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Mejor conserve su mascarilla: aún desconocemos si la vacuna frenará la transmisión del virus

03/12/2020 - 8:39 pm

Investigadores recomiendan seguir usando cubrebocas para evitar contagios de COVID-19, alertan que suavizar las medidas sanitarias sería un “terrible error”.

Por Manal Mohammed, Microbióloga de la University of Westminster

Madrid, 3 de diciembre (THE CONVERSATION).– Reino Unido se ha convertido en el primer país en aprobar la vacuna de Pfizer/BioNTech para un uso generalizado. El Gobierno británico ha encargado 40 millones de dosis y se espera que el primer lote de 800 mil dosis se envíe desde Bélgica, donde se fabrica la vacuna, en los próximos días. Servirán para inmunizar a 400 mil personas (dos dosis por persona).

El regulador de medicamentos del Reino Unido, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA), también ha iniciado una revisión continua de otras vacunas en ensayos en humanos en fase final, como la vacuna de AstraZeneca/Oxford y la vacuna de Moderna. Si estas también cumplen con los estándares de eficacia y seguridad establecidos por la agencia, también serán aprobadas para su distribución masiva.

Lo vacuna desarrollada con más rapidez hasta ahora era la de las paperas, que tardó apenas cuatro años desde su concepción hasta su comercialización. Las vacunas contra la covid-19 han batido ese récord por un amplio margen, ya que han tardado menos de un año en desarrollarse. Pero eso no significa que se hayan cogidos atajos inapropiados.

La MHRA ha estudiado minuciosamente los registros de los más de 40 mil participantes de diversos orígenes en los ensayos. La eficacia de la vacuna, es decir, qué capacidad mostró para prevenir la COVID-19 sintomático en los ensayos, es del 95 por ciento, aunque se espera que esa cifra disminuya levemente en condiciones reales. Y no ha habido efectos secundarios graves, aunque estos continuarán siendo monitorizados a medida que se implemente la vacuna.

Una mujer toma una fotografía con su teléfono el jueves 3 de diciembre de 2020 en Covent Garden, Londres. Foto: Alberto Pezzali, AP.

Se espera que los trabajadores sanitarios reciban la vacuna los primeros, ya que son uno de los grupos más vulnerables. Además, los hospitales británicos tienen los congeladores ultrafríos necesarios para almacenar la vacuna, por lo que, desde el punto de vista logístico, es un buen lugar para comenzar.

CONSERVE LA MASCARILLA

Todas estas noticias son magníficas y constituyen una buena razón para ser optimistas sobre el futuro. Pero Peter Openshaw, profesor de medicina experimental en el Imperial College de Londres, advierte de que sería un “terrible error” suavizar las medidas de control de la COVID-19 en este momento.

Así que no tire su mascarilla ni corra a abrazar a su abuela todavía. Un informe de The Royal Society, la academia científica independiente más antigua del mundo, dice que es probable que las restricciones sigan vigentes durante algunos meses, tal vez incluso un año.

Cuando reciba la vacuna frente a la COVID-19, no debe esperar una protección inmediata contra la infección. Los glóbulos blancos conocidos como linfocitos B primero necesitan detectar el antígeno en la vacuna y luego generar anticuerpos específicos contra él. Si se expone al coronavirus, estos anticuerpos se adhieren al virus y lo neutralizan.

La respuesta de su sistema inmunitario, generada por los linfocitos B, se conoce como la respuesta primaria y tarda aproximadamente dos semanas en activarse. Por lo tanto, durante las las dos semanas posteriores al pinchazo, todavía corre el riesgo de enfermar por COVID-19.

Además, muchas vacunas contra la COVID-19 requieren dos inyecciones para garantizar una protección completa. Y el intervalo entre las inyecciones varía de 21 a 28 días. Por lo tanto, la vacuna tardará unas seis semanas tras el primer pinchazo en proporcionar una protección completa contra la enfermedad.

NO SABEMOS SI LAS VACUNAS DETIENEN LA TRANSMISIÓN

Aunque las vacunas en los ensayos de última etapa parecen ser muy eficaces para prevenir los síntomas de la COVID-19, todavía no podemos estar seguros de que prevengan la transmisión del virus.

Para ello, necesitaríamos una vacuna que proporcione la denominada inmunidad esterilizante. Aquí es donde las células inmunes pueden unirse al virus para evitar que ingrese en las células donde puede comenzar a replicarse. Esto quiere decir que, incluso seis semanas después de recibir el primer pinchazo, aún podría infectarse con el coronavirus, incluso si no se enferma.

Los estudios de la fase preclínica de la vacuna de Oxford encontraron que los macacos rhesus que fueron inmunizados con la vacuna estaban protegidos de síntomas graves y no tenían evidencia de daño pulmonar. Pero la infección por coronavirus se mantenía en el tracto respiratorio superior y sus narices todavía tenían virus. Si ocurre lo mismo con los humanos, sugeriría que, si bien estarán protegidos de la enfermedad sintomática, aún podrían propagar el virus.

Foto de archivo, 9 de noviembre de 2020, de peatones pasando frente a la sede mundial de Pfizer en Nueva York. Foto: Bebeto Matthews, AP.

En esta etapa, no sabemos si las vacunas de Pfizer o Moderna detienen la transmisión, aunque es de esperar que nuevos estudios lo aclaren.

Además, si ha sido vacunado, existe una pequeña posibilidad, al menos una de cada veinte, de que la vacuna no le proteja. Entonces, incluso si ha sido vacunado –y es posible que la campaña de vacunación no concluya hasta el verano de 2021–, aún debe usar mascarilla, trabajar desde casa si puede y practicar el distanciamiento social. En cuanto a la higiene de manos, tratemos de mantenerla: los virus, incluido probablemente el SARS-CoV-2, siempre estarán entre nosotros.

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