Jonathan Heath, Subgobernador del Banco de México, destacó que el nivel de Confianza del Consumidor en México alcanzó su mínimo histórico después del gasolinazo en enero de 2017 y 25 meses después llega a su máximo histórico en 18 años.
Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo).- El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) se ubicó en 47.83 puntos, un nivel que no se había alcanzado desde 2001, año en que se comenzó a realizar dicha medición. El indicador, elaborado de manera conjunta entre el Instituto Nacional de Geografía (Inegi) y el Banco de México (Banxico), registró un avance mensual de 2.3 por ciento y también aumentaron las cifras en los cinco rubros que lo componen durante el segundo mes de 2019, de acuerdo con los datos recabados por ambas instituciones.
En febrero pasado, ese indicador llegó a los 48.8 puntos porcentuales y, frente al mismo mes del año anterior, el ICC reportó un crecimiento del 13.8 por ciento, de acuerdo con datos desestacionalizados.
Jonathan Heath, Subgobernador del Banxico, destacó en su cuenta de Twitter que este es el máximo histórico del ICC desde abril de 2001. Con este avance, dijo, el ICC suma 7.4 puntos de avance en los últimos tres meses.
Dos extremos opuestos: la confianza del consumidor en su mínimo histórico después del gasolinazo de enero de 2017; y ahora su máximo histórico en febrero de 2019, después de haber avanzado 11.8 puntos a partir de la victoria de AMLO de hace ocho meses en julio de 2018. pic.twitter.com/WhN9qRrRAI
— Jonathan Heath (@JonathanHeath54) 5 de marzo de 2019
De acuerdo con el economista, la percepción futura del consumidor frente a la situación económica nacional y de los hogares motiva el optimismo en sus respuestas, llegando también a máximos en tres de los cinco rubros que lo componen.
El ICC evaluó la situación económica actual del hogar de los entrevistados respecto a la de hace un año; la situación económica esperada del hogar dentro de doce meses; la situación económica presente del país respecto a la de hace un año; la situación económica del país dentro de doce meses; y qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero.
De estos componentes, la situación económica actual (45.5 por ciento) y futura del país (59.9), junto con la situación económica futura del hogar (59.6) registraron crecimientos de 4.7, 2.4 y 1.5 puntos porcentuales respectivamente, frente al primer mes del año.
El rubro que menos crecimiento registró, en el mismo periodo, fue el de la opinión sobre el momento actual frente a la que tenían hace doce meses, con 1.2 por ciento.
Sobre la posibilidad de compra de muebles, televisor, lavadora y otros electrodomésticos el dato se elevó 2.4 puntos con relación a enero de 2019.
Heath puntualizó que la confianza del consumidor alcanzó su mínimo histórico después del gasolinazo, en enero de 2017, sin embargo 25 meses después toca su máximo histórico. Además informó que ésta avanzó 11.8 puntos a partir de la victoria en las elecciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador.
Durante el primer mes del año, la confianza del consumidor creció un 1.9 por ciento mensual impulsado por una mejor percepción de la situación económica del país tanto en el momento actual como en comparación con el año anterior. Comparado anualmente, el ICC representó un avance de 11.1 puntos, mientras se percibió una baja en la estimación económica dentro de los próximos doce meses.
El profesor investigador de la Universidad del Istmo, Antonio Salazar Campos, comentó a SinEmbargo que el “consumidor mexicano está modificando su patrón de compra por medio de las expectativas, en la ciencia económica la teoría de las expectativas influyen sobre nuestras decisiones diarias”.
“Las expectativas actuales de la economía son positivas para poder realizar compras porque existe la visión de bienestar, de que todo irá bien, por lo tanto, lo que compre hoy podré pagarlo en el futuro dado que mi ingreso puede ser estable o aumentar en el mediano plazo”, añadió.
Detalló que “en la región del Istmo sí hay un cambio en el comportamiento de compra: taquerías, restaurantes, compras en centros comerciales, cines y línea blanca, por lo que el consumidor impulsa la demanda y con ello la cadena de valor se fortalece”.
NO TODOS SON OPTIMISTAS
En los últimos días, sin embargo, las principales calificadoras internacionales se han mostrado pesimistas sobre el futuro económico y financiero del país.
El 27 de febrero Banxico revisó a la baja la estimación de crecimiento para la economía mexicana de un rango de 1.7 – 2.7 por ciento, a uno de 1.1 – 2.1 por ciento. En tanto que para 2020 también ajustó su previsión de un rango de entre 2 y 3 por ciento, a uno de entre 1.7 y 2.7 por ciento.
“El ajuste para 2019 refleja diversas consideraciones. En el ámbito externo, se ha observado una pérdida de dinamismo en el comercio mundial y en la actividad económica global más marcada de lo anticipado, lo que se prevé influya sobre la evolución de la demanda externa de México”, explicó en su ”Informe Trimestral Octubre-Diciembre 2018″.
A inicios de mes, la calificadora Standard & Poor’s (S&P) revisó su perspectiva de calificación para México de estable a negativa por las previsiones de menor crecimiento económico y los cambios en la política pública para el sector energético, lo que implicaría una posible reducción a la nota de México en una siguiente evaluación.
La agencia dejó la calificación soberana del país en BBB+. Sin embargo consideró que hay un tercio de posibilidades que la rebajé el año próximo.
En un comunicado la calificadora anunció que su revisión negativa refleja su opinión “de que los potencialmente mayores pasivos contingentes y una menor previsión de crecimiento económico podrían erosionar el perfil financiero del soberano”.
El día de ayer cambió a “negativa” desde “estable” la perspectiva de Petróleos Mexicanos (Pemex), corrigiendo a la baja el perfil crediticio individual de la petrolera al ubicarse en “b-” desde un “bb-“, debido a la debilidad de fundamentos crediticios.
La calificadora estadounidense también consideró insuficiente el plan del Gobierno mexicano para reestructurar a la petrolera.
