Los escenarios contemplados por el informe del IPCC subrayan que el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados no se podrá obtener antes de la segunda mitad de siglo.
Ginebra/Madrid, 4 abr (EFE).- Los próximos años serán “críticos” para limitar el calentamiento global al 1.5 ºC desde los niveles preindustriales, pero las emisiones de gases de efecto invernadero deberán reducirse en un 43 por ciento para el año 2030 y, las de metano, en un tercio.
Así se desprende del informe que ha publicado este lunes el grupo de especialistas en cambio climático de la ONU, que asegura que el objetivo de contener el calentamiento por debajo de 1.5 ºC en 2100 es “inalcanzable” sin una reducción “inmediata y profunda” y “en todos los sectores” de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Se trata de la tercera y última parte del sexto Informe de Evaluación (IE6), un tipo de documento que el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas publica cada seis o siete años para actualizar lo que la comunidad científica internacional sabe sobre la crisis climática, sobre sus consecuencias presentes y futuras y sobre sus posibles soluciones.
Este trabajo -elaborado conjuntamente por 278 autores de 65 países y que ha contado con la contribución de otros 354 expertos- se ha centrado en la mitigación del cambio climático, es decir, en las acciones capaces de reducir las emisiones GEI necesarias para evitar los peores impactos de la crisis climática.
UN MENOR CONSUMO DE GAS, CARBÓN Y PETRÓLEO
La reducción de emisiones lograda a partir de las mejoras en eficiencia en los procesos alimentados con gas, carbón y petróleo es inferior al aumento de las emisiones debido a la cada vez mayor actividad en la industria, la energía, el transporte, la agricultura y la construcción, han calculado los especialistas.
Aunque los combustibles fósiles acaparan más financiación que las políticas de adaptación y mitigación climática -recuerdan en su escrito- los autores estiman que el consumo de carbón deberá haberse reducido un 95 por ciento para mediados de siglo respecto a 2019, el de petróleo un 60 por ciento y el del gas un 45 por ciento.
The evidence is clear: the time for action is now. We can halve emissions by 2030.
The #IPCC has just released its latest #ClimateReport on the mitigation of #climatechange.
Press Release ➡️ https://t.co/N9cLJFBbnA
Read the report ➡️ https://t.co/mIdBKgvokW pic.twitter.com/JbvFYy72qf— IPCC (@IPCC_CH) April 4, 2022
“Estamos en una encrucijada”, ha alertado el presidente del IPCC, Hoesung Lee, para quien “las decisiones que tomemos ahora pueden asegurar un futuro habitable” y “tenemos las herramientas y los conocimientos necesarios para limitar el calentamiento”.
En la rueda de prensa en que se ha presentado el informe, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha destacado el contexto de “turbulencia global” en que llega la publicación, pues “las desigualdades alcanzan niveles sin precedentes, la recuperación de la pandemia del COVID-19 es escandalosamente desigual, la inflación aumenta y la guerra en Ucrania hace que los precios de los alimentos y la energía se disparen”, pero ha advertido de que “el aumento de la producción de combustibles fósiles sólo empeorará las cosas”.
Inger Andersen, directora del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, ha subrayado que este documento “muestra de nuevo” que “aún no estamos haciendo lo suficiente” y que “en las dos últimas décadas se ha producido el mayor aumento de las emisiones, a pesar de que sabemos el problema en el que estamos”.
“Las medidas a medias no reducirán las emisiones de GEI a la mitad para 2030”, ha lamentado Andersen, mientras que el científico Jim Skea, copresidente del grupo de trabajo del IPCC a cargo del documento, ha añadido: “Tenemos que actuar ahora” pues, “cuanto más pospongamos la acción, mayores serán los retos de viabilidad física” para atajar la crisis.
El IE6 explora algunas de las “opciones” que existen para lograr ese recorte de emisiones, como por ejemplo la producción a partir de electricidad baja en emisiones, el hidrógeno o la captura y almacenamiento de carbono, aunque sobre esta solución advierte de los “posibles efectos adversos” negativos que puede tener para la biodiversidad y las personas, relacionados sobre todo a los usos del suelo.
Además destaca el papel de la electrificación del transporte y de la mejora de la eficiencia energética.
Los científicos señalan que las actuales promesas establecidas a nivel nacional bajo el Acuerdo de París son “insuficientes” para lograr la meta del grado y medio e inciden en las diferencias regionales que hay en la responsabilidad del problema y en la capacidad para abordarlo.
“A nivel mundial, el 10 por ciento de los hogares con las mayores emisiones per capita contribuye con el 34-45 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero basadas en el consumo global, mientras que el 40 por ciento medio contribuye con el 40-53 por ciento y, el 50 por ciento inferior, con el 13-15 por ciento”, concluyen los autores.
