La ahora escritora de una trilogía erótica cuenta cómo ha sido la promoción de su libro, lo que piensa acerca del papel de las mujeres y las redes sociales, de las que señala "son en realidad una plantilla de cómo se comportan las personas en la vida real, con poco espacio para pensamientos originales".
Por Juanjo Villalba
Ciudad de México, 3 de junio (ViceMedia/SinEmbargo).- Es cierto que quizá Sasha Grey nunca fue una actriz porno tradicional. Siempre se cuenta esa historia según la cual en su primera escena, que era nada menos que con Rocco Siffredi, le pidió al mito italiano que le pegara un puñetazo en el estómago mientras le hacía una felación. Es menos conocido quizá que al principio de su carrera usó el nombre de Anna Karina en homenaje a la mujer de Godard o que lo de Sasha Grey viene, por una parte de Sascha Konietzko el fundador del grupo de rock industrial alemán KMFDM, y por otra de la novela de Oscar Wilde El retrato de Dorian Gray.
Por eso, cuando Sasha dejó el porno y empezó a actuar en películas "normales", sacó un libro de fotografía y se puso a recorrer el mundo pinchando en fiestas, nos sorprendimos, pero no tanto. Lo de escribir una trilogía de novela erótica ya nos hizo levantar un poco más la ceja, ¿no? Porque además, sin ser yo un fan del género, he de decir que la lectura de la segunda parte de esta trilogía, La habitación prohibida, me ha dejado una buena sensación. Me lo he pasado bien leyéndolo.
Así que, ya que surgió la oportunidad de hablar con ella a cuenta de la publicación de esta novela, no dudé ni un segundo en contactarla y aquí dejo nuestra conversación.
-Hola Sasha, gracias por responder a esta entrevista. ¿Qué estás haciendo estos días?
-Sasha Grey: Es un placer, VICE siempre me ha apoyado mucho en todo lo que he hecho. Actualmente estoy trabajando en música nueva y escribiendo para un nuevo proyecto.
-Tu nuevo libro, The mismade girl, acaba de salir en inglés, aunque yo te quiero entrevistar acerca del anterior, que acaba de salir en español, La habitación prohibida, ya que vamos un año o dos por detrás de ti. ¿Es extraño para ti hablar sobre tu libro anterior?
-Es curioso. Ese fue el pensamiento exacto que tuve al empezar esta entrevista. Sí, siempre es algo extraño hablar sobre un proyecto o una idea, cuando la terminé hace mucho tiempo. ¡Ya pasé a nuevas ideas, así que tengo que actualizar mi propia memoria!
-¿Qué piensas sobre las traducciones de libros? ¿Crees que el espíritu de los textos se pierde? ¿Lees traducciones?
-Desafortunadamente no hay forma de controlarlas, a menos que yo hable el otro idioma. Hice muchas lecturas de mis libros por todo el mundo cuando edité mi primer libro. Leía de mi copia en inglés, y de vez en cuando un traductor leía a la vez el libro traducido y me di cuenta de que se habían hecho algunas omisiones en ciertos capítulos, pero era demasiado tarde para cambiarlo o corregirlo. Como lector, es frustrante tener que buscar siempre la mejor traducción de un libro. El inglés no es un lenguaje muy poético, así que sé que cuando leo algo traducido del ruso, el alemán o cualquier otro idioma derivado del latín, me estoy perdiendo muchas cosas del texto.
-¿Cuáles son los últimos libros que has leído?
-Verdes colinas de África de Hemingway y actualmente estoy leyendo a Celine.
-Vamos a hablar sobre este ciclo de promoción-libro-promoción... ¿Cómo lidias con eso? ¿Te cuesta promocionar tus libros? ¿Era algo que solías hacer en la industria del porno o era diferente allí?
-Mi experiencia ha sido muy buena viajando a diferentes países y presentando el libro a nuevos públicos. De vez en cuando, un entrevistador tonto coloca mis fotos junto a una figura escandalosa de su país de origen en un intento de hacer comparaciones, pero creo que la mayoría de las personas pasan de ese tipo de chismes, son noticias de mala calidad.
-La habitación prohibida es el segundo libro de la trilogía erótica que empezaste con La sociedad Juliette. ¿Por qué optaste por lo erótico y no por otro género para comenzar tu carrera literaria?
