Aquellos romances en el mundo del espectáculo podrían parecer un simple chisme, sin embargo, la mayoría de estos han vaciado sus emociones en la música. Discos completos, singles e incluso documentales. Todo lo que nos dio -y nos da todavía- la ruptura de una pareja.
La autora hace un repaso histórico lleno de curiosidades de la vida de los artistas y sobre los movimientos culturales que surgían. Pasa por el folk, punk-rock, disco, jazz, funk. También incluye recomendaciones de películas y documentales.
Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo).- La mítica canción homóloga al título de este libro la conocemos todos. “I Will Always Love You” (de Witney Houston), es un ícono de la música y la cultura pop de finales de la década de 1980. Pero ¿realmente nos amaremos por siempre?
La autora Marisa Morea, cuenta que este material nace de un miedo a la palabra “siempre” cuando acompaña un “te quiero”. Eso, junto con su amor por la música y unas preciosas ilustraciones hechas por ella, dieron vida a lo que resulta ser una intromisión sutil a una la cultura musical de varias décadas.
Quizá el amor no es para siempre, o para todos, pero el arte -y la música específicamente- sí. Aquellos romances en el mundo del espectáculo podrían parecer un simple chisme y nada que en realidad trascienda.
Sin embargo, la mayoría de estos han vaciado sus emociones en la música. Discos completos, singles e incluso documentales. Todo lo que nos dio -y nos da todavía- la ruptura de una pareja.
“La idea del libro surgió de pasión por la música y mi amor por la ilustración”, explica Marisa Morea antes de desglosar los 22 capítulos de la edición.
El amor de estos personajes significó mucho para ellos y para otros tantos que hemos quedado encantados con sus materiales.
¿Qué hace que una canción te llegue? Justamente los sentimientos que plasmó el artista en ella. Que es algo personal y sin intención de ser comercial. La parte más sincera del arte, que al final para eso es.
En “I Will Always Love You” el repaso histórico va lleno de curiosidades de la vida del artista y sobre los movimientos culturales que surgían. Pasa por el folk, punk-rock, disco, jazz, funk. Además, también incluye recomendaciones de películas y documentales donde se involucraron los artistas. Ya sea por trabajo o por “amor”.
Algunas de estas parejas se unieron primero de manera profesional y después fue inevitable enamorarse. Ese fue el caso de Nick Cave y PJ Harvey. Grabaron juntos la canción “Henry Lee” para el álbum Murder Ballads (1996) de la banda de Nick.
La canción sólo fue el puente para conocerse y enamorarse a primera vista. Como advertencia, la letra de la “Henry Lee” nada tiene que ver con el romance entre Cave y Harvey, pero es buenísima de igual forma.
Otras tantas parejitas que surgieron desde lo profesional y que dejaron una huella importante en la música:
El clásico romance de Jonhy Cash y June Carter que desembocó en la famosa “Ring of Fire”.
The Rolling Stone no podía faltar dentro de este ejemplar. Un escabroso enredo durante los años sesenta entre Mick Jagger y Marianne Faithfull, que aunque sólo duró cuatro años nos dejó piezas musicales como “Sympathy for the Devil” (basada en la historia de un libro que se regalaron), “Sister Morphine”, “You Can’t Always Get What You Want” (que relata una fiesta de la época que se salió de control y que terminó con la banda en la cárcel), o “Wild Horses” (dedicada a la ruptura de la pareja).
El movimiento feminista no podía faltar. Marissa Morea habla sobre el amor entre Corin Tucker y Carrie Brownstein, integrantes de la banda Sleater Kinney, perteneciente al movimiento Riot Grrrl.
Aunque se separaron sentimentalmente en 1996, la agrupación continuó hasta el 2006. Lo mejor fue que en 2015 volvieron para lanzar el tema “No Cities to Love”.
El el caso de Brett Anderson y Justine Frishcmann primero surgió el amor y después la música. Formaron la banda británica Suede. Luego de un tiempo juntos y varias canciones más, Frishcmann salió del proyecto y de la vida de Anderson. Formó Elastica y a la par se enamoró de Damon Albarn, vocalista de Blur.
Afortunadamente tuvieron mucho éxito en sus carreras. Para su amor no fue lo mismo y terminaron después de ocho años.
Entonces, Blur publicó su álbum “13” que se inspiró en la ruptura amorosa. Y bueno, es una joya.
Otro triángulo amoroso fue el de George Harrison, su esposa Patty Boyd, y Eric Clapton. Harrison y Clapton eran grandes amigos pero eso no impidió que Patty y Eric se enamoraran y vivieran por un tiempo un romance a escondidas.
La canción “Layla” habla sobre esa época de sus vidas. Después, Boyd se divorció del integrante de The Beatles y se casó con Clapton.
La famosísima relación entre John Lennon y Yoko Ono, el matrimonio entre Courtney Love y Kurt Cobain -que definitivamente acabó mal-, el fracaso amoroso de Kim Gordon y Thurston Moore -después de años trabajando juntos en Sonic Youth- y otros tantos romances que incluye Marissa, hacen que el libro sea un deleite musical.
Canciones vistas de otra manera. Incluso te ayuda a reinterpretar y entender la música de otra forma.
Quizá el amor eterno no existe. Probablemente, no en el concepto que tenemos de esa idea. Mientras, armemos todas las playlist que podamos.
“A lo mejor es que soy un poco morbosa, pero cuando me gustaba una canción y me interesaba por ese artista, siempre coincidía que había estado enamorado de otro artista y ya no estaban juntos”, aclara la autora.
Al final del libro, Morea incluye una especie de álbum fotográfico de las parejas musicales que aún están juntas (por ahora) como Beyoncé y Jay-Z, Elvis Costello y Diana Krall, Gloria y Emilio Estefan, por nombrar algunos.
En lo que definimos si el “te amaré por siempre” es real, hay que escuchar todas estas obras musicales. Esas sí nos pueden acompañar el resto de nuestras vidas.