FINANCIACIÓN CLIMÁTICA INSUFICIENTE, LENTA Y DESIGUAL
Los expertos sostienen que “hay suficiente capital y liquidez global para cerrar la brecha de inversión”, pero se necesitan políticas públicas para alinear de manera más rápida los flujos financieros hacia los objetivos de París, que “aún son entre tres y seis veces inferiores de lo que sería necesario para 2030”, ha resaltado el copresidente del IPCC Ramón Pichs Madruga, y se distribuyen de forma desigual entre regiones y sectores económicos.
“Sin tener en cuenta los beneficios económicos de la reducción de los costes de adaptación o de los impactos climáticos evitados, el PIB sería sólo unos pocos puntos porcentuales inferior en 2050 si tomamos las medidas necesarias para limitar el calentamiento a 2 °C o menos, en comparación con el mantenimiento de las políticas actuales”, ha recalcado por su parte Priyadarshi Shukla, otro copresidente del IPCC.
AL RITMO ACTUAL, EL PLANETA SE CALENTARÁ 3.2 GRADOS ESTE SIGLO
Sin unas políticas ambientales mucho más firmes, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán aumentando más allá de 2025, lo que puede llevar a un calentamiento global de hasta 3.2 grados hacia 2100, a pesar de que el objetivo es no superar los 1.5 grados, advierte un nuevo informe de la ONU.
Las emisiones netas globales deben bajar un 43 por ciento en 2030, con respecto a las de 2019, y un 84 por ciento en 2050 con el fin de cumplir con el objetivo de 1.5 grados, e incluso en caso de que esto se logre es probable que la temperatura exceda ese límite de manera temporal para luego empezar a descender, indica el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
El documento subraya que incluso si los países cumplen los compromisos de reducción de emisiones expresados en la reciente Conferencia del Cambio Climático de Glasgow, en noviembre de 2021, la subida de la temperatura global sería de 2.8 grados a finales de siglo con respecto a los niveles preindustriales (1850).
En el texto se calcula que el mundo puede lograr la neutralidad de carbono (emisiones netas cero) a mediados de este siglo, lo que supondría reducir las emisiones actuales en un 50 por ciento.
La mayor parte de los escenarios contemplados por el informe subraya que el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados no se podrá obtener antes de la segunda mitad de siglo.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero ascendieron a 59 gigatoneladas en 2019, una cifra un 12 por ciento mayor que la de 2010, aunque el ritmo de aumento se ha reducido con respecto al periodo 2000-2009, destaca el informe.
Las emisiones anuales medias en la década 2010-2019 fueron más altas que en cualquier otro decenio previo.
Entre 2010 y 2019 el mundo emitió casi la sexta parte (el 17 por ciento) de las emisiones acumuladas en el periodo industrial (desde 1850) y, según el IPCC, solo puede permitirse emitir en torno a un 20 por ciento más para lograr el objetivo de no sobrepasar 1.5 grados de calentamiento global en este siglo.
Según los expertos que han elaborado el documento, cuya finalización se retrasó nueve meses a consecuencia de la pandemia, la crisis sanitaria permitió una reducción momentánea de en torno al 5.8 por ciento interanual en las emisiones en la primera mitad de 2020, pero el fuerte rebote a final de año anuló sus efectos positivos.
Alrededor de un 34 por ciento de las emisiones en 2019 corresponde al sector energético, un 24 por ciento a la industria, un 22 por ciento al sector agropecuario, un 15 por ciento al transporte y un 6 por ciento a la construcción.
En la década estudiada las emisiones de los sectores energético e industrial frenaron su crecimiento, pero se mantuvieron constantes en los transportes, subraya el texto, según el cual las áreas urbanas concentran en torno a un 70 por ciento de las emisiones, una tasa que va en aumento.
Por regiones, Asia Oriental concentra actualmente un 17 por ciento de las emisiones globales, siendo la región que lidera en este indicador, seguida de Norteamérica (12 por ciento), Latinoamérica y el Caribe (10 por ciento), África y el sureste de Asia (un 9 por ciento cada uno), Asia Meridional y Europa Occidental (un 8 por ciento cada uno).
Sin embargo, Norteamérica acumula el 23 por ciento de las emisiones de la era industrial iniciada en 1850, Europa el 16 por ciento, Asia Oriental el 12 por ciento y Latinoamérica el 11 por ciento, siendo los mayores emisores históricos.
En caso de ser cumplidos, los compromisos asumidos en la Conferencia del Cambio Climático de Glasgow reducirían las emisiones entre cuatro y siete gigatoneladas de CO2, una cifra aún lejos de las 20 gigatoneladas necesarias para no superar en 1.5 grados la subida global de temperaturas.