La escritora Mariana Morfín habló con SinEmbargo sobre su debut literario, un libro urgente y necesario que reúne los testimonios de los feminicidios de Fátima, Mariana, Renata, Mäìchä Pamela, Jalix y Ana.
Ciudad de México, 4 de agosto (SinEmbargo).– “No quiero ser valiente, ¡quiero ser libre!”, es un reclamo que resuena en las marchas feministas. Al mismo tiempo, una parte de esta frase es la que sirve de título al libro de la escritora Mariana Morfín, quien reúne los testimonios de los feminicidios de Fátima, Mariana, Renata, Mäìchä Pamela, Jalix y Ana. “Es un sentimiento común que han sentido varias mujeres y yo pensaba que este sentimiento es bastante universal”, comentó en entrevista la autora.
“Como sociedad tenemos una responsabilidad (ante estos crímenes) porque somos condescendientes y no nos importan las desigualdades, somos muy permisivos, puede alguien echarse un piropo, un comentario misógino de mal gusto y lo dejamos pasar. No nos damos cuenta que, obviamente, un feminicidio no es de un día para otro, digo, habrá algún caso que sí, pero generalmente es violencia que va escalando y es el resultado de que no se pone un alto”, expresó Morfín.
Mariana Morfín expuso cómo desde las movilizaciones de 2019 la sociedad se cuestionó qué sucedía para que todos los días sean asesinadas 10 mujeres al día, crímenes perpetrados muchas veces en total impunidad. “Lo tenemos tan normalizado y no nos damos cuenta, como sociedad tenemos el machismo muy arraigado, pero a la vez es algo que podemos deconstruir y es necesario que deconstruyamos porque no es normal tener tantas muertes”.
“Esta violencia la tenemos, pareciera, que en las entrañas del país y como pasa tanto, ya las cifras, ya no nos hacen eco y yo creo que el punto un poco del libro, justamente, es esta memoria colectiva en donde las cifras dejen de ser números y le podemos poner cara, nombre, apellidos, sueños, personalidad, aspiraciones a cada una de estas y entonces y sólo entonces nos va a caer el veinte a todos y a todas de lo que está pasando, de la violencia que se está viviendo y que no son exageraciones, no es que alguien vaya un día y diga ‘voy a ir a pintar el ángel’, para nada, es el resultado de una sociedad condescendiente y permisiva”, criticó.
Mariana Morfín compartió cómo este proyecto nació a partir de la historia de Fátima, una niña de 12 años que fue asesinada en febrero de 2015 en el Estado de México por tres de sus vecinos. “Me encuentro con esta historia hace muchos años, habré tenido como 14, y me acuerdo que no la acabé de leer porque mi mamá no me lo permitió, pero sí entendí que habían asesinado a una niña de 12 años. En ese momento, mi cabeza no iba a poder dimensionar la profundidad y lo fuertes que son los feminicidios y años después, en 2019, cuando comienza a cobrar más ruido el movimiento feminista, en una página de Instagram se hacía mención a víctimas de feminicidio y me volví a encontrar con la misma historia de esta misma niña, de Fátima, y ahí fue que ya acabé de leer la historia y me acuerdo que literalmente me quedé helada”.
“Sí estaba consciente que había feminicidios en el país, pero justamente yo las veía como cifras y me costaba mucho trabajo o más bien mi cabeza no quería pensar qué hay detrás de esas cifras, y esta es la primera vez en donde me encuentro con una historia y me enamoro de esta persona, de esta niña, que tenía todos estos sueños por delante, que hubiera sido una gran doctora, era muy estudiosa, le encantaba la poesía y que le cortan su vida de tajo, a partir de esta historia y de un hartazgo que yo ya sentía, de por qué tengo que estar todo el tiempo preocupada de que si me va a pasar algo”.
Morfín refirió que a partir de esta historia se quitó “la venda de los ojos” y “a partir de algunos libros que yo ya había leído de literatura latinoamericana que hablaba acerca de problemas sociales, yo creí que la mejor forma de abordar una problemática así, iba a ser a través de la literatura y fue que yo contacto a la mamá de Fátima y justamente, es algo muy curioso, pero no tuve que yo elegir las historias, únicamente la de Fátima, porque para mí hubiera sido imposible, cómo elegir del mar de historias que existen, sino que la mamá de Fátima fue quien me pone en contacto con el resto de las personas a las que entrevisté para las siguientes historias”.
Mariana platicó que aunque hay ciertos elementos de ficción, son menores. “Lo que yo quería que fuera es que sea lo más como apegado a la realidad posible, pero obviamente se ficcionaron varias cosas. Si a mi me dicen ‘a esta chica le encanta la poesía, obviamente, yo no te puedo decir qué poesía le encantaba y estas cosas, entonces, yo elijo algunas, o sea, me tomé algunas libertades que obviamente cheque con las familias, que estuvieran de acuerdo, pero sí me tomé ciertas libertades en cada una de las historias, en especial en la última historia, porque por temas jurídicos no se podía relacionar para no tener ningún ningún choque con el caso que ahorita mismo está teniendo sus audiencias”.
“Entonces sí hay ciertas libertades, pero están, todas estas libertades, están basadas en hechos reales, no toda la ficción está basada en cosas que sí suceden, que sí sucedieron, y como propias de cada una de las mujeres o niñas de las que trato”, comentó.