Ciudad de México, 3 de agosto (SinEmbargo).– En marzo de este año, cuando apenas llevaba cuatro meses en el poder, el Presidente Enrique Peña Nieto dijo que Petróleos Mexicanos (Pemex) no se vendería ni se privatizaría, aunque destacó que debía transformarse.
“Si no se moderniza Pemex, de continuar las tendencias actuales de producción y consumo, para el año 2020 México podría convertirse en un país estructuralmente deficitario en energía, y por ello hay que implementar una reforma para evitar que esto ocurra”, dijo.
Desde aquellas palabras que dio el 18 de marzo para conmemorar los 75 años de la paraestatal petrolera mexicana, ha defendido esa postura al interior del país. Sin embargo –según declaraciones tanto del mandatario federal como de fuentes oficiales– en el exterior el discurso parece ser distinto.
El Financial Times, The Wall Street Journal y las agencias Bloomerberg y Reuters, entre otras, se han convertido en fuentes directas de asuntos públicos nacionales. Son las que dan a conocer los adelantos de lo que la administración actual pretende en el sexenio. Pero, a nivel nacional, el discurso ha sido cuidadoso y hermético.
La Reforma de Telecomunicaciones abrió una serie de reformas que el Presidente Peña Nieto prevé aprobar este año, entre las que destacan la Energética y la Fiscal. Aunque aún no se presentan estas últimas iniciativas, su contenido ha provocado incertidumbre sobre todo en los sectores sociales, donde se ve la privatización de Pemex o el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a medicinas y alimentos como una amenaza.
El lunes, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP), Luis Videgaray Caso, afirmó que el “crecimiento en México se alcanzará con la aprobación de reformas como la energética y la hacendaria”.
Eduardo Cepeda, oficial senior de JPMorgan en México, dijo a la par que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) “tiene la capacidad de pasar los cambios constitucionales [en el Congreso]”, que atraigan la inversión y fortalezcan los mercados mexicanos.
Y luego, alertó: La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) podría perder hasta 10% si ninguna de las reformas prometidas por Peña Nieto se llevan a cabo este año.
EN PRENSA EXTRANJERA
Tres meses después de asegurar –en el marco del 75 aniversario de Pemex– que la paraestatal no se vendía, Peña Nieto declaró al diario Financial Times que los principales partidos que firmaron el Pacto por México están de acuerdo con el cambio de la Constitución para permitir la inversión privada en Pemex. “Hay diferentes opciones lo que la reforma debería ser, pero tengo confianza en que será 'transformacional'”.
En sus declaraciones agregó que la reforma, que presentará ante el Congreso próximamente, incluiría “los cambios constitucionales necesarios para dar certidumbre a los inversores privados”.
El Presidente mexicano dijo que la necesidad de liberalizar Pemex estaba ya acordada en el Pacto por México y que una propuesta detalla vendría en los próximos meses.
Pero no solo fue al diario británico, a la agencia Bloomberg dijo: “Es obvio que Pemex no tiene la capacidad financiera para estar presente en cada uno de los frentes de la generación de energía…La del gas esquisto es una de las áreas en las que existe espacio para las compañías privadas, pero no es el único”.
También The Wall Street Journal publicó un reportaje en el que asegura que el Ejecutivo quiere acabar con un “tabú” de casi 80 años y abrir Pemex a la inversión y competencia privadas, para así tener miles de millones de dólares en inversiones, y citó a tres fuentes de alto nivel del gobierno actual que explicaron al diario estadounidense el proyecto de reforma.
Según el diario, la apertura se daría en la exploración y producción en aguas profundas, donde se cree que se encuentra más de la mitad de las reservas proyectadas de hidrocarburos de México. The Wall Street Journal aseguró que el plan contempla otorgar contratos de 25 años para áreas designadas y permitir a las empresas privadas apartar las reservas petroleras, lo que les daría un más fácil acceso a los mercados financiero globales.
El mexiquense apenas se vio envuelto en la polémica de sus declaraciones al diario inglés sobre la presunta apertura de Pemex a los inversionistas privados, tuvo que dar marcha atrás a sus comentarios, afirmando que la empresa no se privatiza, se moderniza.
El Gobierno busca detener la declinación de la producción de crudo en México, que cayó por octavo año consecutivo en 2012, al alcanzar los 2.55 millones de barriles de crudo diario promedio. La meta de la actual administración es alcanzar una producción cercana a los 3 millones de barriles para 2018.
Durante la campaña, Peña Nieto advirtió que la apertura de Pemex, sería la firma para juzgar su Presidencia, según Bloomberg.
PEMEX, LA MANZANA DE LA DISCORDIA
Antes de que Peña Nieto tomara protesta como Presidente de la República, su entonces jefe de equipo de transición y actual Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, dijo al diario estadounidense The Wall Street Journal que la Reforma Energética abriría las puertas de Pemex a la inversión privada está “al alcance de la mano”.
