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Diego Petersen Farah

05/01/2024 - 12:03 am

La batalla por el Poder Judicial

“Si en algo podemos estar de acuerdo es que el país requiere una profunda reforma al Poder Judicial que haga que la justicia sea mucho más eficiente y transparente”.

“necesitamos una Corte que esté más allá de esas visiones, construida desde la pluralidad y a contra punto de los tiempos del presidente en turno”. Foto: Suprema Corte de Justicia de la Nación vía Cuartoscuro

La primera batalla de 2024 no será por la presidencia de la República sino por el Poder Judicial. El presidente anunció una reforma de gran calado, es decir, que implica cambios constitucionales, para los cuales no tiene los votos suficientes. Por supuesto que lo sabe y, como en otras ocasiones, eso es parte del juego político.

Más que una reforma se trata de una cruzada, de generar un ambiente de crispación que el presidente llama de concientización y los opositores califican de linchamiento. Cómo le queramos llamar, lo que se busca es poner en el centro de la discusión pública al Poder Judicial para alinearlo a los intereses del partido en el poder, que ellos argumentan, por supuesto, que son los del pueblo.

Primero fue el exministro Arturo Zaldívar quien acusó que la Corte es conservadora y está alineada a intereses de la oligarquía y del PRI y el PAN. Lo segundo es absolutamente lógico, pues ellos eran los que gobernaban, así como los últimos nombramientos han sido totalmente morenistas. El único presidente que ha podido nombrar cinco ministros es López Obrador y en los últimos dos, en el nombramiento de las ministras Esquivel y Batres, ha impuesto claramente el criterio de primero lealtad que capacidad. Lo de conservadora lo es solo desde el punto de vista obradorista, para quienes los conservadores son todos aquellos que no está de acuerdo con su visión del mundo. En su discurso de toma de posesión la ministra Lenia Batres acusó a sus compañeros de extralimitarse en la interpretación de la Constitución, un argumento por demás rebuscado y falso, pues, de acuerdo con la propia Constitución, la interpretación de la Carta Magna es una atribución de la Corte. El que ella y el presidente no estén de acuerdo con las resoluciones no significa que sean anticonstitucionales.

Si en algo podemos estar de acuerdo es que el país requiere una profunda reforma al Poder Judicial que haga que la justicia sea mucho más eficiente y transparente. La propuesta de que los ministros sean electos por voto popular es lo menos importante, es la liebre para distraer a los perros; es una propuesta que de ante mano saben que no tiene lógica ni consenso. Lo que hay que cuidar en la reforma que viene es la voluntad desde el Poder Ejecutivo de limitar al Judicial, que en aras de hacerlo más eficiente se le quiten esas atribuciones que hoy hacen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación un verdadero equilibrio de poder.

En una democracia los partidos y las ideologías van y vienen. Justamente por ello necesitamos una Corte que esté más allá de esas visiones, construida desde la pluralidad y a contra punto de los tiempos del presidente en turno.

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