The Trade sigue a los migrantes en su larga y ardua travesía hacia Estados Unidos, mostrando algunos de los desafíos menores que eso implica, momento a momento. ¿Qué rutas tomar para evitar a los carteles de la droga mexicanos? ¿Dónde hay acceso a un médico? ¿Puede confiarse en los demás migrantes en tránsito?
Por Max Radwin
Ciudad de México, 4 de marzo (InSightCrime).– La segunda temporada de The Trade en el canal Showtime sale al aire el 6 de marzo. Esta vez la galardonada serie de documentales se sumerge en las actividades criminales en torno a la migración centroamericana a Estados Unidos.
La serie de cuatro episodios pasa por varias familias que afrontan los diferentes desafíos que se les presentan en cada paso del proceso migratorio, ya sea escapar de la violencia en el Triángulo Norte, caminar miles de kilómetros atravesando México o iniciar una nueva vida en Estados Unidos.
“Espero que la gente entienda un poco más por lo que tienen que pasar los migrantes”, señaló la productora Mónica Villamizar en conversación con InSight Crime. “Está toda esa gente que aparece en la frontera estadounidense y uno se pregunta, ‘¿por qué?’, ‘¿qué pasa?’ Esto les dirá qué es lo que pasa realmente, como no se ha dicho nunca antes”.
Al comienzo, parte del video puede parecerse a muchos otros documentales sobre migración y a las noticias que han salido por años. El primer episodio abre en el muro fronterizo entre México y Estados Unidos de manera dramática. Más adelante, se ven los agentes fronterizos sin aliento persiguiendo a los migrantes, pandilleros tatuados de la MS13 esposados, y por supuesto, las tomas panorámicas sobre el tren conocido como “la bestia”, a su paso por zonas peligrosas de México.
Sin embargo, la serie pasa rápidamente a una temática más singular, poner todas estas experiencias en el contexto del crimen organizado, y con un acceso que envidiarían la mayoría de los documentales.
Una de las figuras centrales de esta temporada es Magda. Por años, su esposo trabajó como “gatillero” para la MS13 en San Pedro Sula, la capital del homicidio en Honduras. Cuando su esposo decidió dejar la mara y enderezar su vida, lo mataron y envían amenazas casi permanentes contra Magda.
“¿Justicia?”, pregunta, haciendo referencia al asesino de su esposo, a quien toda la comunidad conoce. “Eso no existe aquí”.
El programa la sigue en su larga y ardua travesía hacia Estados Unidos, mostrando algunos de los desafíos menores que eso implica, momento a momento. ¿Qué rutas tomar para evitar a los carteles de la droga mexicanos? ¿Dónde hay acceso a un médico? ¿Puede confiarse en los demás migrantes en tránsito?
Gran parte de la serie se desarrolla en McAllen, Texas, un cruce muy concurrido por los migrantes centroamericanos. Ramírez, agente especial de Investigaciones de Seguridad Nacional, investiga una pequeña operación de coyotaje. Vigila una “casa escondite” cerca de la frontera, donde los migrantes se ocultan hasta que los coyotes pueden trasladarlos a su siguiente destino.
Mientras busca en el lugar, Ramírez encuentra paquetes de condones tirados por el suelo, lo que le indica que ese escondite se usa para la explotación sexual. Localiza al cuidador de la casa, y después de alguna investigación, a Gerardo Naranjo-Chavez, alias “Express”, el jefe.
Pero Express no es el único investigado por trata de personas en esta serie. Casi todos los episodios insisten en mostrar cómo la vulnerabilidad de los migrantes los pone en riesgo de prostitución y otras formas de explotación.
Más adelante en la serie, una mujer llamada Sochil habla de la experiencia que tuvo en su infancia con Luz del Mundo, una megaiglesia mexicana, cuyos líderes la acosaron y la violaron.
“Mi tía lo hizo parecer como si fuera normal”, dice Sochil, “que era una bendición, porque ellos lo meten en tu cerebro. Lo graban en tu cerebro”.
El argumento se ve un poco superfluo considerando que tiene poco que ver con la migración, pero puede perdonarse considerando la gravedad del tema. Luz del Mundo tiene millones de seguidores pese a las numerosas acusaciones en contra sus líderes, por extorsión, violación forzada de menor de edad, producción de pornografía infantil y trata de personas.
Como poco, la trama muestra la facilidad con la que población vulnerable de Latinoamérica puede ser arrastrada a situaciones de explotación, muchas de las cuales quedan impunes, porque los culpables detentan posiciones de poder.
ANÁLISIS INSIGHT CRIME
La serie hace un excelente trabajo al explicar las diferentes actividades criminales que agravan, derivadas de la oleada de migrantes hacia Estados Unidos procedentes de Centroamérica.
La grabación de la violencia de las pandillas en Honduras describe fielmente cómo la falta de oportunidades económicas en el país sigue empujando a hombres jóvenes a unirse a pandillas como la MS13.
“La pandilla les da tres comidas diarias”, relata un pastor en Honduras. “Ellos les dan amor y respeto, pero cuando están adentro se dan cuenta de que no fue para eso que entraron”.
La historia de Magda, el temor constante con que vive tras la muerte de su esposo, puede dar a algunos espectadores una comprensión más honda de cómo una persona puede llegar a tomar la decisión de salir de su casa y embarcarse en una travesía tan peligrosa.
Ese viaje, como lo muestra la serie, es mucho más complejo que llegar a salvo del punto A al punto B. Los coyotes cobran miles de dólares para poder sobornar a las autoridades y a los carteles, y para pagar a camioneros que, en un episodio, reciben US$1.000 por cada migrante que transportan en sus remolques. Para los espectadores que solo entienden la migración por las estadísticas anuales y los temas polémicos de discusión de los políticos, este tipo de detalles pueden resultar reveladores.
El enfoque del programa en la trata de personas específicamente, puede dejar el impacto más duradero. Hay casi 25 millones de víctimas de trata de personas en todo el mundo, muchos e ellos migrantes que nunca recibirán justicia, y “The Trade” hace el raro esfuerzo de mostrar cuántas formas distintas puede adoptar ese delito.
En cada argumento, la serie destaca la ineficacia y, en algunos casos, la arbitrariedad incrustada en los sistemas legales que combaten todas estas actividades criminales. Ya sea esperar la devolución del cuerpo de un sobrino atrapado en un limbo burocrático, un hombre que se enfrenta a la deportación por cortar un árbol de su jardín, o agentes que retiran la protección policial de una víctima de trata, la serie ofrece más que suficiente para dejar a los espectadores con una sensación de tanta frustración como turbación por la situación.