México

ENTREVISTA ¬ “Nazar Haro era un ‘archivo viviente’ que dejó muchos cabos sueltos”

04/02/2024 - 12:00 am

El periodista y académico Gustavo Castillo García habló con SinEmbargo sobre El Tigre de Nazar, un trabajo periodístico que expone, con sus propias palabras, al hoy fallecido exdirector de la DFS, la policía política del régimen priista.

Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).– Miguel Nazar Haro, quien fuera director de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la corporación del régimen priista vinculada a la tortura, desaparición y asesinato de opositores durante la Guerra Sucia, concedió una serie de entrevistas al periodista y académico Gustavo Castillo García, quien consolidó esas pláticas en “El Tigre de Nazar” (Grijalbo), un libro en donde se conoce de primera mano la voz de quien fuera uno de los principales hombres que construyó el sistema de inteligencia y contrainteligencia mexicano, y contra quien pesan una larga de señalamientos.

De hecho Miguel Nazar Haro, quien falleció a los 87 años el 26 de enero de 2012, fue acusado de la desaparición en 1975 de Jesús Piedra Ibarra, militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre e hijo de Rosario Ibarra de Piedra. Por estos hechos, se le giró una orden de aprehensión en su contra en febrero de 2004. En junio de 2005 fue imputado por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado como presunto responsable de la desaparición de otros seis integrantes de la Brigada Campesina de los Lacandones en noviembre de 1974. No obstante, en septiembre de 2006, fue absuelto por la supuesta falta de pruebas.

“Yo creo que Miguel Nazar Haro deja muchos cabos abiertos. Él dice ‘yo no tengo documentos, yo tengo memoria, pero todo está en mi cabeza’. Es decir Miguel Nazar Haro era un archivo viviente, a la edad que tenía no era alguien que tuvieron la memoria perdida, por el contrario, pero también mantuvo la institucionalidad a la que él se refería siempre y que, a lo mejor, la sintetiza en una frase que él dice ‘los de abajo siempre le guardamos lealtad a los de arriba y nunca al revés’”, sostuvo Castillo García en entrevista con SinEmbargo.

Portada del libro El Tigre Nazar, de Gustavo Castillo García. Foto: Grijalbo

El profesor y periodista expuso cómo Nazar Haro fue determinante en cimentar lo que posteriormente se convertiría en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), actualmente llamado Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

—¿Qué tanto hay detrás de esa figura del espía del sistema que él mismo trata de desmitificar?

—Yo diría que mucho porque hay un perfeccionamiento, digamos, para esa época de lo que era toda la parte de seguimiento, de inteligencia, y de infiltración, ya independientemente de las actividades de espionaje, que funcionaron al sistema mexicano. En el libro menciono la existencia de un texto de circulación restringida que editó el Cisen, donde reconoce a sus fundadores y directores, o exdirectores, y en este caso, si nos siguiéramos solamente al Cisen pues Miguel Nazar nunca formó parte del Cisen, pero en él se le hace el reconocimiento como uno de los pilares de esta institución, que hoy está convertida en el Centro Nacional de Inteligencia, entonces ello habla de que el valor no es solo el que él se da sino en los documentos que el propio Gobierno.

Gustavo Castillo García explicó que también es importante entender que Nazar Haro gana espacios dentro de la estructura de seguridad nacional a partir de los cursos y la formación que él tiene tanto en la Academia Internacional de Policía de EU como los estudios, digamos, antiguerrilla, o anticomunistas, “que obtiene en una de las principales instituciones académicas y obviamente de capacitación para policial, que capacitaron a cientos de militares que tuvieron incidencia en acciones en América Latina, y que durante muchos años financiaron, o promovieron, incluso golpes de estado”.

“De ahí que el crecimiento de Nazar Haro se haya dado en un contexto en el cual es importante observar el momento que se vivía de la guerra fría y, la disputa que había entre ser capitalistas y ser comunistas, y que Estados Unidos lo que más le interesaba pues obviamente era contener ese crecimiento de gobiernos de carácter izquierdista y entonces aquí Miguel Nazar Haro se convirtió en parte de estos instrumentos, apoyos y dirigentes de corporaciones que precisamente desarticularon a los grupos guerrilleros que habían surgido en México prácticamente desde 1965”, ahondó.

“Miguel Nazar Haro, otro personaje de la historia negra de México que fue acusado de tortura, desaparición forzada y de espionaje”. Foto: Juan Pablo Zamora, Cuartoscuro

—Miguel Nazar Haro le afirma que nunca hubo desaparecidos, él señala que fueron ejecutados en enfrentamientos y que se fueron a las fosas comunes, ¿usted sabe si en algún momento se llevó a cabo esa investigación?

—El libro presenta varias aristas que creo que son útiles a distintos sectores, a historiadores, incluso a gente que puede dedicarse a la sociología o inclusive a la psicología, a los propios abogados contrastando el derecho, y en este caso habría que observar, cómo es que hoy esta Comisión Nacional encargada del esclarecimiento histórico ha podido localizar, así lo informaron semanas atrás, casos de personas que fueron reportadas como desaparecidas durante la Guerra Sucia y cuyos restos han sido encontrados en el Panteón de Dolores, sepultados bajo otro nombre.

“Yo no puedo afirmar que todos, como decía Miguel Nazar Haro, los que murieron, llegaron con otro nombre y se fueron fosa común, pero sí que hilando las cosas que él llegó a contarnos, se pueden hilar para buscar puntos de partida de dónde encontrar a lo mejor detalles. Es cierto Miguel Nazar Haro no fue alguien que se pusiera a contarnos historias completas, fue un personaje muy difícil de entrevistar, y más allá de él decir ‘yo no hice’, él lo que dice es ‘yo hice esto’”.

—¿Hay algo de lo mucho que le preguntó al Tigre que no haya querido contestar y con lo que usted se haya quedado con las ganas?

—Miguel Nazar Haro deja muchos cabos abiertos. Él dice ‘yo no tengo documentos, yo tengo memoria, pero todo está en mi cabeza’, es decir Miguel Nazar Haro era un archivo viviente, a la edad que tenía no era alguien que tuvieron la memoria perdida, por el contrario, pero también mantuvo la institucionalidad a la que él se refería siempre y que, a lo mejor, la sintetiza en una frase que él dice ‘los de abajo siempre le guardamos lealtad a los de arriba y nunca al revés’.

“El libro es la voz de Nazar, no es la voz de Gustavo Castillo, el reportero de La Jornada sino es Miguel Nazar Haro retratado a través de sus propias frases y sus respuestas contrastadas con documentos y no es algo que esté viejo. Hoy, mucho de lo que ahí él plantea, como la estructura de poder, como la parte de la inteligencia, como la parte del seguimiento, son cosas que siguen vigentes, que a lo mejor ya no las vemos de ese mismo modo, pero hoy existe Pegasus, por ejemplo, entonces hablamos de un refinamiento, sí, pero qué es un órgano de inteligencia si no es de contrainteligencia y si no es de tener medidas que adviertan de riesgos a la seguridad nacional e institucional, entendida de las maneras que en cada administración se pongan”.

“Creo que te cuenta muchos fragmentos de historia que permiten entender, incluso, hoy a quienes están en el gobierno como parte de aquellos grupos de oposición a todo lo que fue el PRI e inclusive el PAN en su momento, por qué hoy hay un cambio, ese hartazgo, quiénes incluso participaron en movimientos sociales en los años 60 – 70 y posteriormente 80, no porque necesariamente todos ocupen posiciones de gobierno sino porque son quienes generaron esta transformación política”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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