Con ganas de recuperar el tiempo perdido y de volver a ser la principal cita mundial del cine, Cannes ha conseguido atraer a un buen número de estrellas, a cineastas consagrados y noveles y configurar una programación sólida tanto en los apartados competitivos como los de pura exhibición.
Por Alicia García de Francisco
Redacción Cultura, 3 de julio (EFE).- Tras un año de ausencia, el Festival de Cannes abre este martes su 74 edición, en la que habrá una interesante mezcla de estrellas consagradas -Catherine Deneuve, Jodie Foster o Matt Damon- y jóvenes que aspiran a lo más alto, como Timothée Chalamet o los hermanos Hopper y Dylan Penn.
Con ganas de recuperar el tiempo perdido y de volver a ser la principal cita mundial del cine, Cannes ha conseguido atraer a un buen número de estrellas, a cineastas consagrados y noveles y configurar una programación sólida tanto en los apartados competitivos como los de pura exhibición.
Con ella tratará de hace frente a la fuerza que en los últimos años ha tomado la Mostra de Venecia, que acumula lanzamientos de éxito en los últimos años: La, la, land (2016), The Shape of Water (2017), Roma (2018) y Nomadland (2020).
Cannes solo ganó la partida en 2019, con Parasite, el fenómeno coreano que ganó la Palma de Oro e hizo historia al ser el primer titulo en llevarse el Óscar a mejor película y a mejor cinta internacional. Un éxito que el certamen busca repetir con una programación de lo más variada.
UNA COMPETICIÓN LLEVA DE NOMBRES CONOCIDOS
El siempre polémico Leos Carax será el encargado de abrir una sección a competición que reúne nada menos que veinticuatro películas, de las que solo cuatro están dirigidas por mujeres.
En su caso, llegará a Cannes con “Annette”, un musical protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard, que es el debut en inglés del cineasta francés.
Entre los nombres más conocidos, el estadounidense Wes Anderson, que ha tenido la paciencia de esperar un año para poder estrenar en Cannes -estaba en la selección para la edición frustrada de 2020- su The French Dispatch cuajada de estrellas: Frances McDormand, Timothée Chalamet, Benicio del Toro, Adrien Brody, Tilda Swinton, Léa Seydoux, Bill Murray, Owen Wilson, Liev Schreiber, Edward Norton, Willem Dafoe, Saoirse Ronan y Anjelica Huston.
También están el holandés Paul Verhoeven con Benedetta, una historia de amor entre una monja y otra mujer en la Italia del siglo XVII; el francés Jacques Audiard con “Les Olympiades”, una moderna historia de amor, o el italiano Nanni Moretti, con “Tre piani”, centrada en las relaciones de un edificio de vecinos y protagonizada por el realizador, junto con Riccardo Scarmarcio o Margherita Buy.
Uno de los más esperados es el actor y director estadounidense Sean Penn, que llega con Flag Day, una película que dirige y protagoniza, junto a sus hijos Hopper y Dylan, nacidos de su matrimonio con Robin Wright.
Penn regresa a Cannes como director tras el fracaso cosechado hace cinco años con su anterior trabajo, The Last Face, un melodrama protagonizado por su entonces pareja Charlize Theron y por Javier Bardem.
INTERESANTES TÍTULOS FUERA DE COMPETICIÓN
Pero Cannes no es solo la competición por la Palma de Oro. Más allá de las secciones paralelas (Una cierta mirada, Quincena de Realizadores y Semana de la Crítica) hay varios apartados no competitivos que reúnen una oferta muy interesante.
Es el caso de JFK Revisited: Through The Looking Glass, un documental con el que Oliver Stone ahonda en las nuevas pruebas desclasificadas sobre el asesinato del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy desde el estreno de su película “JFK” hace treinta años.
Todd Haynes llegará con otro documental muy esperado, The Velvet Undergruund, y Ari Folman demostrará de nuevo que la animación puede servir para narrar cualquier tema. Sorprendió en 2008 con “Waltz with Bashir”, sobre la matanza de Sabra y Chatila, y ahora se centra en la figura de Ana Frank en “Where is Anne Frank”.
También documentales Val, de Ting Poo y Leo Scott, sobre la trayectoria de Val Kilmer; New Worlds: The Cradle of Civilization, en el que Andrew Muscato grabó un espectáculo de Bill Murray y el chelista Jan Vogler en la Acrópolis de Atenas, y “Babi Yar. Contexte”, de Sergei Loznitsa, sobre la matanza de judíos en Ucrania a manos de los nazis.
Matt Damon y Abigail Breslin protagonizan una historia de pérdidas y reencuentros, Stillwater, dirigida por Tom McCarthy; Colin Firth, Olivia Colman y Josh O’Connor, Mothering Sunday, de Eva Husson; la británica Andrea Arnold pone su cine natural al servicio de dos vacas en Cow y la actriz Charlotte Gainsbourg se coloca detrás de la cámara para retratar a su madre, Jane Birkin, en “Jane par Charlotte”.
UN FESTIVAL EN LIBERTAD PERO MARCADO POR LA COVID
Todo ello en una festival que se celebrará enteramente presencial -aunque con muchas citas virtuales principalmente en el Marché du film, la cita para la industria- y con medidas bastante relajadas, ya que hace menos de una semana Francia eliminó la mayoría de las restricciones.
Ya no hay limitaciones de aforo para los espectáculos -excepto para conciertos en interior-, se pueden congregar hasta 2 mil 500 personas en el exterior -aunque con pasaporte sanitario o prueba negativa para reuniones de más de un millar-, no hay toque de queda y no es necesario llevar mascarilla, pero lo recomiendan para aglomeraciones de más de mil personas.
Cannes sin embargo ha extremado las precauciones. Dispondrá de un laboratorio para hacer pruebas a los acreditados; ha revisado las instalaciones de climatización, que funcionarán 24 horas al día en todos los espacios; ha reforzado los servicios de limpieza y la asistencia a las proyecciones será con reserva previa de asiento por internet.
“No podemos asumir el riesgo de decir que todo será normal”, reconoció en la presentación del festival el delegado general del certamen, Thierry Frémaux. Pero todos los elementos que han hecho famoso a Cannes estarán en su sitio: la alfombra roja, las estrellas, los autores y los medios.