Jair Bolsonaro también es sujeto de varias investigaciones del tribunal electoral de Brasil sobre sus acciones durante su campaña presidencial, en particular sus afirmaciones sin fundamento de que el sistema de voto electrónico del país es susceptible de fraude. Esto amenaza con despojarle de sus derechos políticos e impedirle presentarse a las próximas elecciones.
Por Carla Bridi y David Biller
BRASILIA (AP).— La Policía Federal de Brasil allanó la residencia del expresidente Jair Bolsonaro e incautó su teléfono el miércoles como parte de una investigación sobre una presunta falsificación de certificados de vacunación contra COVID-19. Las autoridades también registraron varios sitios más y media decena de personas podrían ser detenidas.
El expresidente confirmó el allanamiento en su residencia en declaraciones ante los reporteros, y su esposa Michelle lo hizo a través de su cuenta de Instagram, y señaló que su teléfono no fue incautado, contrario a los reportes de los medios de comunicación.
Un policía federal que habló bajo condición de anonimato debido a que no estaba autorizado para hablar públicamente, dijo que Bolsonaro será llamado a declarar en la sede de la Policía Federal y confirmó que uno de sus aliados más cercanos, Mauro Cid, fue arrestado.
Cuando se le preguntó sobre el allanamiento en el hogar de Bolsonaro, la oficina de prensa de la Policía Federal emitió un comunicado en el que señaló que los agentes estaban llevando a cabo 16 allanamientos y seis arrestos en Río de Janeiro relacionados con la introducción de datos falsos relacionados con la vacuna contra la COVID-19 en el sistema nacional de salud. El comunicado no mencionaba a Bolsonaro ni a Cid.
Medios de comunicación locales reportaron que las tarjetas de vacunación de Bolsonaro, sus asesores y sus familiares habían sido modificadas. Durante la pandemia, Bolsonaro pasó meses sembrando dudas sobre la efectividad de la vacuna y se rehusó a inyectarse. En septiembre de 2021, eso provocó dudas en torno a si podría asistir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
“No hubo ninguna adulteración de mi parte, no ocurrió”, comentó Bolsonaro a los reporteros el miércoles después del registro a su vivienda. “No me puse la vacuna, punto. Nunca negué eso”.
El allanamiento se suma a los dolores jurídicos cada vez más fuertes de Bolsonaro. La Policía Federal lo ha interrogado en su sede de Brasilia en dos ocasiones en el último mes relacionado con investigaciones separadas. Primero por tres conjuntos de joyas con diamantes que recibió como regalo de Arabia Saudí y, luego, por su posible participación en incitar el levantamiento del 8 de enero por parte de sus simpatizantes en la capital.