Pese a la tregua entre Estados Unidos y China, no hay indicio alguno de que se haya avanzado en el tema central de la disputa: la insistencia de que el gigante asiático cancele planes industriales que, según Washington, se lograron con base en el robo de tecnología y a las violaciones de los compromisos chinos para un comercio justo.
Por Joe McDonald
BEIJING, 3 de diciembre, (AP) — La tregua anunciada por China y Estados Unidos en su disputa comercial tranquilizó temporalmente a los mercados mundiales el lunes, pero no hay indicio de que los dos países hayan cambiado sus posturas.
El lunes, los mercados en Asia, Europa y Estados Unidos respondieron favorablemente al anuncio la víspera de que el Presidente estadounidense Donald Trump accedió a suspender por 90 días su plan de imponer más aranceles a los productos chinos mientras avanzan las negociaciones. El Presidente Xi Jinping por su parte aceptó comprar más exportaciones estadounidenses.
El Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo el lunes a los periodistas en la Casa Blanca que había un “enfoque inmediato en la reducción de los aranceles a los automóviles”, aunque no brindó los detalles ni el momento oportuno para hacerlo. Preguntado si había un acuerdo específico para eliminar los aranceles, respondió: “Sí, lo hubo”.
Mnuchin enfatizó que los dos líderes tuvieron conversaciones detalladas sobre 142 puntos y dijo que el objetivo ahora era convertir las charlas en un “verdadero acuerdo”. Dijo que ambos líderes habían extendido invitaciones para visitar sus respectivos países y que espera que se reúnan en un “futuro próximo”.
El resultado de la cumbre Xi-Trump en Argentina es “lo mejor que pudimos esperar”, dijo en un comunicado el presidente de la Cámara de Comercio China-EU, William Zarit.
Sin embargo, no hay indicio alguno de que se haya avanzado en el tema central de la disputa: la insistencia de Estados Unidos de que China cancele planes industriales que según Washington, se lograron con base en el robo de tecnología y a las violaciones de los compromisos chinos para un comercio justo.
“Es imposible para China cancelar sus políticas industriales o sus planes de desarrollo para sus tecnologías y sus industrias”, dijo Cui Fan, economista de la Universidad Internacional para Economía y Administración de Empresas, en Beijing.
El acuerdo le da a Xi tiempo para negociar, pues hasta ahora insistía en que no podía haber diálogo mientras Estados Unidos “nos sujeta un cuchillo a la garganta” con los aranceles, pero ambos líderes seguirán teniendo que lidiar con las presiones políticas de una gran cantidad de sectores: los nacionalistas, los partidarios del libre comercio y otros.
Si no hay avances, Trump sufrirá nuevamente presiones de los sectores nacionalistas para reanudar sus aranceles contra China.
Trump impuso aranceles de 25 por ciento sobre productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares en julio, quejándose de que Beijing obliga o presiona a empresas extranjeras a compartir sus tecnologías. Trump impuso más tarifas sobre otros 200 mil millones de dólares en bienes chinos, de 10 por ciento y esa cifra debía aumentar a 25 por ciento el 1 de enero.
China tomó represalias, aplicando sus propias tarifas a las importaciones estadounidenses.