Durante meses, el jurado ha escuchado testimonios sobre el ascenso de Joaquín "El Chapo" Guzmán dentro del Cártel de Sinaloa. Los fiscales dicen que es responsable de contrabandear al menos 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos y de una ola de asesinatos en guerras territoriales contra otros grupos del crimen organizado.
Guzmán, de 61 años, es conocido por escapar de la cárcel dos veces en México. Para cerrar los argumentos, la Fiscal Andrea Goldbarg dijo que “El Chapo” estaba planeando otra fuga cuando fue enviado en 2017 a Estados Unidos, donde ha estado en régimen de aislamiento desde entonces.
Por Jim Mustian y Tom Hays
Nueva York, 4 de febrero (AP) — Después de casi tres meses de testimonios sobre una vasta operación de narcotráfico impregnada de violencia, un jurado inició el lunes las deliberaciones en el juicio del capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán en Estados Unidos.
El día terminó sin que el jurado llegara a un veredicto. Guzmán podría ser sentenciado hasta a cadena perpetua si es declarado culpable. El martes por la mañana se reanudarán las deliberaciones.
Durante meses, el jurado ha escuchado testimonios sobre el ascenso de Guzmán dentro del Cártel de Sinaloa. Los fiscales dicen que es responsable de contrabandear al menos 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos y de una ola de asesinatos en guerras territoriales contra otros grupos del crimen organizado.
Guzmán, de 61 años, es conocido por escapar de la cárcel dos veces en México. Para cerrar los argumentos, la Fiscal Andrea Goldbarg dijo que “El Chapo” estaba planeando otra fuga cuando fue enviado en 2017 a Estados Unidos, donde ha estado en régimen de aislamiento desde entonces.
El acusado quería escaparse “porque es culpable y no quería estar nunca en una posición en la que tendría que responder por sus crímenes”, afirmó Goldbarg. “Quería evitarse estar sentado aquí. Delante de ustedes”.
La defensa asegura que el papel del capo mexicano ha sido exagerado por testigos colaboradores de la defensa que buscan indulgencia en sus propios casos. En sus argumentos de cierre, el abogado defensor Jeffrey Lichtman dijo que el caso era una “fantasía” e instó al jurado a no creer a los cooperadores que "mienten, roban, engañan, venden drogas y matan personas" para ganarse la vida.
La semana pasada, documentos judiciales revelaron acusaciones inquietantes no escuchadas por el jurado: que Guzmán tuvo relaciones sexuales con niñas de tan sólo 13 años. Un narcotraficante colombiano les dijo a los investigadores que el capo pagó cinco mil dólares para que le llevaran a las niñas y que a veces las drogaban, de acuerdo con los expedientes.
El inicio de las deliberaciones el lunes se retrasó brevemente luego de que dos miembros del jurado señalaron al juez que estaban al tanto de los reportes sobre los presuntos delitos sexuales. El juez cuestionó a ambos a puerta cerrada antes de permitir que permanecieran en el jurado.
La apertura de los documentos judiciales se dio a solicitud de The New York Times y Vice News. El juez federal Brian Cogan ordenó a los fiscales revisar el material _originalmente sellado porque se consideró que no estaba relacionado con los cargos de drogas_ y que se hicieran públicas algunas partes días después de que el Gobierno concluyó sus alegatos contra Guzmán.
Los abogados del acusado dijeron que su defendido niega las acusaciones.
El Secretario de Justicia Interino, Matthew Whitaker, quien se encuentra en la ciudad de Nueva York, visitó el tribunal sin el jurado presente para agradecer al equipo de juicios del Gobierno.
JUICIO DESTAPA CORRUPCIÓN EN MÉXICO
En el mismo tribunal en Brooklyn donde los jurados han escuchado testimonios sobre el imperio de drogas de Joaquín "El Chapo" Guzmán, un ex Procurador de Justicia mexicano se declaró culpable el mes pasado de recibir sobornos de narcotraficantes.
Esa yuxtaposición resalta un tema persistente en el juicio contra Guzmán: cómo la corrupción oficial generalizada en México complica los esfuerzos de las autoridades estadounidenses para investigar y capturar a los involucrados en el tráfico de drogas.
Los jurados comenzaron sus deliberaciones este lunes luego de 11 semanas de testimonios que incluyeron un desfile de antiguos socios de Guzmán que hablaron de cuantiosos sobornos a funcionarios de alto nivel.
Uno de ellos declaró que el Cártel de Sinaloa le pagó 10 millones de dólares, dos veces, a un comandante de la Policía Federal mexicana. Otro dijo que el ex jefe de la seguridad federal recibió un pago de 6 millones, al tiempo que un general pagó 100 mil. Los testigos hablaron de cómo Guzmán tuvo una escolta policial tras escaparse de la prisión y cómo se les pidió a políticos ayuda para embarcar 100 toneladas de cocaína en un buque-tanque. En el testimonio más sensacional, uno de los ex colaboradores de Guzmán dijo que escuchó a éste alardear de que le había pagado 100 millones de dólares al entonces Presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
"La corrupción ha sido desenfrenada”, dijo Arturo Fontes, un ex agente del FBI que se pasó años investigando la organización de drogas de Guzmán. “Sabíamos siempre que había riesgo de que la información le llegase a la persona errónea”.
Los funcionarios mexicanos implicados han negado las acusaciones, diciendo que son inventos de criminales. Y las acusaciones de corrupción han sido mayormente una atracción secundaria en el juicio contra Guzmán, que está acusado de liderar un cártel que envió toneladas de cocaína a Estados Unidos. Sus abogados han dicho que Guzmán no era el verdadero jefe y que el capo real sigue en libertad en México, protegido por una red de sobornos.
Pero los detallados testimonios sobre corrupción ofrecieron una mirada a los retos que enfrentan los agentes del orden de Estados Unidos cuando trabajan con sus socios mexicanos, y las grandes gestiones que hicieron para asegurarse de que la causa contra Guzmán no era comprometida.
Ejemplificando los riesgos de compartir información con las agencias mexicanas de ley y orden, hace varios meses, un ex comandante de una unidad mexicana de inteligencia fue sentenciado a tres años de prisión en Estados Unidos por pasarles secretos de investigaciones estadounidenses a jefes de cárteles. El mes pasado, Edgar Veytia, ex Procurador de Justicia del estado de Nayarit y conocido como “El Diablo”, admitió haber usado su puesto para ayudar a cárteles a contrabandear drogas a Estados Unidos.