El organismo internacional afirmó que participó durante las discusiones y que en el proceso participó la Secretaría de Salud y de Economía.
“Un etiquetado adecuado debe proporcionar información clara, veraz y de fácil comprensión tanto para adultos como niños”, defendió.
Ciudad de México, 4 de marzo (SinEmbargo).- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lamentó la decisión del Poder Judicial mexicano de suspender temporalmente la aplicación del etiquetado frontal en alimentos y bebidas no alcohólicas. Además, urgió a implementar medidas como la detenida para la protección de la infancia.
El organismo internacional expresó que en las minutas de trabajo de los grupos formados para la discusión del etiquetado frontal, se demuestra transparencia y adecuación del proceso de formulación y consulta.
La Unicef lamentó la suspensión provisional de la NOM-051, que corresponde al etiquetado frontal en alimentos y bebidas no alcohólicas. Además urgió al Poder Judicial de la Federación a revisar la decisión.
“La emergencia epidemiológica por diabetes y obesidad declarada en México desde 2016 continúa poniendo en peligro la salud de nuestros niños, niñas y adolescentes, y urge priorizar su salud e interés superior, por encima de intereses cuyo objetivo no es el bienestar público”, dijo Christian Skoog, representante de Unicef en México.
Recalcó que con el fin de garantizar los derechos de la infancia, pero también de la población a la salud y a la información. “El bienestar de nuestros niños ya no se puede postergar más”, reclamó el funcionario.
El pasado 26 de febrero el Juzgado Séptimo de Distrito en Materia Administrativa concedió a la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Conacamin) la suspensión provisional de la Norma NOM-051 que haría obligatorio un nuevo etiquetado frontal en alimentos y bebidas no alcohólicas en México. En consecuencia, se paralizó el proceso de publicación de la norma.
De acuerdo con la Unicef, el fallo que otorgó el juzgado se amparó en que la aplicación del etiquetado con se consultó ampliamente ni tuvo una base científica, sin embargo el organismo internacional contradijo la base.
“Unicef participó en el proceso de formulación del etiquetado y constató que fue un proceso transparente, y acoplado a los lineamientos establecidos por la Secretaría de Economía y la de Salud”, escribió en un comunicado.
Recordó que en el proceso participaron un amplio número de actores de distintos sectores, incluyendo instancias de Gobierno, académicos, la sociedad civil y organismos internacionales. También participaron representantes de la industria de alimentos y bebidas, y negocios asociados.
Destacó que en las minutas del proceso se observa la forma en que se llevaron las discusiones y se la manera en que se determinó la forma de los sellos, el exceso de nutrientes e ingredientes que llevarían advertencia, así como la prohibición del uso de personajes y dibujos en productos dirigidos a niños.
“La definición de estos aspectos fue resultado de una cuidadosa consideración de amplia evidencia proveniente de México y de otros países, además de recomendaciones de instancias expertas en salud pública como la Organización Panamericana de la Salud y el Instituto Nacional de Salud Pública”, defendió.
De acuerdo con Skoog, el etiquetado frontal se basó en evidencia sólida y se diseñó con metodologías robustas. Busca el beneficio de la población, aseguró.
“Un etiquetado adecuado debe proporcionar información clara, veraz y de fácil comprensión tanto para adultos como niños, además de utilizar perfiles nutrimentales validados por expertos en la materia que defiendan intereses de salud pública y una alimentación saludable”, expresó.
El organismo destacó que este etiquetado cumple con las cualidades necesarias por lo que debe ser aplicado pronto y consideró que es una de las medidas más efectivas que pueda adoptar el país para combatir el sobrepeso y obesidad.
“El 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad, una fecha para reflexionar sobre las afectaciones generadas por una dieta inadecuada y avanzar con esfuerzos de prevención de esta enfermedad. No ignoremos la gran afectación de la obesidad en México, particularmente en la salud de la infancia y adolescencia, y demos prioridad a su implementación como medida clave de salud pública y, como tal, de protección de los derechos de la infancia”, concluyó Skoog.