Los perros no sólo son los mejores amigos del hombre, también conforman con ellos el mejor equipo, y prueba de ello son las veces que han participado en diversos operativos policiales que involucran desde incautación de drogas hasta la captura de poderosos delincuentes, lo que también ha puesto su vida en riesgo en varias ocasiones.
Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).– No sólo son los mejores amigos del hombre, los perros también han sido piezas clave en diversos operativos policiacos, desde la detección de drogas hasta la captura de grandes capos del narcotráfico, pero esta destreza para colaborar con las autoridades de diversos países ha puesto en peligro, muchas veces, la vida de los canes que están adiestrados para estas misiones.
Luego de la detención de Rafael Caro Quintero, alias “El Narco de Narcos”, se dio a conocer que ésta se logró gracias a que en el operativo participó Max, una perrita adiestrada que forma parte de la Secretaría de Marina (Semar), la cual localizó al fundador y líder en los años 80 del Cártel de Guadalajara, quien se escondía entre unos matorrales.
La hazaña de Max confirma la importancia de los canes adiestrados en este tipo de operativos, sin embargo, su participación en estos operativos también pone en riesgo sus vidas.
Guadalupe Correa-Cabrera, especialista en temas de seguridad, explicó en entrevista con SinEmbargo que la industria de los caninos entrenados ha resultado efectiva, debido a “la capacidad que tienen los canes de hacer algunas funciones o de contribuir a las funciones policiacas, con el olfato, con los sentidos, que realmente pareciera ser que son herramientas, instrumentos importantes para la labor policiaca. Realmente es toda una industria de entrenamiento de los canes, que da en la idea de este adiestramiento para diferentes labores de seguridad, de varias agencias de seguridad”.
“Realmente los perros sí tienen una labor importante para complementar las labores de la policía”, agregó la especialista, quien, no obstante, consideró que estos animales no deberían utilizarse en toda función policial, y sólo en operativos especiales.
“Deben de ser utilizados en algunas funciones especiales porque los canes no son buenos en todo, creo que su olfato es importante en la cuestión de descubrimiento de cargamentos de droga, es un tema muy importante, pero utilizar a los perros en todas las funciones hasta los puede poner en peligro, también podría ser un mal cálculo, utilizarlos en todas las funciones que se puedan, algunas de ellas ni siquiera tienen efectos positivos en la capacidad policial, entonces debe estudiarse bastante bien para qué son importantes”.
En varias ocasiones se ha puesto en riesgo a alguno de estos ejemplares. Uno de los casos más conocidos en los últimos años tuvo lugar en julio de 2018 en Colombia, cuando el denominado Clan del Golfo le puso precio a la cabeza de Sombra, una perrita de raza un pastor alemán que trabajaba con el equipo de la policía antinarcóticos de ese país, y gracias a la cual se lograron toneladas de incautamientos de cocaína pertenecientes a esa organización criminal.
De acuerdo con información del medio colombiano RCN, en marzo de 2016, con la ayuda de la can localizaron dos mil 958 kilogramos de cocaína que iban ocultos al interior de cajas de plátanos, los cuales tenían como destino la ciudad de Amberes, en Bélgica, a donde un año después, los narcotraficantes también pretendían enviar una tonelada de cocaína, pero la intervención de Sombra lo evito.
En otra ocasión, en el puerto del municipio de Turbo, en Antioquía, la perra logró detectar 5.3 toneladas de cocaína que pretendían ser enviadas a Europa. Además, con su olfato, colaboró en la detención de 245 personas en los aeropuertos de Medellín y Bogotá, por lo que fue condecorada por dos años consecutivos por su labor en contra del narcotráfico en Colombia.
Pero no todo han sido felicitaciones para la can. En julio de 2018, la Dirección Antinarcóticos de la Policía de Colombia dio a conocer que Otoniel, líder del Clan del Golfo, ofrecía 20 millones de pesos colombianos por la cabeza de Sombra, por lo que las autoridades de ese país, desplegaron un operativo para poner a salvo al animal, así como una investigación contra quienes amenazan la vida de la perrita de entonces seis años de edad.
Nuestro can "Sombra" fue la mejor durante los entrenamientos en detección de drogas ilícitas, en los últimos tres años se convirtió en el tormento de "Otoniel" incautandole 9 toneladas de cocaína #ConozcaMás a "Sombra" en el desfile #20DeJulio #COLOMBIAunasolaFuerza pic.twitter.com/a6tWpjkdiQ
— Policía Antinarcóticos (@PoliciaAntiNar) July 20, 2018
Los perros policías mexicanos no han estado exentos de estos peligros en su labor día a día. Por ejemplo, en 2007, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) fue secuestrado Rex IV, un perro de raza pastor belga mallinois que formaba parte de la Unidad Especial Canina (UEC).
Según los primeros reportes de la época, el can iba a ser trasladado junto con otros seis cachorros, a Mazatlán, Sinaloa, en donde llevarían a cabo una misión especial, pero al llegar a dicha ciudad, los agentes se percataron del reemplazo de Rex IV por un cachorro criollo, situación que denunciaron ante la entonces Secretaría de Seguridad Pública Federal.
