Nadie que no quiera mentir podría negar que México evolucionó hacia una República más transparente en los últimos 25 años. Una de las grandes preocupaciones de quienes promovieron la democratización del régimen autoritario mexicano que nos gobernó por alrededor de 70 años fue hacer pública la vida pública. Desde las reuniones del Grupo Oaxaca en 2001, pasando por la aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LFTAIP) en 2002 y la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) en 2003, hasta la constitución en 2014-2015 del actual INAI, el sistema de transparencia se fue consolidando. La idea central era que ya no hubiera zonas oscuras – la famosa tenebra mexicana – en el poder y gobierno de México.

Desde entonces el INAI ha contribuido a despejar dudas en varios casos. Los ejemplos sobran pero se pueden citar algunos. En primer lugar, el caso de las siete fosas clandestinas encontradas en San Fernando Tamaulipas. En esa ocasión el INAI instruyó a la Fiscalía General de la República (FGR) a realizar una investigación. Otro ejemplo es el que tiene que ver con la determinación del INAI de que se transparentara toda la información referida a la represión de estudiantes en Tlatelolco en 1968. Ni que hablar del caso Ayotzinapa, sobre el cual sabemos muchos detalles significativos debido a que el INAI ordenó a la FGR publicar la información disponible sobre la desaparición de los estudiantes. Lo mismo sucedió con el caso Tatlaya, donde civiles, incluyendo niños, fueron asesinados. En lo que respecta al socavón en el Paso Express, el INAI requirió a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que informara a la población sobre las razones por las que se formó un socavón en una obra que causó la pérdida de un padre y su hijo en 2017.

Otro caso de dimensiones internacionales fue el de la empresa Odebrecht, en el que el INAI ordenó a PEMEX la apertura de la información en un caso de corrupción en el que participaron funcionarios mexicanos.

El INAI fue clave también en que se realizara la investigación periodística de lo que se conoció como La Estafa Maestra, uno de los casos más escandalosos de corrupción en el sexenio de Peña Nieto.

En otro orden de ideas, el INAI puso a disposición de la ciudadanía, información sobre ocho programas sociales puestos en marcha por el actual gobierno.

El INAI también ha sido fundamental en asuntos de evasión y defraudación fiscal, como lo demuestra los 111 quejas sobre el tema en los que el INAI le ordenó al SAT dar a conocer el nombre de las empresas, así como los montos condonados o cancelados por el pago de impuestos.

Finalmente, hay que considerar el fraude más grande de este sexenio: el caso Segalmex. En este caso, el INAI ordenó a la FGR entregar las denuncias correspondientes por presunto daño patrimonial.

Por lo que se ilustra aquí, el beneficio que el INAI le ha brindado a la sociedad en su conjunto es enorme. No se entiende entonces la racionalidad pública de querer liquidarlo. Esa es nuestra tragedia.

Gustavo de Hoyos Walther

https://www.sinembargo.mx/author/gustavodehoyos

Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

#Entrevista ¬ Son de derecha, no alumnos de derecho: vocera de jóvenes por la Reforma