De acuerdo con los datos de un ensayo clínico en fase III, denominado Tailor, se plantea usar la información genómica para tomar mejores decisiones de tratamiento en mujeres con cáncer de mama en etapa inicial.
Chicago (EU), 3 jun (EFE).- Siete de cada diez pacientes con un tipo de cáncer de mama común en fase inicial no necesitan recibir quimioterapia tras la cirugía, lo que evitará a miles de mujeres los efectos secundarios derivados de ese tratamiento.
Son los datos de un ensayo clínico en fase III denominado Tailor, que fue presentado hoy en la sesión plenaria de la reunión anual de la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO).
Los datos proporcionan tranquilidad a los médicos y pacientes que pueden usar la información genómica para tomar mejores decisiones de tratamiento en mujeres con cáncer de mama en etapa inicial, destacó el oncólogo de esta asociación Harold Burstein.
En términos prácticos significa que miles de mujeres serán capaces de evitar la quimioterapia, con todos sus efectos secundarios, al tiempo que se logran excelentes resultados a largo plazo, dijo este experto.
El doctor Javier Cortés, oncólogo del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), explicó a Efe que se trata de pacientes con tumores hormonopositivos, HER2 negativo y ganglios negativos.
De ellas, “las que tienen un riesgo intermedio que se determina con una prueba denominada Oncotype, en principio, no van a necesitar tratamiento con quimioterapia con porcentajes de curación muy parecidos”.
“Es un gran avance”, subrayó este oncólogo, miembro del equipo del Instituto Oncológico Baselga.
El procedimiento habitual es que, en función del resultado de la biopsia tras la cirugía, las pacientes reciben solo terapia hormonal o esta junto con quimioterapia.
El estudio no encontró ninguna mejora en la supervivencia libre de enfermedad cuando se agregó quimioterapia a la hormonoterapia.
Según el autor principal Joseph A. Sparano, director asociado de investigación clínica en el Albert Einstein Cancer Center y Montefiore Health System (Nueva York), es la prueba de tratamiento de cáncer de mama más grande (10.273 mujeres) y el primer ensayo de medicina de precisión jamás realizado. EFE