracias al Pacto por México, avalado por el PRD y ya cuando había roto con López Obrador. Despuntaba en ese contexto Ricardo Anaya, quien sería el candidato presidencial en 2018 y aspira a volver a serlo en 2024.
Estos personajes que participaron en eventos que marcaron la historia de México, como el Pemexgate, la repartición de los consejeros del IFE en 2006, el desafuero del entonces Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, la Reforma Electoral del 2007, la lección de 2012 y el Pacto por México, que tajo consigo reformas cuestionadas como la Energética, volverán a la escena política activa en la elección del próximo 6 de junio.
A través de diputaciones plurinominales ocuparán un lugar en el Congreso, o mediante posiciones clave como líderes de partidos u operadores políticos, y desde ahí intervendrán de nuevo en la vida política y social de México.
-Con información de Daniela Barragán, Dulce Olvera, Guadalupe Fuentes, Romina Gándara y Obed Rosas