Un disfraz para Nicolás está inspirada en el libro Pablo y El Baúl de Jaime Mijares donde surgen los personajes del pirata, el vaquero, la calavera y un amistoso chango que son adaptados para convertirse junto a Nicolás en los posibles héroes de una niña que vive encerrada en una torre rodeada de pesadillas.
La película de Eduardo Rivero busca crear conciencia sobre la inclusión de los niños con Síndrome de Down. De hecho parte de lo recaudado en taquilla en autocines será donado a asociaciones.
Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).– Este jueves llega a salas de Cinemex Un disfraz para Nicolás, una película mexicana de animación con causa que cuenta la historia de un niño de 10 años con Síndrome de Down que enfrenta sus temores con la mejor sonrisa y en medio de un mundo fantástico.
"Un disfraz para Nicolás cuenta la historia de un niño de 10 años con Síndrome de Down que vive feliz con su mamá en un ambiente seguro, lleno de amor, pero por alguna razón la mamá desaparece de la vida de Nicolás y él tiene que irse a vivir con sus abuelos", cuenta en entrevista con SinEmbargo, el director del filme Eduardo Rivero.
Nicolás ya no puede tener la cercana relación que tiene con su mamá. Una madre que lo procuraba y que cada año celebraba su cumpleaños haciéndole un disfraz.
Ahora además de los miedos que tiene enfrentar, Nicolás debe adaptarse a una nueva realidad en otra casa y compartiendo cuarto con su primo mayor David, un preadolescente que también carga con una dura situación familiar, y en el que desea encontrar a un amigo.
"Nicolás está pasando por un proceso complicado, pero conforme avanza la historia, con la ayuda de los disfraces y aventuras fantásticas van a empezar a conocerse un poco el uno al otro y aprender de esos miedos que cada uno tiene, pero también de las fortalezas que pueden encontrar en ellos mismos a través de verlas en otras personas", explicó Eduardo.
La película está inspirada en el libro Pablo y El Baúl de Jaime Mijares donde surgen los personajes del pirata, el vaquero, la calavera y un amistoso chango que son adaptados para convertirse junto a Nicolás en los posibles héroes de una niña que vive encerrada en una torre rodeada de pesadillas.
El libro no fue creado para un público infantil, Miguel Uriegas – su guionista– tomó algunas de las ideas en él para escribir la historia de la cinta y que además tuviera una causa a la cual difundir, poder concientizar en ella y ayudarla .
"Nosotros lo que hicimos fue incorporar la figura de Nicolás como personaje principal que es un niño con Síndrome de Down. El tema del Síndrome de Down no está en el libro, la relación con el primo sí está. Este ir y venir de mundos no existe en el libro, en el libro se van de este mundo y nunca regresan. Si bien no es una adaptación literal, agarramos ese imaginario y esas herramientas de los disfraces, de este mundo mágico del que se accede a través del baúl para con sus personajes contar la historia de Nicolás, básicamente yo creo que es la mejor manera de retratarlo".
La productora a cargo del filme fue Fotosíntesis Media que trabajó bajo el eslogan "Nuestra causa es tú causa, somos los locos que creen que una buena idea puede cambiar el mundo", justo lo que lograron ahora con Un disfraz para Nicolás y anteriormente con la cinta El ángel en el reloj que abordó el tema del cáncer infantil.
"En el estudio la idea es hacer películas que promuevan causas sociales, lo que llamamos entretenimiento con causa.
Miguel Uriegas tomó el mundo que se desarrolla el libro para crear una metáfora con los disfraces que usa Nicolás. Disfraces que se convierten en objetos incluyentes que ayudan al niño a superar sus temores.
"Todo el mundo usa un disfraz para aparentar algo, para protegernos de algo porque tenemos miedo, o le ponemos disfraces a las personas también, etiquetas y disfraces de cosas que nos gustan, que no nos gustan, y yo creo que los disfraces hablan de eso, de las barreras que hacemos entre nosotros", explica.
EL DOBLAJE, UN PILAR EN LA CINTA
En el filme no se expresa abiertamente el Síndrome de Down de Nicolás, sabemos que es chico especial, pero no está implícito. Su director, Eduardo Rivero, cuenta que abordar el tema no se tomó a la ligera. El equipo se documentó mucho y se pidió el apoyo de los especialistas de Special Olympics México, programa deportivo más grande del mundo para personas con discapacidad intelectual, para contactar a más escuelas de educación especial.
En una de sus visitas a estas escuelas tuvieron la oportunidad de conocer y convivir con Fran Fernández, un niño con Síndrome de Down que en ese momento tenía 10 años.
"Un niño súper carismático con muchísima energía. Era como el más confiado en su manera de hablar y dirigirse a la gente, entonces optamos en que él podría ser nuestro protagonista", cuenta Rivero.
Fran Fernández fue elegido, sin haberlo planeado, para ser la imagen y la voz de Nicolás. Fran se metió al estudio para prestar su voz al personaje, fue la maestra Gabriela Cárdenas quien lo ayudó a soltarse y grabar.
"No sólo la película se volvió más verosímil de alguna manera, sino también honesta con su mensaje", destaca Rivero.
La cinta además cuenta con el doblaje de la cantante Pati Cantú para la mamá de Nicolás. La músico también escribió y cantó una canción especialmente para el largometraje.
Un disfraz para Nicolás estará disponible sólo en pantallas de Cinemex a partir de este día, después de su paso por autocinemas.
"Lo ideal es alcanzar que la mayor cantidad de personas vea la película. El objetivo es generar un impacto social, generar conciencia y mover a la acción. Gran parte de la taquilla se va a donar a olimpiadas especiales, entonces dentro de todo esto del COVID-19 es un esfuerzo por dar un mensaje de esperanza y ayudar, o sea que la película entretenga y la vez ayude en esta nueva normalidad, y también alcanzar la distribución internacional, que se exporte".
La película fomenta la inclusión y el respeto por los menores con Síndrome de Down de una manera simple y entretenida que atrapará los niños desde sus animaciones.
"Que la gente le dé una oportunidad a la película, que la disfrute, que se diviertan, que se pase un buen rato, pero que también ese mensaje y aprendizaje que vivimos al hacerla se quede con la gente, así habrá valido la pena los tres años y medio que usamos haciéndola", destaca su director.