Ciudad del Vaticano, 4 Abr (Notimex).- El Papa Francisco advirtió hoy que quienes tienen el poder siempre quieren callar a los profetas, incluso dentro de la Iglesia donde se han cometido errores silenciando a hombres buenos y santos.
Durante el sermón de su misa diaria matutina, en la capilla de la Casa Santa Marta, el líder católico reconoció que muchos pensadores católicos fueron perseguidos pero estableció que la Iglesia, “gracias a Dios, sabe arrepentirse”.
Sostuvo que los profetas “luchan contra las personas que enjaulan el espíritu santo” y por eso son perseguidos, “¡siempre!”. Ellos, agregó, son incomprendidos y dejados de lado, como ocurrió con Jesús y lo llevó a su muerte.
Precisó que eso no acabó con la muerte de Cristo, sino que se perpetua en los santos, quienes han padecido muchas persecuciones incluso en la Iglesia, “hostigamiento desde fuera y persecución desde dentro”.
“Pienso en uno, ahora, en este momento, no lejos de nosotros, un hombre de buena voluntad, un profeta de verdad, que con sus libros reprochaba a la Iglesia de alejarse del camino del Señor. Pronto fue llamado al orden, sus libros puestos en el índice, le quitaron la cátedra y así para este hombre terminó su vida: no hace mucho de esto”, estableció.
“¡Pasó el tiempo y hoy es beato! ¿Pero cómo es que ayer era un hereje y hoy es beato? Porque ‘ayer los que tenían el poder querían silenciarlo, ya que no les gustaba lo que decía. Hoy la Iglesia, que gracias a Dios sabe arrepentirse, dice: ‘¡No, este hombre es bueno!’. Es más, está en el camino de la santidad: es un beato”, apuntó.
El Papa lamentó que en la “sociedad mundana” actual, “demasiado tranquila” y “que no quiere problemas”, en muchos países existe la pena de muerte o en encarcelamiento por tener la Biblia en casa.
Reveló que un fiel de esos países le contó que allí no se puede orar juntos porque está prohibido y entonces sólo se puede rezar escondido. Cuando quieren celebrar la misa tienen que fingir una fiesta de cumpleaños.
“Cuando ven que llega la policía, rápidamente ocultan todo y ‘¡Felicidad, felicidad! ¡Feliz cumpleaños!’. Así prosigue con la fiesta. Luego, cuando se van, terminan la eucaristía. Así tienen que hacer, ya que está prohibido rezar juntos. ¡Hoy en día!”, criticó.
