Adam Langford, integrante de la comunidad mormona LeBarón quien perdió a su hermana Christina Langford Johnson en la matanza registrada el año pasado en Bavispe, recordó hasta noviembre de 2019 en la región se vivía en relativa calma.
Por Daniel Sánchez
Hermosillo (Sonora), 4 nov (EFE).- Aunque consideran que ha regresado la relativa tranquilidad del pasado gracias a una estrecha vigilancia de las fuerzas de seguridad, los habitantes de la región donde hace justo un año tuvo lugar la brutal masacre de nueve miembros de varias familias mormonas continúan clamando justicia en este caso que causó un choque diplomático con Estados Unidos.
La paz de las familias mormonas habitantes de esta zona rural entre los norteños estados mexicanos de Sonora y Chihuahua se resquebrajó por completo el 4 de noviembre de 2019.
Ese día, tres madres y seis niños fueron asesinados a balazos por sicarios de un grupo de la delincuencia organizada, quienes los habrían confundido con miembros de un grupo rival.
La madrugada de aquel fatídico lunes, a más de 100 kilómetros de La Morita se había suscitado un enfrentamiento armado entre dos grupos delictivos que luchaban por el control de la región del tráfico ilegal en el municipio fronterizo de Agua Prieta.
La violencia derivó en la masacre de estas familias inocentes, que partieron desde la comunidad mormona de La Morita, ubicada en el municipio de Bavispe, Sonora, hacia la de LeBarón, en Chihuahua.
Pero en la sierra que divide ambos estados el convoy de tres camionetas que transportada a los niños y mujeres se topó con al menos dos comandos con rifles de asalto que los acribillaron a mansalva.
Adam Langford, exalcalde de Bavispe e integrante de la comunidad mormona LeBarón, quien perdió a su hermana Christina Langford Johnson, recordó este miércoles a Efe que hasta aquel 4 de noviembre en la región se vivía en relativa calma.
Y aunque sabían del riesgo al transitar por los límites de Sonora y Chihuahua, los criminales rara vez acosaban a los habitantes de la región.
“Ahora hay mucha seguridad, constantemente está patrullando el Ejército mexicano, la Guardia Nacional y la Policía estatal, quienes además de las comunidades recorren las brechas de la sierra. Antes era muy tranquilo. En los 45 años que tengo habitando la región nunca habíamos visto violencia, pero a estos grupos criminales de Chihuahua se les ocurrió entrar a Sonora y matar a los primeros que se atravesaron en su camino”, lamentó Langford.
A su modo de ver, el Gobierno federal y el de Sonora están avanzando en los compromisos para garantizar la seguridad de los habitantes en la región con la construcción de una carretera que conecta a Bavispe con Agua Prieta y una pista de aviación para sus actividades productivas. Además, se está buscando dar conexión telefónica e internet a la región.
Luego de la tragedia y a pesar de las acciones del Gobierno para tratar de garantizar la seguridad de la región, al menos 15 de 31 familias mormonas habitantes de La Morita dejaron la comunidad para migrar hacia Estados Unidos.
Estas familias, que suelen tener doble nacionalidad, tienen propiedades y negocios en Bavispe, por lo que algunos han regresado de manera esporádica. Pero actualmente solo la mitad de las casas están habitadas, según Langford.
CHOQUE DIPLOMÁTICO
El fallecimiento de los nueve miembros de esta comunidad mormona con fuertes raíces en Estados Unidos llevó a un conato de choque diplomático.
A finales de noviembre de 2019, un nuevo frente se abrió en la compleja relación entre México y Estados Unidos cuando el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, anunció que buscaba designar a los cárteles mexicanos como terroristas, lo que podía traer graves consecuencias para la nación.
Dos semanas después, y tras una visita del Fiscal General de Estados Unidos, William Barr, a México para hablar de seguridad con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, Trump anunció que postergaba la designación de los cárteles mexicanos como grupos terroristas, pero el tema siguió en la mesa.
Además, el pasado 8 de julio, pese a no figurar entre los invitados ni lograr un espacio en la reunión de López Obrador con Trump, varios miembros de la familia mormona LeBarón se desplazaron hasta Casa Blanca para reclamar justicia frente al edificio.
SEGURIDAD, PERO POCOS AVANCES
El mes pasado se inauguró un cuartel de la Guardia Nacional en la región, en un acto encabezado por el mismísimo Presidente López Obrador.
"Estamos aquí con ustedes para reafirmar el compromiso de que se haga justicia, queremos justicia para todos", dijo López Obrador tras su reunión con las familias mormonas el 3 de octubre, en la que garantizó avances en la investigación e información oportuna.
Pero según explica a Efe Abel Murrieta, representante legal de la familia LeBarón, solamente hay un hombre detenido por su probable responsabilidad en la masacre de las familias mormonas, a pesar que supuestamente habría un centenar de sospechosos.
Adrián LeBarón, padre de Rhonita María Miller y abuelo de cinco de los niños asesinados, aseguró que solamente uno de los presuntos responsables fue vinculado a proceso por homicidio y que el resto, al menos 12 sospechosos más, están detenidos por delincuencia organizada de acuerdo a las acusaciones del Ministerio Público federal.
Este año, en La Morita no habrá actos conmemorativos, los deudos están a la expectativa de una nueva visita del Presidente de México programada para el 15 de diciembre, donde existe el compromiso de inaugurar un monumento para recordar a las víctimas e informar a sus familiares sobre los avances de la investigación.