La actriz continuará el año que viene añadiendo títulos a su filmografía. Entre los más destacados está La red avispa, junto a Penélope Cruz y Édgar Ramírez, recién presentada en el Festival de Cine de Venecia, así como el último filme de la saga James Bond, No time to die.
Por María Gómez de Montis
Madrid, 4 septiembre (EFE).- La cubana Ana de Armas llegó a Madrid con tan solo 18 años, dispuesta a probar suerte como actriz. La serie El internado fue su pasaporte a la fama, que desde entonces solo ha crecido: pronto estrenará la nueva cinta de James Bond, y acaban de filtrarse las primeras imágenes de su caracterización como Marilyn Monroe en Blonde.
La actriz hispano-cubana (La Habana, 1988) protagonizará esta cinta biográfica sobre la intérprete rubia más famosa de Hollywood, Blonde, basada en la novela homónima de Joyce Carol Oates y dirigida por Andrew Dominik (The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford) para la plataforma Netflix.
De Armas será la encargada de dar vida a la protagonista de Con faldas y a lo loco en este proyecto, en producción desde hace casi diez años y que originalmente iba a protagonizar la actriz Naomi Watts. Tras su rechazo, se habló de Jessica Chastain como sustituta, aunque finalmente fue la protagonista de El internado la escogida para el papel.
Nacida y formada en Cuba, la actriz comenzó su carrera en España antes de alcanzar la mayoría de edad, gracias a directores como Manuel Gutiérrez Aragón (Una rosa de Francia, 2006) o Albacete y Menkes (Mentiras y Gordas, 2009), aunque el personaje al que le debe su mayor popularidad es el de Carolina, una de las protagonistas de la serie El internado.
Tras esta ficción, la actriz continuó en la televisión con la serie Hispania y en el cine con Por un puñado de besos (Menkes, 2014), coprotagonizada junto a Martiño Rivas, pero en 2014, empujada por la crisis del sector en España y ante la posibilidad de conseguir nuevas oportunidades en el mercado estadounidense, emigró a Hollywood.
Desde entonces, su ascenso ha sido meteórico. En 2015 coprotagonizó junto a Keanu Reeves y Lorenza Izzo Knock Knock, una cinta de suspense que adaptaba la película de culto de 1977 Death Game. Con el protagonista de Matrix volvió a coincidir un año después, en el thriller de Declan Dale Exposed.
“Empezar de cero en Hollywood después de tanto tiempo en España es duro y es un sacrificio, pero es mi decisión y estoy muy orgullosa”, declaró a Efe la actriz, poco después.
A lo largo de esos dos años presentó en EU Hands of Stone, junto a Édgar Ramírez y Robert De Niro, War Dogs; del realizador Todd Phillips, y Overdrive, una película francesa cuyo elenco incluye a Scott Eastwood y Gaia Weiss.
Sin embargo, 2017 fue el año en que asentó su nombre en las cintas taquilleras estadounidenses, gracias a su participación en la secuela de la mítica cinta de ciencia ficción Blade Runner, junto a Harrison Ford y Ryan Gosling.
Un punto de inflexión para de Armas, como explicó entonces en una entrevista con Efe: “Trabajar con Harrison Ford es surrealista. Llamé a mis padres para decirles que iba a trabajar con Indiana Jones… Él es el espíritu de Blade Runner. Después de tantos años, se le veía emocionado y enamorado del proyecto. Era el primero en llegar al set y el último en irse. Me inspira ver aún esa pasión por su trabajo”.
Gracias a esta cinta se abrieron nuevas puertas para la hispano-cubana, como The informer, con Clive Owen y Rosamund Pike y aún por estrenar, o Puñales por la espalda, una cinta de Rian Johnson que incluye en su elenco a Daniel Craig, Chris Evans o Jamie Lee Curtis, que llega a las salas en noviembre.
De Armas continuará el año que viene añadiendo títulos a su filmografía. Entre los más destacados está La red avispa, junto a Penélope Cruz y Édgar Ramírez, recién presentada en el Festival de Cine de Venecia, así como el último filme de la saga James Bond, No time to die, la quinta cinta en la que Daniel Craig interpretará al famoso espía británico.
Además, recientemente se ha conocido que la actriz negocia ser la protagonista junto a Ben Affleck de Deep Water, película que supondría el regreso a la dirección, tras dos décadas, del cineasta Adrian Lyne.
Y, por supuesto, Blonde, que será uno de los mayores retos a los que se enfrentará la actriz. Las imágenes en que se la ve caracterizada como Monroe recuerdan a las de Michelle Williams interpretando a la actriz en My Week with Marilyn, cinta que le valió a la estadounidense la nominación al Óscar.
Blonde pretende ahondar en el lado más oscuro y humano de una actriz que, más de cincuenta años después de su muerte, sigue levantando pasiones, detractores y leyendas. Aún no hay fecha de estreno para la cinta.