Sin embargo, en enero y a prensa nacional, Videgaray Caso afirmó: “Ni el Presidente Enrique Peña Nieto ni ningún integrante del gabinete ha hablado de privatizar Pemex ni las reservas petroleras de gas… les digo es que no se va a privatizar Pemex”.
En junio pasado, el titular de la SHCP afirmó que la Reforma Energética “de gran calado” que prepara el Gobierno busca “modernizar” la industria petrolera y dijo que “nadie ha hablado de la privatización de Pemex”.
“No hay un debate acerca de privatizar Pemex (…). Es un debate falso”, afirmó Videgaray en declaraciones radiales al referirse a la reforma energética y se sumó a otras declaraciones oficiales que insisten en negar cualquier intención de incluir una supuesta privatización de Pemex.
El funcionario dijo que el texto que se presente al Legislativo surgirá del Pacto por México, suscrito por el Presidente Enrique Peña Nieto y los líderes de los principales partidos políticos.
“Lo importante es que sea una reforma de gran calado”, agregó Videgaray, quien destacó la necesidad de que pueda generar más empleos en la industria de hidrocarburos y permita un abaratamiento de los costes de la energía en el país.
Consultado sobre la posibilidad de que implique cambios constitucionales, señaló que eso se tendrá que definir en las consultas que se hagan en el marco del Pacto por México, antes de entregar el texto al Congreso.
Por su parte, recientemente Héctor Moreira Rodríguez, actual Consejero Profesional de Pemex a inversionistas de Estados Unidos, dijo durante una conferencia de Bloomberg que México está a punto de abrir su sector energético a la inversión extranjera “con un amplio consenso” a favor de que la Constitución sea cambiada y finalice el monopolio del gobierno sobre la producción de hidrocarburos
El país necesita reformas “muy profundas” para atraer inversiones a sus campos de crudo y gas natural, en particular después de ocho años de disminución de la producción de petróleo, por lo que los cambios propuestos podrían estar listos “al final del verano”, afirmó el funcionario.
IVA EN MEDICINAS Y ALIMENTOS
El gobierno federal prevé aumentar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a 16% en alimentos, sobre todo los procesados, y a medicinas, dejando exenta a la canasta básica, que incluye productos como el frijol, tortilla o huevos y medicinas de uso frecuente, reveló la agencia Reuters.
Fuentes vinculadas con la iniciativa revelaron al medio internacional que dicha propuesta será presentada por el Presidente Enrique Peña Nieto en septiembre, y el objetivo de esto es aumentar los ingresos tributarios en unos 50 mil millones de dólares o 4 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
“Esta iniciativa formará parte de la iniciativa de Reforma Fiscal que también incluirá un alza de impuestos a los más ricos, esto con el fin de elevar la ‘débil recaudación en la segunda economía de América Latina’”, publicó.
Las fuentes revelaron a la agencia que “el techo del 30% de la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) para personas físicas y para empresas podría subir hasta un 37 por ciento para los que más ganan. No obstante, la tasa tope aún no está definida y podría ser menor a ese 37% considerado”.
La Reforma Fiscal también pretende “suprimir regímenes fiscales especiales que permiten a cientos de grupos de contribuyentes pagar menos impuestos mediante subsidios o diferir el pago del ISR hasta por cinco años, además de las renegociaciones de créditos fiscales impagados”.
Otro punto que se considera en la propuesta es eliminar las devoluciones fiscales que reclaman las grandes empresas manufactureras de bienes que compran insumos con IVA, pero el producto que elaboran llega al consumidor final con tasa cero.
Reuters finalizó explicando que la reforma buscará que tanto empresas como personas pasen de la economía informal a la formal, pues esto le resta al país unos 4 puntos del PIB, de acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo.
Apenas el 26 de julio pasado, Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial por las izquierdas, advirtió que venía un aumento de IVA en medicinas y alimentos.
El excandidato de la izquierda aseguró que quienes “mandan en este país” buscan apropiarse de las utilidades que genera la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a través de su apertura a la inversión privada y extranjera.
“De cada peso del presupuesto nacional, 40 centavos provienen del petróleo. (Ellos) buscan quedarse con el 60% y dejar a la nación el 40% (…) Con esto va a quedar un hoyo que quieren cubrir con la reforma fiscal aumentando el IVA del 16 al 19%”, dijo López Obrador.
Añadió: “Quieren que el pueblo compense lo que van a llevarse las empresas petroleras al entregarles la renta del petróleo, esto va a significar que no va a haber dinero para el desarrollo del país y esto va a agravar la situación económica y social y va a producir más violencia e inseguridad”.