“Lo único que pido es que me devuelvan a mi hijo. No tengo nada contra nadie, lo único que quiero es a mí hijo, porque para mí es mucho dolor todos los días. No tengo vida, no tengo paz, no duermo y no hay un día que pase sin preguntarme: ¿qué pasó?”, dice Alicia Juárez Domínguez, madre de Samuel Salinas Juárez, joven de 16 años desaparecido en Michoacán.
Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo).– Samuel Salinas Juárez, un jovencito guerrerense de 16 años de edad, tenía una gran pasión por las motocicletas y la mecánica. Soñaba con algún día poner su propio taller para que su mamá ya no tuviera que trabajar; sin embargo, el menor de edad fue plagiado junto con dos adultos cuando viajaban por una brecha en San Juan Parangaricutiro, Michoacán, el martes 30 de enero de 2018.
Alicia Juárez Domínguez, madre del joven, ha pasado más de un año entre el dolor, la desesperación y la frustración ante los pocos indicios sobre el paradero de su hijo. Los escasos recursos, amenazas y el temor han limitado a la guerrerense para viajar a Michoacán y ella misma buscar al menor de sus cuatro hijos.
Sin embargo, la oportunidad de acudir a ese estado acompañada de varios familiares de personas desaparecidas, como parte de la V Caravana de Búsqueda de Personas en Vida, ha despertado una nueva esperanza en Alicia.
APASIONADO A LAS MOTOS
“El Chino”, le decían de cariño familiares y amigos, era el menor de cuatro hijos y vivía con su familia en el pueblo San Pedro Las Playas en Acapulco, Guerrero. El jovencito tenía un fuerte gusto por las motocicletas y quería aprender mecánica.
“A mí hijo le entró mucha pasión por arreglar motos. El gran sueño de mi hijo era poner su propio tallercito, él quería que yo ya no tuviera que trabajar, era la ilusión de mi niño y le arrebataron su sueño”, platicó Alicia en entrevista con SinEmbargo.
Alicia explicó que a finales de 2016 se mudó al pueblo un joven mecánico llamado Ismael y su familia. Eran originarios de San Juan Nuevo, Michoacán, pero se trasladaron a Guerrero porque tenían parientes en Acapulco. Ismael puso un taller de motos.
Samuel terminó la secundaria, pero antes de concluir el nivel básico de educación empezó a ir al taller de Ismael para aprender el oficio. “Cuando salía de la escuela, iba y le ayudaba a este muchacho en el taller”, agregó la mujer.
Ismael y su esposa se hicieron amigos de la madre y hermanos de Samuel; sin embargo, a finales 2017, la joven familia decidió retornar a Michoacán, contó Alicia.
“Cuando ellos deciden regresar a su pueblo, mi hijo se quedó a medias [en el aprendizaje del taller de motos]. Yo hice buena amistad con ese muchacho [Ismael] y él me pidió permiso para que Samuel fuera con él a San Juan Nuevo, Michoacán, a trabajar en un taller más grande donde él trabajaba. Lo invitó a laborar ahí para que mi hijo terminara de aprender”, relató la madre.
Alicia dio permiso a su vástago para ir a Michoacán y el joven se mudó el 27 de noviembre de 2017 para trabajar en el mismo taller donde laboraba Ismael.
“Mi hijo estaba muy contento en ese taller. Yo tenía contacto con él todos los días, incluso él me mandaba fotos del trabajo que estaba haciendo en el taller donde estaba”, comentó la madre.
Sin embargo, a mediados de enero de 2018 el dueño del taller se accidentó, se fracturó y tuvo que cerrar el negocio, por lo que Samuel e Ismael se quedaron sin empleo.
“Como el muchacho [Ismael] tenía a su esposa y a sus hijos tuvo que buscar la manera de mantenerlos y le ofrecieron un trabajo para hacer viajes de San Juan Nuevo a Durango. Iba a llevar plantas a Durango y regresaba con abono”, detalló Alicia.
Un día Ismael invitó a Samuel a acudir a uno de los traslados, agregó Alicia.
EL SECUESTRO
El 29 de enero fue la última vez que Alicia tuvo contacto con su hijo. Samuel e Ismael se encontraban en Durango y al día siguiente regresaban a Uruapan, Michoacán.
“Ya iban de regreso, pero se le ponchó a una llanta al camión, en un lugar llamado Capácuaro, cerca de Uruapan, Michoacán, que era su destino”, platicó la madre.
Los jóvenes llamaron al dueño del camión, Jesús M, y le pidieron que fuera a auxiliarlos. El propietario del torton y su esposa se dirigieron a Capácuaro para cambiar el neumático. “El dueño llegó con ellos, repararon la llanta y siguieron la marcha”, agregó la entrevista.
Ismael y Samuel iban a bordo del camión y detrás de ellos, en su camioneta, iban Jesús y su esposa.
“Me dijeron [una testigo] que avanzaron quizá un kilómetro, pero en la carretera había un trayecto donde no dejaban pasar a los camiones pesados y tuvieron que tomar una brecha”, narró Alicia.
Un grupo de hombres armados interceptaron y detuvieron al camión y la camioneta cuando cruzaban por la brecha. Samuel, Ismael, el dueño del camión y su esposa fueron privados de la libertad.
“Se los llevaron y desde ese momento hasta la fecha no sé nada más de ellos”, comentó Alicia.
La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, en el informe presentado por su anterior titular, Roberto Cabrera, – el reporte más actualizado hasta el momento– se estima que hay desaparecidas al menos 5 mil 118 personas de 16 a 20 años, rango de edad que tenía Samuel cuando fue desaparecido.
