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Álvaro Delgado Gómez

04/06/2024 - 12:05 am

Los mexicanos no son imbéciles

“Los imbéciles son los que no aceptan que México es la patria común de todos, en su pluralidad”.

Cuando la derecha que postuló a Xóchitl Gálvez quiera saber la razón de su estruendosa derrota de este domingo 2 de junio, que es mucho peor que la de 2018, deberá buscar dentro de sí misma. Si lo hace, encontrará que ahí anida su inmenso desprecio a México y a sus compatriotas.

Si la derecha de verdad quiere explicarse por qué Xóchitl se derrumbó con el 28% de los votos, menos de la mitad del 60% que obtuvo Claudia Sheinbaum, descubrirá que necesita odiar menos y amar más a sus semejantes.

Si la derecha se mira hacia dentro hallará que padece el complejo de superioridad para camuflar su propia mediocridad, y para sentirse mejor prefiere insultar a mexicanos como personas inferiores y fabricar mentiras siempre, así sean grotescas y obvias.

Si la derecha quiere ser sincera con ella misma, descubrirá que este resultado electoral no es responsabilidad sólo de Xóchitl Gálvez, a la que quisieron hacer pasar como una mexicana común, sino de quienes la impusieron y que no ven a todos los mexicanos como sus iguales, sino como peones o súbditos.

Cuando la derecha haga un examen auténtico de por qué Morena y sus aliados ganaron la mayoría calificada en el Congreso, como no ocurría desde 1991, se dará cuenta de que sus conductas prepotentes y arrogantes de llamar muertos de hambre, indios patas rajadas y prietos a mexicanos sólo implican su propia destrucción.

Si la derecha quiere saber por qué Xóchitl Gálvez sólo ganó el minúsculo estado de Aguascalientes, todavía peor que cuando en 2018 Ricardo Anaya ganó únicamente Guanajuato, y Morena siete de los nueve gobiernos estatales, sabrá que antepuso la defensa de intereses facciosos a las causas de las personas y sus necesidades.

Sí: La derecha liderada por el oligarca Claudio X. González Guajardo convenció a 15 millones de mexicanos de votar por el PRIAN con la propaganda de los intelectuales y opinadores que hegemonizan los medios de comunicación, que jamás le perdonarán al presidente Andrés Manuel López Obrador colocarlos ante su propio espejo, pero si es honesta consigo misma sabrá que difícilmente ese número será mayor si mantiene la misma conducta vil y embustera.

No: Los mexicanos no son imbéciles. Los imbéciles son los que no han entendido que la mayoría de los mexicanos han adquirido una conciencia de su entorno, el de su comunidad y el de su patria, y saben también el inmenso valor que tienen su voz y su voto.

Los mexicanos no son imbéciles. Los imbéciles son los que no aceptan que México es la patria común de todos, en su pluralidad, y que nadie es más por su dinero y su poder que un obrero y un campesino o un profesionista, sino iguales ante la ley y el Estado.

Si la derecha no quiere saber ni entender que por el bien de todos primeros lo pobres, precisamente para que un día próximo no haya pobres y que todo mexicano se valga de su propio esfuerzo para vivir, entonces no hay mucho que hacer.

Si la derecha sigue ignorando el contundente mandado popular a Sheinbaum para que haga las reformas fundamentales en beneficio del país y se aparta del diálogo que ella convocará, aun cuando ella tenga mayoría calificada, entonces dará continuidad a su ruindad y su ruina.

Y si después de su tremendo fracaso del 2 de junio los Claudio X. González, Xóchitl Gálvez, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Carlos Loret de Mola, Joaquín López Dóriga y los chumeles que proliferan en todos los ámbitos prefieren culpar a otros de sus propios errores, si siguen diciendo que votaron los muertos de hambre, que fue una elección de Estado y que “López” tramó el fraude, entonces la derecha seguirá cosechando sólo fracasos.

Así seguirá: Ahogándose en su propio vómito.

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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