En septiembre de 2016, un grupo personas pertenecientes a la organización Antorcha Campesina de Chimalhuacán, Estado de México, festejó un logro por el que, dijeron, lucharon por años: la donación de 200 hectáreas de la zona federal conocida como Los Tlateles, el único espacio libre que quedaba alrededor de lo que será el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Fue el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, en ese entonces dependiente de la SFP, el que autorizó la desincorporación de esos terrenos, con el objetivo de que el municipio de Chimalhuacán construyera un centro ecológico, una universidad y un centro deportivo. Pero también se abrió la puerta para que pudieran ser vendidos.
El espacio es la zona más baja del vaso hídrico de lo que fue el Lago de Texcoco y está en medio de nueve lagunas reguladoras, por lo que ante la presencia de lluvias, las construcciones –que no cuenten con estudios de factibilidad–, podrían suponer un riesgo para los habitantes.
A casi un año y medio después de la donación, surge una duda: ¿qué es lo que se construye en la zona? Senadores han denunciado que la donación es en realidad, un regalo del PRI a uno de sus grupos populares de base más importantes.
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Ciudad de México, 4 de diciembre (SinEmbargo).– En tres puentes del Circuito Exterior Mexiquense hay mantas con una gran flecha y un texto que dice “Aquí se construye Universidad Politécnica de Chimalhuacán”. Atrás quedó uno de los grandes basureros del Estado de México y la cerca del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
Ese espacio al que dirigen las mantas, es una gran extensión de tierra con piso de polvo fino, de ese que a cada paso se levanta de inmediato, se mete a los zapatos y se eleva hasta a la altura de la cintura.
Hasta septiembre de 2016, esas tierras eran propiedad federal. Sin embargo, el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indabin), entonces dependiente de la Secretaría de la Función Pública (SFP), notificó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la desincorporación de esas tierras para ser entregadas a la Empresa Paramunicipal de Participación Mayoritaria del Municipio de Chimalhuacán, denominada “Desarrollos de Infraestructura Sustentable Nuevo Chimalhuacán S.A. de C.V”.
Según el DOF, 150 hectáreas serán para el Centro Estratégico de Recuperación Ambiental del Oriente (CERAO), 30 hectáreas para el deportivo y 20 para la universidad. Luego de esa formalización, el grupo de Antorcha Campesina local, festejó la obtención de esas, “sus” tierras.
El Indabin argumentó que entregó esas tierras para la construcción de un proyecto de rescate ambiental y desarrollo social, urbano y económico, el mencionado CERAO, además de un Centro Deportivo y Recreativo y para la Universidad Politécnica de Chimalhuacán.
Pero a casi 15 meses de la entrega, del lado al que dirigen las flechas de los anuncios que hay sobre el Circuito Mexiquense, hay apenas un edificio que se termina a marchas forzadas y que será un “Laboratorio Pesado” y otro que está a la mitad de la construcción, pero que desde hace un mes está abandonado. Ese edificio, se supone, será la Universidad.
El resto de las hectáreas sigue siendo polvo, basura y hierba.
En lo que es la barda del terreno, trabajan dos hombres, cada uno con una pala quitando platas crecidas y un tractor que va de atrás hacia adelante en un mismo tramo. El otro extremo está convertido en un depósito de basura, sobre todo de botellas de refresco y alcohol.
En la barda se lee con letras rojas: “Aquí que se construirá el parque ecológico Chimalhuacán”.
En el edificio que corresponde a la Universidad hay un solo empleado asegura que la obra lleva un mes detenida “por falta de dinero”.
Pero del otro lado, en las calles de la colonia Tlatel Xochitenco, la gran inauguración ya se anuncia con un espectacular con la imagen de Rosalba Pineda Ramírez, Presidenta Municipal de Chimalhuacán e integrante de la organización Antorcha Campesina.
“Construimos la primera etapa de la Universidad Politécnica en el predio Los Tlateles. Inversión de 50 millones de pesos”, dice el anuncio. La foto con la que se ilustra la construcción aparece un edificio en apariencia terminado, pero no corresponde al de la Universidad, sino al “Laboratorio Pesado” que hasta esta semana le pintaron las paredes internas. El contraste entre ambos edificios es evidente, pero la inauguración está agendada para el 4 de diciembre a las 15 horas.
Ese espectacular contrasta con otros distribuidos en los postes de la colonias. Se trata de mujeres desparecidas con un “hasta encontrarlas”.
“EL REGALO A ANTORCHA”
Desarrollos de Infraestructura Sustentable Nuevo Chimalhuacán S.A. de C.V, fue creada en abril de 2016, y la petición de donación inició en julio. De acuerdo con lo publicado en el DOF, esta organización, que es paramunicipal, manifestó la necesidad de obtener en donación esa parte de tierra. En ese acuerdo, la SFP autorizó el uso de suelo de esa zona para comercio, abasto, administración, servicios e industria.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) también aprobó la donación, a pesar de que el Estado de México le diera previamente ese espacio para que creara una zona de mitigación en lo que fue el Vaso del Lago de Texcoco.
