La investigación revela que el control de las empresas que usan estas sustancias para minería o construcción son controladas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a través de la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivo, incluso contienen códigos de barras y números de serie.
Salamanca forma parte de lo que se conoce como el “triángulo del huachicol” en Guanajuato, con casi 2 mil tomas clandestinas detectadas en 2017, y que está en disputa por varios grupos criminales, originalmente dedicados al narcotráfico, pero que han encontrado en el robo de combustible un nicho redituable, por las variantes que ofrece, no sólo para venderlo y movilizar sus vehículos. Una nueva modalidad es su uso como insumo para fabricar estupefacientes como metanfetaminas.
Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).– Un investigación realizada por Milenio reveló que sólo existen dos empresas que elaboran Emulex-1, explosivo que fue abandonado en la refinería de Salamanca, Guanajuato.
De acuerdo con expertos del sector minero entrevistados por este diario, con estos datos la Secretaría de la Defensa tendría que identificar la mina de donde extrajeron los cilindros que fueron puestos en la camioneta hallada cerca de la refinería.
La Sedena –de acuerdo con Milenio– posee una base de datos los movimientos, producción, venta, distribución y resguardo de los explosivos, por lo que averiguar la procedencia seria más sencillo de rastrear que con una granada o un arma .
El líder del sindicato minero Unión, Carlos Pavón, aseveró que este tipo de explosivos son controlados,. Explicó que los militares saben el número de serie, a qué mina son dirigidos, e incluso se tiene un reporte del gasto de los explosivos de cada una de las minas.
Milenio reveló que en Austin Powder, en el municipio de Dinamita, Durango, y Origa, en Cuatro Ciénagas, Coahuila, se encuentran las dos fábricas donde se fabrican el Emulex 1, materal abandonado fuera de la puerta 4 de la refinería de Salamanca.
El control de las empresas que usan estas sustancias para minería o construcción son controladas por la Sedena, a través de la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivo, incluso –explica este diario– contienen códigos de barras y números de serie.
Además., para obtener un permiso para compra y almacenamiento de explosivos para trabajos de minería o construcción, se tiene que pagar 14 mil 982 pesos vía internet, además de otros requisitos.
Según Milenio, sólo hay hay dos escenarios posibles: el explosivo fue ingresado desde el extranjero, o fue robado de una mina.