Bloomberg gastó más de 500 millones de dólares en su campaña. Hoy su sueño está roto

04/03/2020 - 6:46 pm

Su salto a la política fue en apoyo económico al Partido Demócrata, pero no dudó en 2001 en pasarse al bando republicano para lograr su nominación para la Alcaldía de Nueva York, que obtuvo tras gastarse 70 millones de su bolsillo, lo que entonces fue un récord en la historia electoral de EU.

Por Carles Escolà

Nueva York, 4 mar (EFE).- Aunque Donald Trump lo llame “Mini Mike”, el ex Alcalde de Nueva York Mike Bloomberg no es un político cualquiera. Es el número ocho en el ránking de los hombres más ricos del mundo y, en su estilo educado pero contundente, se ha gastado más de 500 millones de dólares en lo que fue un sueño efímero: hacerse con la nominación demócrata y arrebatar la Presidencia de EU a un republicano que tilda de “payaso chiflado”.

Michael R. Bloomberg (Boston, 1942) decidió retirarse de las primaria demócratas esta misma mañana, después de reunirse con su círculo de asesores en la casa que tiene en el acomodado barrio neoyorquino del Upper East Side, puente de mando de su imperio empresarial, filantrópico y político, si bien su sede electoral ha estado ubicada en Times Square, algo así como el centro del mundo.

Tampoco es que Bloomberg (Boston, 1942) sea un derrochador, pues su fortuna asciende a día de hoy a 58 mil 400 millones de dólares, según Forbes, y las reglas de las primarias demócratas no ponen coto a que el candidato gaste lo que desee de su patrimonio personal.

Trump, siempre con un ojo alerta, cifró por su cuenta en 700 los millones de dólares gastados por Bloomberg en apenas 3 meses de carrera presidencial, con 200 oficinas por todo el país y 2 mil 400 empleados.

Hay analistas que aseguran que en los cálculos de Bloomberg se incluía desde el principio remover el voto demócrata y que sus anuncios en prime time vayan a servir al fin y al cabo para favorecer al que finalmente se enfrente a Trump, otro neoyorquino al que detesta tanto como el Presidente de Estados Unidos a él. El morboso combate entre dos ricos de Manhattan no será posible.

Graduado por las universidades de Harvard y Johns Hopkins, Bloomberg ya ha decidido cuál debe ser el destino de su inversión, su “amigo y gran estadounidense” Joe Biden, a quien según The New York Times telefoneó esta misma mañana.

El ex vicepresidente de Obama, con un perfil moderado como el del ex Alcalde de Nueva York, se lo agradeció públicamente vía Twitter. Sabe que su ayuda será de peso.

Tras las retiradas también de Pete Buttigieg y Amy Klobuchar, el bando moderado del Partido Demócrata ya está organizado frente a la corriente izquierdista, a la espera de que Elizabeth Warren, que por cierto noqueó a Bloomberg en su primer debate televisivo, se retire en beneficio de Bernie Sanders.

El sector moderado va un paso por delante y eso lo ha agradecido hoy hasta Wall Street en pleno pánico del coronavirus.

El dinero es clave siempre y más en la cuna del capitalismo. Eso lo sabe Bloomberg desde que en 1966 empezó a contar valores a mano en la agencia financiera de Wall Street Solomon Brothers, en donde fue subiendo en el escalafón hasta que en 1981 dio el paso de crear su propio imperio, Bloomberg LP, la primera agencia en Wall Street dedicada a recopilar y analizar información económica y financiera.

Su entrada en los medios de comunicación llegó en 1990 con la creación de Bloomberg News, servicio de noticias económicas, de Bloomberg Radio en 1993 y del canal de televisión Bloomberg Business News en 1995.

Un año después amplió su imperio de las comunicaciones con el lanzamiento de Bloomberg.com, uno de los sitios financieros de internet más visitados. Todo ello catapultó su fortuna y prestigio, y al más puro estilo americano le convirtió a su vez en uno de los mayores filántropos, conocido por sus luchas contra el cambio climático, las armas o el tabaquismo.

Su salto a la política fue en apoyo económico al Partido Demócrata, pero no dudó en 2001 en pasarse al bando republicano para lograr su nominación para la Alcaldía de Nueva York, que obtuvo tras gastarse 70 millones de su bolsillo, lo que entonces fue un récord en la historia electoral de EU.

Sustituyó a Rudolph Giuliani cuando aún humeaban los escombros de las Torres Gemelas y ayudó a recuperar la confianza de la ciudad tras el 11S.

Su política de “stop and frisk” contra la delincuencia, que dio a la Policía de Nueva York autoridad para parar y registrar a cualquier sospechoso perjudicando a negros e hispanos, ha sido una de las claves que luego, pese a su petición de perdón, le ha pasado factura en el supermartes entre las minorías. Otro capítulo negro fue su acuerdo con tres mujeres para que no presentaran cargos contra él por acoso y discriminación de género.

Se volvió a presentar como candidato independiente el 8 de noviembre de 2005 y fue reelegido como alcalde de la Gran Manzana. En octubre de 2008 consiguió que el Concejo Municipal cambiara la normativa existente y aprobara que el alcalde pueda optar a un tercer mandato, y no sólo dos (ocho años) como establecía la legislación. Tras ese cambio, ejecutado con la excusa de la crisis financiera, en 2009 se presentó por tercera vez a la Alcaldía y fue de nuevo reelegido.

Bloomberg realizó la campaña autofinanciada más cara de la historia electoral de EU, en la que invirtió 102 millones de dólares. Cada voto le salió por 174 dólares. La mayor parte del dinero lo dedicó a costear anuncios en radio, televisión e internet, no solo en inglés, sino también en español, como ha hecho en estas primarias demócratas.

Como alcalde de Nueva York cobraba un sueldo simbólico de un dólar y mantuvo una posición liberal sobre temas tan sensibles como el aborto o el matrimonio homosexual.

A sus 78 años de edad, parece que a Bloomberg se le pasó el tren de la Presidencia de Estados Unidos, pero a buen seguro que el próximo inquilino de la Casa Blanca tomará café con él o ambos jugarán al golf.

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