“Las renovables deben ser el eje central de las iniciativas nacionales encaminadas a reactivar la economía después de la pandemia” afirmó la Irena.
La capacidad nueva de energía solar fotovoltaica y eólica terrestre resulta más barata que mantener en funcionamiento muchas plantas de carbón existentes.
Madrid, 3 de junio (Europa Press).- Los costes cada vez más competitivos de las renovables hacen que sean ya más atractivas, frente a la generación con carbón, las inversiones en energías “verdes” de cara a la recuperación económica tras la crisis de la COVID-19, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena).
En un informe, la agencia destaca que la energía renovable cada vez es más barata que cualquier capacidad eléctrica nueva basada en combustibles fósiles, como demuestra el hecho de que más de la mitad de la capacidad “verde” agregada en 2019 registró costos de energía más bajos que los de las nuevas plantas de carbón más baratas.
El director general de Irena, Francesco La Camera, armó que la estrategia para la recuperación mundial “debe ser una estrategia verde” y que las renovables brindan la posibilidad de alinear la acción política a corto plazo con los objetivos energéticos y climáticos a medio y largo plazo.
“Las renovables deben ser el eje central de las iniciativas nacionales encaminadas a reactivar la economía después de la pandemia de la COVID-19. Con políticas adecuadas, el descenso de los costos de energía renovable puede cambiar los mercados y contribuir enormemente a una recuperación verde”, añadió.
En promedio, Irena señala que la capacidad nueva de energía solar fotovoltaica (FV) y energía eólica terrestre resulta más barata que mantener en funcionamiento muchas plantas de carbón existentes, y los resultados de las subastas indican que esta tendencia se está acelerando, lo que refuerza los argumentos que defienden el abandono total del carbón.
Asimismo, el informe apunta a que el año próximo hasta mil 200 gigavatios (GW) de capacidad basada en carbón podrían registrar costos de generación más elevados que los de nuevas instalaciones de energía solar FV a escala de servicio público.
Además, estima que la sustitución de los 500 GW más caros procedentes del carbón por energía solar FV y eólica terrestre el próximo año conllevaría una reducción en los costos del sistema eléctrico de hasta 23 mil millones de dólares al año, y una reducción en las emisiones anuales de alrededor de 1.8 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono (CO2), lo que equivale al 5 por ciento del total de las emisiones mundiales de CO2 en 2019.
La agencia también considera que generaría un estímulo de la inversión de 940 mil millones de dólares es decir, de alrededor un 1% del PIB mundial.
REDUCCIÓN DRÁSTICA
Los costos de la electricidad renovable se han reducido drásticamente en la última década debido a mejoras en tecnologías, economías de escala, cadenas de suministro más competitivas y la creciente experiencia de desarrolladores.
Así, la energía solar FV a escala de servicio público ha registrado el mayor descenso de costos desde 2010, con un 82 por ciento, seguida de la energía solar de concentración (ESC) con un 47 por ciento, la eólica terrestre con un 39 por ciento y la eólica marina con un 29 por ciento.