Por su parte, la Red de Derechos por la Infancia en México (REDIM), ha detallado en recientes informes que del 1 diciembre de 2012 al 30 de abril de 2018, seguían desaparecidos 4, mil 980 niños, niñas y adolescentes. La organización ha destacado que de cada 4 desapariciones de niñas, niños y adolescentes, 3 ocurrieron durante la administración de Enrique Peña Nieto, es decir un 75.3 por ciento.
TESTIMONIO
Alicia recibió la noticia de la privación de la libertad de su hijo al día siguiente de los hechos. La esposa de Ismael y hermanos de Jesús son quienes acudieron a interponer la denuncia ante las autoridades en Michoacán, de acuerdo al relato de la madre.
Las familias de los tres varones sustraídos pudieron conocer los hechos porque la esposa de Jesús, el dueño del camión, fue liberada tras ser golpeado¡a ese mismo día de los hechos.
De acuerdo a la narración de la víctima, cuando fue liberada los captores le señalaron que también iban a dejar en libertar a los tres hombres horas o días después, pero no ocurrió de esa forma.
“A la esposa del dueño del camión la soltaron. Ella estaba toda golpeada y ella comentó que le dijeron que más tarde los iban a soltar a ellos y que para ‘mañana iban a estar en sus casas’”, detalló Alicia.
Alicia Juárez se trasladó a Michoacán para indagar, pero no le dieron mayores detalles.
“Al ir para allá, solo me dijeron que ya andaban buscándolos, pero no me supieron decir más de ellos, no me quisieron dar ninguna otra explicación. […] Cuando yo fui a San Juan Nuevo, la esposa del Señor ella nunca quiso hablar conmigo, yo quería platicar con ella, pero no quiso darme la cara, ni hablar conmigo. Yo lo que sé por boca de la esposa de Ismael”.
El camión que manejaban las víctimas fue localizado un mes después: estaba en un corralón del pueblo porque presuntamente lo hallaron abandonado, pero dentro del automotor no encontraron o buscaron mayores rastros de los desaparecidos.
Alicia explicó que sólo estuvo unos días en Michoacán y tuvo “caso que huir” a su casa. “Ya no regresé porque a mí me dijeron que me fuera de ahí porque estaba muy peligroso, me dijeron que me saliera de ese pueblo porque si yo seguía ahí me podían matar; más que siendo de Acapulco, más que siendo de Guerrero, que no tenía por qué estar ahí. Prácticamente salí huyendo del lugar. Ya no pude regresar por temor”, explicó.
Además, cuando intentó poner la Alerta Amber en Michoacán, la persuadieron para no hacerlo con el argumento que eso podría poner en peligro la vida de su hijo.
Pasaron seis meses y sin tener noticias de su hijo, Alicia empezó a buscarlo en redes sociales, en donde ha basado gran parte de su búsqueda, pues teme ir a Michoacán sola.
“He tratado de hablar con la esposa de Ismael, pero solo me dice que no saben nada, y que las autoridades no les han dado respuesta de nada”, agregó.
Alicia acudió al Ministerio Público en Guerrero para saber si podía dar seguimiento, pero le indicaron que debido a que el adolescente desapareció en Michoacán “ me dijeron que ellos no me podían ayudar en nada”.
LA CARAVANA
Decenas de familiares de personas desaparecidas y voluntarios saldrán del 27 al 12 de mayo a Michoacán, donde se realizará la V Caravana de Búsqueda en Vida, la cual, consiste en que los familiares y participantes acuden a cárceles, centros de regulación sanitaria, calles y hospitales en busca de sus seres queridos.
Aunque la tendencia de esta caravana es la búsqueda de las personas con vida, visitan Semefos y este año, por primera vez, también van a realizar búsqueda de fosas, dijo a SinEmbargo Julio Sánchez Pasillas, padre de Tania Sánchez Aranda, joven secuestrada el 21 de enero de 2012, en Coahuila, y fundador de la Caravana de Búsqueda.
Alicia Juárez es una de las 84 personas familiares de personas desaparecidas que este año se integrarán a la caravana este año. El movimiento ha despertado una esperanza en la madre de Samuel. “Ahora quiero aprovechar este movimiento para asistir porque quiero saber algo de mi hijo, qué pasó, qué le hicieron, porque no es justo, porque mi hijo no se metía con nadie, aquí muy querido en el pueblo, era un niño bien noble”, detalló.
Julio Sánchez detalló que hasta el momento se han registrado un total de 150 brigadistas, de los cuales, 84 son familiares de personas desaparecidas, y el resto son personas voluntarias: activistas, rastreadores, psicólogos y estudiantes de psicología, quienes brindarán apoyo psicosocial durante toda la caravana.
Sánchez Pasillas destacó que, al igual que años anteriores, la caravana acude con mecanismos de seguridad y serán acompañados por Policía Federal, así como policías estatal y municipal.
Alicia platicó que no ha tenido contacto directo con autoridades sobre su caso, por eso motivo, también aprovechará la caravana para asesorarse y que le tomen, por primera vez pruebas de ADN. La madre de familia clamó por ayuda para encontrar a su hijo o saber qué sucedió con él.
“Lo único que pido es que me devuelvan a mi hijo. No tengo nada contra nadie, lo único que quiero es a mí hijo, porque para mí es mucho dolor todos los días. No tengo vida, no tengo paz, no duermo, y no hay un día que pase sin preguntarme qué pasó”.