Las investigaciones arrojaron que fue el empleado que se encargó del traslado quien cambió a los canes, ya que, según confesó, fue amenazado con un arma de fuego para realizar el reemplazo. Además, dos compañeros más habrían estado involucrados en el hecho.
Otro caso de un perro policía amenazado de muerte en México fue el de Lucy, una labrador retriever, que en julio de 2010 logró detectar explosivos en Ciudad Juárez, Chihuahua, luego de que se registró un atentado contra dos unidades de la Policía Federal en ese lugar.
La labor de la perro policía no fue para nada del agrado de los grupos criminales de Ciudad Juárez, los cuales le pusieron precio a la cabeza de la can, que sólo estuvo a salvo cuando se jubiló.
Correa-Cabrera enfatizó que estas amenazas son la muestra de que la estrategia de utilizar canes en ciertos operativos policiacos está dando resultados en el combate al crimen. “A partir de estas amenazas, [se evidencia] que realmente sí están poniendo en jaque algunas de las actividades de ciertos grupos, que están siendo utilizados en algunas actividades específicas, si no, no se justificaría por qué los están amenazando, yo creo que su utilización ha sido efectiva en ciertas actividades, de alguna forma están afectando las actividades de algunos grupos, y eso para ellos lo justifica el ataque a estos canes, desde el punto de vista de los delincuentes. No se justifica para nada hacerle daño a un animal, por supuesto que no, pero sí pareciera ser que están afectando ciertas actividades”.
Otras dos ocasiones en las que la vida de canes, que trabajan para el Gobierno federal y que han sido involucrados en grandes operativos, se ha puesto en riesgo fueron consignadas por el VICE, en el cual se recogió la historia de Drago y Duncan. El primero participó en 2015, en la búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero, y el segundo, en el decomiso de dos toneladas de precursores químicos.
Luego de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural en Ayotzinapa, se puso en marcha un operativo para su localización, en el que participó Drago, un pastor belga malinois que durante su servicio logró hallar 120 cuerpos en diversas misiones, entre ellas en la Torre Ejecutiva de Pemex y en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa.
Tras la búsqueda de los estudiantes en Guerrero, en la que participó activamente el can, los agentes encargados del cuidado de éste, relataron que fueron blanco de amenazas por parte de los criminales en el estado, quienes aventaron papeles contra la camioneta en la que se transportaban. El mensaje con el que pretendían intimidarlos era que dejaran el caso porque estaban buscando muchos problemas.
Aunque las autoridades decidieron seguir echando mano de la colaboración de Draco, en la búsqueda de los normalistas, se determinó trabajar bajo más medidas de seguridad para garantizar el bienestar del can.
En el caso de Duncan, un perro de raza pastor alemán, se logró decomisar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México dos toneladas de precursores químicos que serían usados para fabricar drogas sintéticas, entre ellas metanfetaminas, los cuales iban ocultos en envases de shampoo para automóviles. Como se trató de un duro golpe al narcotráfico, que en sólo un momento perdió cientos de millones de pesos, se implementó un operativo para poner a salvo al can.
El área de inteligencia de la terminal aeroportuaria determinó que un grupo de criminales originarios de China buscarían venganza contra el binomio que descubrió la droga, por lo que de inmediato se resguardo por separado al agente y al perro, los cuales por un tiempo corrieron el riesgo de que los delincuentes atentaran contra su vida.
ENFRENTAN AMENAZAS EN BRASIL Y ESPAÑA
En noviembre de 2012, criminales de Río de Janeiro, Brasil, le pusieron precio a la cabeza de un perro policía, identificado como Boss y que acompaña a los policías encargados de combatir el narcotráfico en ese país, luego de que el can sobresalió por identificar varios cargamentos de droga, entre ellos más de 300 kilos de marihuana, que se encontraban escondidos en una pared.
Al parecer los agentes interceptaron una conversación entre integrantes de un cártel de droga, quienes dieron la indicación de disparar al perro labrador en la próxima redada, por lo que las autoridades brasileñas dispusieron de más policías para resguardar la seguridad de Boss, el cual, según medios locales, sería uno de los perros más eficaces entre los 68 que formaban parte del departamento antidroga de la ciudad.
Ante la efectividad de la estrategia de utilizar a los perros en operativos policiacos especiales, Correa-Cabrera consideró que los delincuentes, más que hacerle daño a un agente canino en específico, lo que buscan es “que se dejen de utilizar [canes en general], no al perro en particular como un ente, sino la utilización de perros, por eso la amenaza sería para la operación, no para un perro en particular”.
En septiembre de 2017, en la localidad de Paterna, en Valencia, España, los criminales locales lanzaron amenazas de muerte contra Urko, un perro policía que junto con un agente se encargó de localizar a narcomenudistas y consumidores de drogas de esta localidad.
De acuerdo con medios locales, los pequeños traficantes de Paterna realizaron pintas en las que amenazaron de muerte al can de raza pastor belga malinois. “Urko muerto ya!”, se podía leer en una de las bardas de la comunidad, en donde el perro y el agente, ambos integrantes de la Unidad Canina de la Policía lograron un gran número de incautaciones de marihuana y hachís.
Al parecer Urko podía detectar a diario entre cinco y 10 pequeñas dosis de droga entre los jóvenes del lugar, por lo que los agentes locales lograron levantar hasta 400 actas por una infracciones graves.