Alberto Chimal habló con SinEmbargo sobre su más reciente novela, una historia plagada de los fantasmas que acechan desde hace décadas al país.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).– Con todo en contra, Gabriela deja Toluca y se va a vivir a la Ciudad de México para estudiar Contaduría en la UNAM. Todo transcurre en 1972, un periodo lastimado por las masacres del Jueves de Corpus, de un año antes, y la de Tlatelolco de 1968. En esa ciudad y época vive Gabriela junto a su prima Marisol, estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras, quien la invita a una compañía independiente de teatro que le cambiará la vida para siempre.
Lo que inicia como una experiencia de liberación teatral termina por sumergir a Gabriela en un mundo de sombras en el que deambulan los fantasmas de mujeres asesinadas y desaparecidas en busca de respuestas. Ahí la protagonista conocerá a una presencia que la llevará a sus límites.
La historia corresponde a La Visitante (Planeta) del reconocido escritor Alberto Chimal. “Un fantasma es de alguna manera un rastro del pasado que vuelve a aparecer en el presente, que no nos deja en paz, y sucede tanto así en lo individual y en lo aparentemente sobrenatural como en lo social, en la vida cotidiana, hay esos acontecimientos terribles que no nos dejan en paz, también son como nuestros fantasmas”, platicó en entrevista.
Su novela, de hecho, está llena de estos rastros del pasado. El lector puede identificar los fantasmas del México que fue, de la represión de esos años, y sobre todo el de los miles de mujeres que han sido asesinadas en estos crímenes sin respuestas. Precisamente uno de estos será el que conozca Gabriela a partir de su incursión en el teatro y de esta liberación cuasi mística.
“Desde muy pronto en la historia de la humanidad, no nada más en el teatro de búsqueda contracultura de los años 60-70 sino desde siempre, el teatro ha estado emparentado con rituales religiosos, con formas en las cuales los seres humanos buscan trascender su propia cotidianidad y conectarse con lo que ellos piensan que está más allá”, compartió.
Es así como Gabriela, precisó Chimal, se encuentra con un mundo que, “al menos como ella lo entiende, tiene toda la semejanza con esta nueva parte de la realidad que había estado descubriendo, para ella ese entorno, ese más allá, es también un poco como eterno, puede ver el pasado, puede encontrarse con el futuro y esa búsqueda de eternidad, que es obviamente algo inalcanzable para los seres humanos también está ahí todo el tiempo”.
En su sumersión a este mundo espectral, Gabriela tendrá un reencuentro clave, pero sobre todo el reto de poder ayudar a una presencia que trastoca su vida de un golpe. Pero además la adentrará a la violencia lacerante contra las mujeres, a las desapariciones y al dolor que aún persisten en un país con más de 100 mil desaparecidos.
“Estamos viviendo en una época en la que se vuelve muy fácil deslindarse de otras personas, convertirlas en otros, en desconocidos, en enemigos, debido a esta especie de polarización social que vivimos por muchas razones, y yo creo que lo que nos puede salvar es al contrario, el tratar de acercarnos a otras personas, el tratar de solidarizarnos, de ponernos en los zapatos de otra gente para reconocer que no somos tan distintos”, apuntó.
Chimal reconoce que este mundo se alimenta de las experiencias humanas, “pero una de las más fuertes que nos llevan a tratar de encontrar algo más allá de nuestra vida natural, de nuestro término en el mundo, pues es justamente la violencia, la injusticia y la muerte”.
“Lo podemos ver incluso hasta esta época de diferentes formas, por ejemplo, en la desesperación de las madres que han vivido la desaparición de sus hijos, aunque ellas no tengan una religiosidad explícita, pero sí están haciendo una tarea de enorme abnegación, de sacrificio, poniendo su vida entera en pausa, tratando de encontrar una respuesta de dónde están esos cuerpos o sí todavía sus hijos están vivos como dice ese refrán que se repite constantemente ‘vivos los queremos, vivos se los llevaron’. Hay algo extremadamente conmovedor en eso obviamente porque creo que todos podemos empatizar con esa sensación de injusticia”, señaló.
—¿La idea de este otro mundo es materializar un espacio en el que están todas esas personas que aún son buscadas por sus seres queridos y de alguna manera representa también una crítica a un tema que nos afecta desde hace tiempo, que son las desapariciones? —se le preguntó al escritor.
—Sí, por supuesto, eso tiene toda la intención, hay algunas referencias pequeñitas, de hecho en las visitas de Gabriela a ese otro mundo a casos de la actualidad, algunos de los personajes que aparecen ahí en la sombra y que tienen unas cuantas palabras de parlamentos son, yo me los imagino como personajes actuales de casos que hemos visto recientemente, en años recientes —respondió.
Chipal indicó que de hecho hay ahí resúmenes ligeramente modificados de casos que se difundieron en los medios “porque de pronto algo de lo más doloroso, de lo más desesperante de esta violencia que vivimos parece que se repite, se repite, se repite y no pasa nada, sigue impune, siguen matando gente, siguen desapareciendo personas en diferentes regiones del país, siguen hallándose fosas clandestinas, parece como que ese mundo de los muertos es uno que ya existe en su propia eternidad, como en su propio ciclo constante de violencia, entonces la referencia también ahí es deliberada”.
“Gabriela tiene acceso a ese mundo de enorme angustia y de repetición constante que es el dolor y la impotencia ante la muerte”, puntualizó.