La cabeza de MCCI recibió una pensión aproximadamente por 124 mil 948 pesos mensuales, con un monto total de hasta 31 millones de pesos, que Pemex denunció como parte de un caso de corrupción, ya que su esposo no murió accidentalmente, sino que se quitó la vida, y la mujer recibió ayuda para que se ignoraran los resultados periciales.
Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo).– Petróleos Mexicanos reveló esta mañana que denunció a María Amparo Casar, actual Presidenta Ejecutiva de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), organización de Claudio X. González, y otros, por recibir de la paraestatal pagos por millones de pesos por el caso de Carlos Fernando Márquez Padilla García, esposo de Casar, quien se suicidó aventándose desde un edificio de Pemex en la capital en 2004.
Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, informó de este caso en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador, dentro de una serie de casos de combate a la corrupción dentro de la empresa productiva del Estado.
Derivado del fallecimiento de su cónyuge, María Amparo Casar Pérez solicitó a Pemex: el pago de seguro de vida; ayuda de gastos funerarios; pensión post-mortem a favor de sus dos hijos, misma que se cubrió hasta que cumplieron 25 años; la pensión post-mortem a favor de María Amparo Casar Pérez de aproximadamente 124 mil 948 pesos mensuales, explicó Romero desde Palacio Nacional.
“Todo lo anterior, porque los directivos de ese entonces le dieron tratamiento de accidente, omitiendo esperar el dictamen pericial del Ministerio Público, que finalmente resolvió que fue un suicidio”, resaltó Romero.
Para atender el problema, se solicitaron copias certificadas de las constancias de la Averiguación Previa del asunto a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. “Al estudiarlas, se encuentra el dictamen pericial en materia de Criminalística y la Determinación de No ejercicio de la Acción Penal, en donde se concluye que ninguna persona privó de la vida al C. Carlos Fernando Marquez Padilla García, ya que él se quitó la vida voluntariamente”, detalló el funcionario.
Entonces, al verificarse que Márquez ocasionó intencionalmente su muerte,” se suspendieron de forma inmediata las prestaciones que se habían estado reconociendo y pagando en favor la beneficiaria, y se realizaron las denuncias correspondientes contra quienes participaron”.
Por estas acciones, “están en trámite para intentar recuperar los montos pagados indebidamente estimado en más de 31 millones de pesos, así como fincar responsabilidades a servidores públicos involucrados”, explicó Romero.
UN CASO DE INFLUYENTISMO
Romero recordó que el Presidente López Obrador ya había revelado el caso en su último libro, ¡Gracias!, donde además mostró el caso como uno de influyentismo político.
En el capítulo 4, “La guerra sucia y el desafauero”, cuenta un episodio que catalogó como “un asunto muy penoso” ocurrido en 2004, cuando él era Jefe de Gobierno del Distrito Federal. El 7 de octubre de ese año, Carlos Fernando Márquez Padilla García, esposo de Casar, se suicidó aventándose desde un edificio de Petróleos Mexicanos en la capital.
“Como es de rigor, el perito en materia criminalística de campo dio fe de los hechos exponiendo en el acta que ‘el occiso realizó maniobra de tipo suicida para privarse de la vida’”, escribió el Presidente.
Luego de eso, María Amparo Casar, acompañada del escritor Héctor Aguilar Camín, acudieron con el entonces Procurador capitalino Bernardo Bátiz para solicitarle que cambiaran el acta “modificando lo del suicidio por accidente, pues de esa manera podía cobrar el seguro y recibir de Pemex una pensión vitalicia y ayuda para la educación de sus hijos hasta que cumplieran 25 años”.
López Obrador menciona que Bátiz le contó de la solicitud pero coincidieron en que no era correcto ceder, sin embargo asegura que “el influyentismo se impuso”, ya que aunque no tenía derecho ni al seguro médico u otras prestaciones, el banco de Pemex le pagó un seguro de vida por 17 millones 600 mil pesos y pensión vitalicia por viudez por 125 mil pesos mensuales. Todo esto a pesar de que la causa de muerte fue suicidio y que su esposo no cumplía con los requisitos de antigüedad que para estas prestaciones se establece un periodo de más de dos años; el esposo de Casar sólo había trabajado cuatro meses en Pemex.