El 26 de julio se encontraron unos restos óseos en un paraje cercano al lugar de los hechos, en la carretera entre Ciudad Victoria, capital del nororiental estado de Tamaulipas, y el balneario de la Pesca, y las pruebas de ADN demostraron semanas después que eran los de Garrido.
Los suegros de Pilar Garrido denunciaron hoy que los presuntos asesinos de la española todavía andan sueltos, y recordaron que su esposo incluso dio un retrato robot, que se difundió a los medios, de uno de los presuntos culpables.
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Ciudad Victoria (México), 4 sep (EFE).- Adriana González, suegra de Pilar Garrido, la mujer española asesinada en México, recordó hoy que solo se encontraron restos óseos de Garrido, lo que le lleva a sospechar que el asesinato se ejecutó para traficar con sus órganos.
“De mi nuera fueron encontrados solamente restos. No hubo órganos. Se los dejo a que ustedes lo piensen, ¿por qué no pidieron rescate? Porque vale más una persona en órganos que en vida, y ustedes y nosotros lo sabemos”, apuntó González, madre de Jorge Fernández, esposo de la valenciana y acusado del crimen.
Los padres de Fernández y la madre de Garrido, Rosa María Santamans, ofrecieron hoy una rueda de prensa desde la casa de la pareja, en la que exigieron una vez más una investigación completa del crimen y defendieron la inocencia del marido de Garrido.
“Ha habido un gran apuro por parte de la Procuraduría (fiscalía estatal) para encontrar culpables por la presión del Gobierno español. (…) Hubo una presión muy fuerte”, dijo Jorge Fernández Villarreal, padre del esposo de Garrido, hoy en prisión preventiva acusado de matar a su mujer.
La madre de Garrido dijo hoy “confiar” en Jorge y afirmó que lo conocía muy bien, pues la pareja vivió en su casa durante tres años en Valencia y ella había visitado a su hija varias veces en México, siendo la última vez durante dos meses en abril y mayo de este año.
Desmintió también maltrato de Fernández hacia su hija.
“Me enojé mucho con la prensa cuando decían que Pilar era una mujer maltratada. Nunca se hubiera dejado amedrentar por nadie, e incluso teníamos una palabra clave y la hubiera dicho en cualquier momento para que yo hubiera venido o hubiera hecho lo posible por ella”, explicó.
La desaparición y muerte de la valenciana Pilar Garrido dio la semana pasada un vuelco de 180 grados cuando la fiscalía de Tamaulipas, uno de los estados más peligroso del país, acusó a su marido de golpear y estrangular a su mujer, dejando el cadáver al lado de una carretera cuando volvían de pasar unos días en la playa.
No obstante, Fernández siempre sostuvo que la pareja regresaba el 2 de julio en auto cuando un vehículo con dos hombres los interceptó para intentar robarles el automóvil, pero acabaron llevándose a su mujer, de 34 años.
El 26 de julio se encontraron unos restos óseos en un paraje cercano al lugar de los hechos, en la carretera entre Ciudad Victoria, capital del nororiental estado de Tamaulipas, y el balneario de la Pesca, y las pruebas de ADN demostraron semanas después que eran los de Garrido.
Los suegros de Pilar Garrido denunciaron hoy que los presuntos asesinos de la española todavía andan sueltos, y recordaron que su esposo incluso dio un retrato robot, que se difundió a los medios, de uno de los presuntos culpables.
“Mi hijo ha reconocido plenamente a uno de los plagiarios (secuestrado) y siento que nosotros estamos en peligro, porque anda suelto”, apuntó González.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en 2015 que el 8 % de los transplantes mundiales proceden del tráfico de órganos, y que en el mercado negro estos pueden alcanzar los 150 mil dólares.
Oficialmente, México siempre ha negado la existencia de un mercado de órganos ilegal en el país, si bien varias voces han denunciado casos a lo largo de los años y los indocumentados que intentan llegar a Estados Unidos se enfrentan a muchos peligros durante su travesía, entre ellos el robo o el secuestro.