Los republicanos intentan retener su mayoría en la cámara alta frente a un creciente número de demócratas que pretenden quedarse con los escaños de aliados del Presidente Donald Trump en todo el vasto mapa político.
Por Lisa Mascaro y Mary Clare Jalonick
Washington, 4 de noviembre (AP).- Los republicanos sufrieron el martes un primer revés en la batalla por el control del Senado al ganar los demócratas un escaño en Colorado, pero el Partido Republicano echó a un demócrata en Alabama. Republicanos bien conocidos retuvieron sus bancas en Carolina del Sur y Texas.
Los republicanos intentan retener su mayoría en la cámara alta frente a un creciente número de demócratas que pretenden quedarse con los escaños de aliados del Presidente Donald Trump en todo el vasto mapa político. Ambos partidos ven caminos hacia la victoria, y el resultado podría no conocerse durante la noche del día de las elecciones.
En Colorado, el republicano Cory Gardner figuraba entre los senadores en mayor riesgo de perder su escaño. Su estado viró hacia la izquierda durante el gobierno de Trump y el exgobernador demócrata John Hickenlooper ganó la banca.
“Es hora de un enfoque distinto”, declaró Hickenlooper en un mensaje de video transmitido en vivo en Facebook.
Lindsey Graham, confidente de la Casa Blanca, sobrevivió a la batalla de su vida política en Carolina del Sur frente al demócrata Jamie Harrison, cuya campaña sorprendió a Washington porque captó más de 100 millones de dólares en pequeñas donaciones. En Texas, el Senador John Cornyn se impuso a la demócrata MJ Hegar, expiloto de helicóptero de la Fuerza Aérea, en su elección más reñida en casi dos décadas.
Los republicanos también le quitaron la banca en Alabama al demócrata Doug Jones, que la había ganado en una elección especial, y el exentrenador de futbol americano de Auburn, Tommy Tuberville, fue elegido en el baluarte de Trump.
Desde Nueva Inglaterra hasta el sureste de Estados Unidos, al igual que en la región centro-norte y la de las montañas del oeste, los republicanos están defendiendo sus escaños en estados que alguna vez se consideró estaban fuera del alcance de los demócratas. El manejo de la crisis de COVID-19 por parte del Gobierno de Trump, la crisis económica y el ambiente intranquilo del país parecían estar en la papeleta.