-Creo que la gente tiene una concepción muy desviada sobre lo que es el género erótico, así que quise presentar una historia que era un homenaje a la erótica clásica y a mi generación de mujeres. También hubo muchas fans que durante años me pidieron que escribiera erótica y antes de comprometerme con esta historia, me daba miedo de que pudiera parecer una historia barata o un truco publicitario, por eso tardé varios años en asegurarme de que la historia se contara con el enfoque correcto.
-Precisamente de eso va mi próxima pregunta, una cosa que me gusta mucho de tus libros es que afrontas la erótica desde un enfoque muy interesante: haces un análisis de la sociedad, no cuentas simplemente una historia para que alguien se ponga caliente. ¿Es algo que buscaste o simplemente salió así?
-Sí, fue totalmente intencionado, como te dije antes. La erótica clásica es un reflejo real de la sociedad de un cierto período. Mi protagonista, Catherine, incluso bromea diciendo que Sade fue parcialmente responsable de la Revolución Francesa. Creo que a menudo las personas tienen problemas para dejar que la sexualidad sea más que una fantasía, es parte de nuestro día a día, incluso si una persona es sexual. Quería darle chicha a un género que, hoy en día, a menudo se considera infravalorado.
-¿Estás más en la línea de autores clásicos como Sade que de E.L. James, ¿verdad?
-Me quitas las palabras de la boca.
-En algunas entrevistas has dicho que estás un poco cansada de las redes sociales y que este libro es de alguna manera una manera de expresar tus pensamientos sobre las cosas. ¿Qué puedes decirnos al respecto? ¿Hablas a través de la voz de Catherine?
-A veces, las redes sociales parecen un trabajo. ¡Antes eran divertidas e innovadoras! Las redes sociales son en realidad una plantilla de cómo se comportan las personas en la vida real, con poco espacio para pensamientos originales, y eso da miedo.
Existen varios estudios que incluso muestran que cada vez se tienen menos relaciones sexuales, los deseos se satisfacen a través del brillo de un dispositivo, emoticonos y "me gustas" y arquetipos de personas en las que los más jóvenes quieren convertirse. Por otro lado, les estoy muy agradecida porque las redes me permiten comunicarme con personas de todo el mundo y compartir con ellos lo que sea que esté haciendo con solo presionar un botón.
A veces me siento un poco mal cuando tengo que publicar repetidamente lo mismo, pero es necesario debido al consumo individual y los algoritmos, ya que gracias a ellos solo un pequeño porcentaje del público ve cada publicación.
-Hablando de redes, ¿qué piensas de los últimos escándalos que rodean a Facebook en relación con la campaña de Donald Trump?
-Por desgracia, creo que necesitaremos mucho más que un escándalo de Facebook para sacarlo de la presidencia.
-Hace unos días, el 8 de marzo, miles de mujeres se manifestaron en España y se declararon en huelga para reclamar su papel en la sociedad. De alguna manera, tu libro también habla de esto, ¿verdad? Reivindicar desde un punto de vista sexual.
-Claro. Las mujeres han estado condicionadas durante demasiado tiempo para comportarse de cierta manera. Estamos hartas, queremos liberarnos y que se respete nuestra voz, en igualdad de condiciones que los hombres.
-¿Cómo ves el papel de las mujeres en tu país bajo la presidencia de Trump?
-¡Depende de si estás hablando de las que lo apoyan o de las que no! Creo que hemos visto mucha hipocresía por parte del “feminismo blanco”, y estoy muy contenta de que haya surgido este término.
Describe perfectamente por qué nunca me sentí cómoda identificándome únicamente como feminista, porque hay muchas autoproclamadas feministas que no respetan a otros grupos de mujeres marginadas. Creo que le ha dado a algunas mujeres la confianza para hablar y decir que ya es suficiente. Por otro lado, me parece muy cínico ver a muchas mujeres que todavía lo apoyan ciegamente.
Alguien que ha admitido abiertamente haber acosado sexualmente a mujeres es más respetado que una mujer que siempre ha sido honesta sobre su trabajo en la industria para adultos. Al final, todo se reduce a dos cosas: dinero y poder.