Después de meses y meses en los que las preferencias electorales permanecieron prácticamente sin moverse, en los días recientes por fin tuvimos cambios importantes. Fue una verdadera sorpresa para el país la encuesta del diario Reforma, la cual marca una diferencia de escasos cuatro puntos entre el puntero y el segundo lugar.
En particular, concede al candidato priísta un 38 por ciento de las preferencias, frente al 34 de AMLO y el 23 por ciento para la candidata panista. Más allá de los porcentajes específicos, es indudable la tendencia al alza de López Obrador, que parece consolidarse en el segundo lugar, y el descenso cada vez más acentuado –una verdadera debacle— de la campaña de Vázquez Mota.
Desde el punto de vista regional, la encuesta arroja resultados muy interesantes. En los estados del sur, López Obrador aventaja a Peña Nieto por diez puntos, mientras que en el centro del país la diferencia es de cinco puntos. Por el contrario, en los estados del norte el puntero es el candidato priista, seguido por Vázquez Mota; AMLO está en un lejano tercer lugar a quince puntos de distancia.
En el centro-occidente, territorio tradicionalmente favorable al PAN, la delantera es del PRI (con el 42 por ciento), seguido por Vázquez Mota (que pierde 10 puntos y baja hasta el 29 por ciento), con AMLO tercero (con 23 por ciento de preferencias, quien se beneficia del desastre panista y sube los mismos 10 puntos que pierde Josefina).
En cuanto al votante independiente, esencial para definir la elección, López Obrador arrebata el liderazgo por vez primera a Peña Nieto. El candidato de las izquierdas obtiene 43 por ciento (sube doce puntos respecto a la encuesta del mes pasado), frente a 26 del priísta (quien pierde ocho puntos, y dieciséis desde marzo).
Es evidente que la imagen del candidato priísta se ha venido deteriorando en las últimas semanas. Desde su presentación en la Universidad Iberoamericana y el posterior surgimiento de la gran alianza de jóvenes universitarios, agrupados en el movimiento #YoSoy132, de marcado carácter anti Peña Nieto, el priísta no está viviendo sus mejores días.
Si en un principio parecía que las encuestas no reflejaban dicho desgaste, ahora la situación es otra. El nerviosismo al interior de su campaña así lo indica.
No hay que olvidar que en buena medida la elección está en manos justamente de esos jóvenes: este primero de julio más de 14 millones de votantes asistirán por primera vez a la cita con las urnas.
Así, después de un largo periodo de preelectoral y de más de dos meses de campaña, en los cuales no pasaba nada, casi al final, la contienda se pone al rojo vivo.
Usando un símil futbolístico, parecía que el equipo tricolor iba ganando el partido con una cómoda ventaja de tres goles. Sin embargo, la diferencia se ha reducido a un solo tanto y además el conjunto pejista está jugando mucho mejor y tiene el control del partido. ¿Caerá el gol del empate y veremos la definición en los penaltis?
Sea cual sea nuestra preferencia, parece que ahora sí hay partido. Agárrense que esto se pone bueno.
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