Una o dos patrullas de la policía ingresaban en una predio abandonado a las afueras de Cardel, en Veracruz, donde ya eran esperados por civiles armados, que eran miembros de la delincuencia. Se quitaban los uniformes y les entregaban a los jóvenes que habían recogido. Todos la conocían como “la barredora”, la responsabilizan de más de 60 desapariciones de jóvenes en Cardel entre 2012 y 2013.
En esas fechas, el responsable de la seguridad en Cardel era el comandante Marcos Conde, a quien las madres del Colectivo Solecito atribuyen esas desapariciones.
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Por Ignacio Carvajal
Coatzacoalcos, Veracruz, 3 de agosto (SinEmbargo).– Le decían “la barredora”. La responsabilizan de más de 60 desapariciones de jóvenes en Cardel entre 2012 y 2013. Era una célula de la delincuencia organizada que estaba apoyada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en los tiempos de Arturo Bermúdez, hoy preso por posible corrupción, pero no por delitos de lesa humanidad.
Una o dos patrullas de la policía ingresaban en una predio abandonado a las afueras de Cardel, donde ya eran esperados por civiles armados. Se quitaban los uniformes y se los entregaban a los civiles, que eran miembros de la delincuencia.
Además de los uniformes, los oficiales también cedían las patrullas, que se las llevaban por una o dos horas a realizar levantones por los barrios de Cardel, Úrsulo Galván, La Antigua, Paso de Ovejas, etc. Sus víctimas eran jóvenes quienes se presumía comerciaban droga al menudeo o realizaban actividades de vigilancia para grupos rivales.
La mayoría de las veces los capturaban solos, pero en otras, se los llevaban con quienes estuvieran acompañados, la debieran o no, y jamás se volvía a saber de ellos.
Todo indica que “la barredora” chambeó el primero de diciembre de 2012 en las canchas del Tamarindo, en la colonia El Modelo, de Cardel, de donde fueron “detenidos”, sin cargos aparentes, ocho jóvenes.
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A casi cinco años de ese evento, al menos seis de esos ocho chicos ya fueron identificados entre los 274 cuerpos que han sido rescatados en las fosas de Colinas de Santa Fe.
La identificación de los cadáveres se logró por medio de pruebas de ADN que fueron recolectadas en las jornadas del colectivo Solecito de Veracruz, y confrontadas por la Policía Científica. Se espera que en próximos días de haga la entrega de esos restos oficialmente a las familias cardelenses, dijo Basilia Bonastre, integrante de Solecito, y madre de uno de los chicos localizados.
De las otra dos víctimas, se presume que pudieron estar en otras fosas, y quedar identificados más adelante.
Los jóvenes desaparecidos en esa ocasión, según la denuncia 785/2012 de la Agencia del Ministerio Público de Cardel, mesa II, son Filiberto Alarcón Melgarejo, Arturo Figueroa Bonastre, Max Enrique López Bartolome, Charly Yosimar Rodríguez Torres, Miguel Ángel Sandoval Cervantes y Elgego Israel Rivera Álvarez.
De los que no figuran, sus padres no colocaron denuncia.
“Mi hijo se encontraba con sus amigos y otros jugando fútbol… ¿Qué más hacían?, nada… estaban allí en las canchita pasando el rato. Tengo cuatro testigos declarados que afirman que fueron estatales quienes se los llevaron a golpes e insultos. Que eran policías”, dijo una de las madres afectadas.
Ene esas fechas, el responsable de la seguridad en Cardel, era el comandante Marcos Conde, a quien las madres de Solecito atribuyen esas desapariciones y ya lo han jalado a declarar por ellas.
En entrevista, Conde dijo a este reportero que no tenía nada que ver con ese caso, que el día que se dieron los hechos, incluso apoyó a las mamás que buscaban a sus hijos que señalaban a elementos de la policía, pero federal.
Sin embargo, las mamás de Solecito insisten en que Conde está bajo sospecha por ese caso y otros más, y que miente.
Hasta el momento, a un año de iniciados los trabajos en Colinas han sido identificados Pedro Huesca, ex Ministerio Público Adscrito a la operación Veracruz Seguro, su ayudante, Gerardo Montiel, quienes también resultaron víctimas de delincuentes apoyados por policías que los interceptaron en Cardel el 13 de abril de 2013.
Igualmente, el abogado Rubén Vázquez, pareja de la lideresa del PRI Ángela Zamorano. Los dos desaparecieron en agosto del 2013 en Medellín de Bravo.