La ONU estimó que los países que más han sufrido la crisis de la COVID-19 son los que más dependen del comercio exterior, como Angola, Chad, Mozambique, Yemen, que son exportadores de combustibles; Zambia y Guinea, de minerales y metales; Bangladesh, Haití y Nepal, de prendas de vestir; y destinos turísticos como Vanuatu o Camboya.
La OMS alertó que si se permite que la pandemia quede latente entre la mayoría de la población mundial y que tenga una larga duración, las consecuencias económicas a nivel mundial serán deplorables.
Ginebra, 3 de diciembre (EFE).- El porcentaje de personas que viven en la extrema pobreza en los 47 países menos desarrollados del mundo aumentará del 32.2 al 35.2 por ciento a causa de la pandemia, lo que significará un aumento de 32 millones de personas en esa situación, advierte un informe de Naciones Unidas publicado hoy.
Estos países pudieron sortear los desafíos sanitarios de la pandemia mejor de lo que se preveía debido a su experiencia con epidemias y una demografía favorable que se caracteriza en general por poblaciones jóvenes con baja densidad de población, pero las consecuencias económicas han sido “ruinosas“, señala el informe de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).
El organismo explicó que se prevé que el PIB de estos países, en su mayoría africanos aunque también hay naciones de Asia, Oceanía y una americana (Haití), baje un 0.4 por ciento, cuando hace un año se esperaba que tuvieran un crecimiento del 5 por ciento.
Entre estos países, los que más han sufrido la crisis de la COVID han sido los más dependientes del comercio exterior, como los exportadores de combustibles (Angola, Chad, Mozambique, Yemen), minerales y metales (Zambia y Guinea), prendas de vestir (Bangladesh, Haití y Nepal) o destinos turísticos como Vanuatu o Camboya.
Esta situación supone un revés para las perspectivas de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible así como otros propósitos relacionados con la educación, la salud y la igualdad de género en estos países.
“Los países menos desarrollados son el campo donde se ganará o perderá la batalla de la Agenda 2030”, aseguraron fuentes de Unctad.
El informe busca llamar la atención de la comunidad internacional para que apoye económicamente a estos países, empezando por mejorar sus capacidades productivas, que son el elemento principal para conseguir su desarrollo.
Actualmente la ONU considera en “extrema pobreza” a aquellas personas y familias que viven con menos de 1.9 dólares diarios.
SIN VACUNA, AFECTAN A LOS RICOS
Dejar a los países pobres sin vacunas contra la COVID-19 causará graves daños no solo a sus economías, sino también a las economías más avanzadas del planeta, y terminaría siendo más costoso que financiar el sistema creado para dotar a los primeros de las herramientas para acabar con la pandemia.
Si se permite que la pandemia quede latente entre la mayoría de la población mundial y que tenga una larga duración, las consecuencias económicas a nivel mundial serán deplorables, aseguró hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS), basándose en los resultados de un estudio económico sobre la crisis sanitaria.
El análisis, que fue encargado por la Fundación Bill y Melinda Gates, se centra en diez países incluyendo varios que representan las economías más importante del mundo. Sostiene que este grupo de países tendría beneficios económicos equivalentes a 153 mil millones de dólares el próximo año si hay un acceso global a las vacuna contra la COVID-19.
La estimación de ese beneficio para los cinco próximos años se eleva a 466 mil millones de dólares, es decir doce veces más que el coste total de la plataforma ACT Accelerator, creada por la OMS en colaboración con entidades público-privadas para garantizar que los países de menores recursos reciban una parte justa de test de diagnóstico, tratamientos y vacunas.
Esta iniciativa ha recaudado cerca de 10 mil millones de dólares, pero tiene un déficit de 28 mil 200 millones.
La OMS dijo hoy en un comunicado que se necesitan 4 mil 300 millones de manera urgente para que no se produzca un retraso en dar acceso a los países más pobres a las herramientas que necesitan para hacer frente al virus.
Por el momento, los diez países ricos analizados para este estudio (Canadá, Francia, Alemania, Japón, Catar, Corea del Sur, Suecia, los Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y Estados Unidos) han contribuido en conjunto con 2 mil 400 millones de dólares al ACT Accelerator.
El más generoso ha sido el Reino Unido, que ha comprometido cerca de 1 mil millones de dólares, y el más indiferente Estados Unidos, que no ha mostrado ningún interés por financiar el acceso de los menos favorecidos del mundo a las vacunas, terapias y test de COVID.
EU no ha comprometido ni un dólar en este esfuerzo, al igual que los Emiratos Árabes Unidos. En cambio, Alemania ha ofrecido 618 millones, Canadá, 290; Japón, 229; y Francia, 147 millones. Suecia ha prometido 21 millones de dólares, Catar, 20; y Corea del Sur, 11 millones.
El ACT-Accelerator fue creado hace siete meses y en este tiempo ha estimulado la investigación en torno al coronavirus, con 50 tipos de pruebas de diagnóstico que han sido evaluadas, algunas de las cuales han sido aprobadas y puestas a disposición de los países de escasos recursos.
Asimismo, se ha dado acceso al fármaco Dexametasona, recomendado por la OMS en pacientes críticos de COVID, y se está promoviendo la investigación en torno a los tratamientos de anticuerpos monoclonales.
Por su parte, el brazo del ACT-Accelerator dedicado a las vacunas está apoyando el desarrollo de nueve candidatas, de las cuales ocho están en ensayos clínicos.
Por el momento, la OMS se ha asegurado cientos de millones de dosis de tres vacunas prometedoras, con 200 millones que serán rápidamente distribuidas entre los países más pobres.