El descubrimiento de la Mesochara dobrogeica, un girogonito de morfología ovoide con base y ápice, amplía la riqueza paleontológica de los fósiles continentales del Cretácico inferior apuntados.
Barcelona (España), 4 may (EFE).- Científicos españoles, junto a la Universidad de Bucarest, han descubierto la especie fósil Mesochara dobrogeica, una nueva planta acuática lacustre del Cretácico inferior, en Zăvoaia y Gherghina (Rumanía).
El descubrimiento por parte científicos del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (UB), publicado en la revista Cretaceous Research, amplía la riqueza paleontológica de los fósiles continentales del Cretácico inferior con este hallazgo y también identifica una nueva variedad de carófitos, una especie de algas.
La Mesochara dobrogeica es un girogonito de morfología ovoide con base y ápice apuntados.
“Esta nueva especie del género Mesochara sería el representante más antiguo de la subfamilia Charoidae de carófitos actuales”, ha explicado el profesor del Departamento de Dinámica de la Tierra y de Océano de la Universidad de Barcelona (noreste de España) y autor del trabajo Josep Sanjuan.
Los carófitos son algas pluricelulares considerados los antecesores de las plantas vasculares, que hasta la actualidad han ocupado ambientes acuáticos lacustres.
“En el Cretáceo inferior, la flora de los carófitos de las paleoislas del extenso archipiélago que conformaban la actual Europa y el Magreb revelaba una identidad biogeográfica diferenciada”, informan los investigadores.
Este hallazgo muestra una coincidencia del 75 por ciento de los taxones de los carófitos de la paleoisla de Iberia y Hateg (Rumanía) que, según Sanjuan, “permitiría diferenciar estas flores insulares de las flores continentales vecinas”.
Para la comunidad científica, los restos fósiles de los carófitos cuentan con un alto valor bioestratigráfico y son unos indicadores fósiles de la edad relativa de las secuencias continentales.
Ante esta consideración, los investigadores destacan el papel de este descubrimiento para determinar la evolución de las sucesiones continentales del Cretácico inferior.