A pesar de la reducción de movilidad y tráfico por prevención a la pandemia, en México la mala calidad del aire persiste por los cientos de incendios forestales y la temporada de ozono, de acuerdo con datos oficiales.
Ciudad de México, 4 abril (SinEmbargo).– La disminución de contaminación atmosférica por la cuarentena en Europa y otros países no ocurre en México. Tanto la temporada de incendios forestales como de ozono han comenzado, y con ello la constante mala calidad del aire que afecta a la salud, a pesar de que las medidas contra el coronavirus han disminuido la movilidad y actividad de algunos mexicanos, muestran cifras oficiales.
En México la movilidad ha caído el 45 por ciento a lugares de ocio, el 46 por ciento a sitios de recreo, el 47 por ciento a estaciones, el 19 por ciento a mercados, y el 20 por ciento a los puestos de trabajo, de acuerdo con la medición de Google con el localizador de los teléfonos móviles.
Pero ante estas emisiones de contaminantes, el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA) ha registrado “mala” calidad del aire estos primeros días de abril desde sus estaciones de Mexicali, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua; Monclova, Coahuila; Monterrey, Nuevo León; Durango, Durango; Tepic, Nayarit; Guadalajara y Puerto Vallarta, Jalisco; Celaya e Irapuato, Guanajuato; Pachuca, Atotonilco, Hidalgo; Toluca, Estado de México; Ciudad de México; Minatitlán, Veracruz, Oaxaca, Oaxaca.
“No estamos saliendo y el tráfico se reduce sustancialmente. Sin embargo, nosotros seguimos contaminando desde casa cocinando y usando más el gas [casi el 0.6 por ciento de los hogares usa estufa eléctrica, Inegi, 2018]. Y hay que tomar en cuenta los incendios por la alta presión y temperaturas, más el ozono; todo eso incide con las características geográficas y orográficas del Valle de México. Es una combinación de varios factores”, expuso Gustavo Sosa Núñez, especialista en política ambiental y política de calidad del aire.
Del 24 de marzo al 3 de abril, un periodo con altas temperaturas y sequía, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) ha registrado 361 incendios de pastos y matorrales en estados de la región norte, centro y sur, lo que ha afectado a más de 14 mil 199 hectáreas, el equivalente a las dañadas durante 2019 en Baja California. Sosa dijo que al analizar el tipo de terreno y ubicación del siniestro podría deducirse si algunos han sido provocados por intereses “de algún actor poderoso”.
Solo en la Ciudad de México, en lo que va del año se han presentado más de 230 incendios que han afectado 514.40 hectáreas de pastizales, arbusto y hojarasca, por lo que del 5 al 12 de abril la dependencia implementará un operativo para atender nueve alcaldías durante el periodo vacacional de Semana Santa y Semana de Pascua.
El presupuesto para la Conafor se ha reducido cada año, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda. Para este año, cuenta con 2 mil 986 millones de pesos, un 5.6 por ciento menos que el año pasado (3 mil 165 mdp), y 31 por ciento menos en comparación con 2018 (4 mil 391 mdp).
MALA CALIDAD TAMBIÉN POR OZONO
Además las altas concentraciones de ozono, causadas por la quema de combustibles fósiles, iniciaron desde febrero y se mantendrán hasta junio, de acuerdo con la Comisión Ambiental de la Megalópolis.
En la Zona Metropolitana del Valle de México, habitada por más de 20 millones, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) advirtió que de acuerdo con el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, para la presente temporada de ozono se espera en la región menos lluvias y altas temperaturas por arriba del promedio en el sur y oriente, lo que favorecerá la formación de ozono. Se estiman hasta siete días con muy altas concentraciones de ozono en la ZMVM que podrían propiciar la activación de contingencias ambientales atmosféricas.
En la Ciudad de México el transporte público y privado, y la industria son los principales precursores de ozono y partículas PM2.5 y 10, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente local. Desde finales de marzo, ante el llamado a quedarse en casa y el cierre de actividades no esenciales, el flujo vehicular y movilidad se ha reducido entre 60 y 70 por ciento en promedio, y el uso del metro y metrobús otro 50 por ciento, ha informado el Gobierno local. Aunque, reconoció la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo el martes, puede haber zonas en donde haya mayor congestionamiento.
“El simple hecho de estar exhalando estamos contaminando. La diferencia es que se reduce el porcentaje de la contaminación atmosférica por la cuarentena. Si pasamos a la fase 3, y prohiben la circulación a excepto de patrullas y carros autorizados para surtir mercados y farmacias, habrá menos tráfico. Lo interesante es qué sucederá después cuando se empiece a reactivar la economía”, planteó el investigador ambiental Gustavo Sosa. “Es un proceso de incertidumbre. Cómo será nuestro comportamiento para no generar contaminación una vez que pase este episodio de la epidemia”.
Este viernes el Índice de Aire y Salud en la Ciudad de México indicaba una mala calidad, principalmente por partículas PM 2.5. Y a nivel internacional, México se encontró entre los diez primeros países con el peor índice de contaminación del aire a lo largo de esta semana, expone el World Air Quality Index que considera ozono, partículas y otros contaminantes.
DAÑOS A LA SALUD
La contaminación del aire representa un riesgo para la salud y una carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma. La contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca cada año 4.2 millones de defunciones prematuras, más de casi el millón causadas por el coronavirus en lo que va este 2020, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 2017 el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) estimó para México un total de 48 mil 072 muertes prematuras a causa de la contaminación del aire.
Los daños a la salud dependen de las condiciones físicas del individuo que se encuentra expuesto, el tiempo de exposición, la concentración y tipo del contaminante que pueden ir desde molestias leves en el sistema respiratorio, el agravamiento de síntomas preexistentes o enfermedades pulmonares y en casos extremos la muerte.
Para la población más sensible a la alta contaminación por ozono, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) recomienda evitar hacer actividades al aire libre entre la una y las siete de la tarde; en caso de molestias en ojos, garganta o nariz, procurar mantenerse en lugares cerrados y si las molestias continúan, acudir al médico.
A la población en general, pide informar sobre incendios forestales al teléfono 01 800-INCENDIO (4623-6346); compartir el auto y caminar distancias cortas; reducir el tiempo de baño a un máximo de cinco minutos para reducir las emisiones por la quema de combustible y cocinar los alimentos tapando las ollas y sartenes.