Este acuerdo también le da a Desarrollos de Infraestructura, el 40 por ciento del título oneroso de ese territorio para obtener fondos y “aplicarlos en acciones beneficio colectivo (sic)”, es decir, le da el permiso de vender.
De acuerdo con un Punto de Acuerdo presentado en el Senado de la República, ese permiso implica que se podrán vender 60 hectáreas del terreno donado, “lo que sin duda es un negocio redondo y así se explica la celeridad en el trámite de desincorporación, ya que esto parece ser un trato, disfrazado de rescate ambiental y desarrollo social que dejara ganancias millonarias, debido a la cercanía al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”.
Rosalba Pineda Ramírez lideró manifestaciones afuera del recinto legislativo. Los antorchistas portaban lonas en las que se leía “Trabajo para los chimalhuacanos con el CERAO”.
La priista está en la Alcaldía de Chimalhuacán desde 2012, cuando fue suplente de Jesús Tolentino Román Bojórquez, líder de Antorcha Campesina. Luego, fue electa como presidenta.
“Hoy vemos reflejado el resultado de 16 años de unión, lucha y gestión, logramos que el Gobierno federal nos entregaran 200 hectáreas de terreno para la construcción del Centro de Rehabilitación Ambiental del Oriente (CERAO), el cual albergará el Parque Industrial que dará empleo a 40 mil personas; el edificio de la Universidad Politécnica Chimalhuacán (UPChi) y una unidad deportiva digna para beneficio de todos los futbolistas y deportistas de la región”, anunció Pineda Ramírez, el 22 de julio, día de la publicación del primer decreto. Esta declaración está guardada en los registros de prensa del portal de Antorcha Campesina.
En 1971 ese sitio se reconoció como reserva ecológica y se creó el Plan Lago Texcoco, un proyecto de rescate que lo declaró zona protegida y reserva de los pueblos que circundan ahí. Ese territorio es la parte más baja de la zona y en caso de lluvias fuertes y constantes, el peligro de severas inundaciones es latente, lo que puede afectar a las comunidades vecinas.
El 16 de diciembre de 2016, se promovió el juicio de amparo en el Juzgado Sexto de Distrito en el Estado de México (Nezahualcóyotl) bajo el expediente 1550/2016, suscrito por 48 senadores, para evitar la desincorporación por la omisión de estudios y evaluaciones de obra pública, impacto ambiental y riesgo de inundación.
Ya en 2017, el 7 de junio, se llevó un Punto de Acuerdo en el Senado en el que se exhortó a la SFP revertir el acuerdo en el que se anunció la desincorporación de las tierras y se autorizó la donación a favor de la empresa Paramunicipal.
Para el grupo de senadores, el hecho “Sugiere ser un regalo, una dádiva con fines altamente político-electorales y tienen como destinatario principal a una agrupación de filiación priista y denominada Antorcha Campesina, agrupación a la que pertenece el actual Alcalde y sus predecesores en el Municipio de Chimalhuacán”.
También han insistido en que estos terrenos sean utilizados para el objetivo de la empresa paramunicipal, que es contener los efectos ambientales provocados por la construcción del NAICM.
“Es necesario evitar que grupos con evidente tendencia partidista se beneficien mediante posibles actos de corrupción, cuando se anteponen los intereses económicos de diversos grupos o personas, sin importar las consecuencias de un desarrollo inmobiliario o estructural en un área que no tiene como destino el mismo”, se agrega en el Punto de Acuerdo.
Al momento, el tema de la desincorporación de estas tierras no ha sido abordado en el Senado, ya que sería materia de la Comisión de seguimiento del NAICM, que lleva años sin ser integrada por la ausencia de los elementos del PRI que deben conformarla.
LAS IMPLICACIONES DE LA DONACIÓN
En entrevista con SinEmbargo, el Senador Víctor Hermosillo y Celada, explicó que alrededor de esa zona hay nueve lagunas que estaban dentro del proyecto para desaguar la Ciudad de México y sus alrededores, ya que cuando llueve no se va para allá sólo el agua de la Ciudad, sino también de Texcoco, Nezahualcóyotl y Ecatepec, es decir, la zona de Chimalhuacán funciona como una coladera.
“Todas estas áreas tienen una particularidad: tienen bordos. Si se escarba en el NAICM, a una distancia muy chica ya tiene agua, entonces son recipientes”, señaló.
Por esa razón, sostiene que en realidad esas tierras se terminarán vendiendo, tanto por la extensión y por la ubicación.
Agregó que esas áreas, hasta la administración anterior, las buscaba el actual Secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava, desde que Secretario de Gobierno del Estado de México con Enrique Peña Nieto y las había pedido con el mismo propósito: para Antorcha.
La desincorporación viene del Gobierno federal, como dueño de esa área, le cede a Chimalhuacán esta cantidad de hectáreas y le da permiso de hacer su parque y su universidad. Y para asegurar el futuro, le permite hacer una paramunicipal que hará dinero con hoteles, centros industriales, como un patrimonio, sostuvo Hermosillo y Celada.