Varias empresas y tiendas de autoservicios han estado en conversaciones con el Gobierno federal para implementar un plan antiinflacionario que combata la alza en precios de múltiples productos de la canasta básica.
Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo).– La Secretaría de Agricultura (Sader) informó que las empresas nacionales del sector y las cadenas de autoservicios aceptaron la propuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador de sumarse a un plan para controlar la inflación.
El Gobierno federal buscó establecer un pacto con empresarios y comerciantes para que 24 productos de la canasta básica tengan una reducción en costo de hasta el 20 por ciento, incluidos insumos como: leche, aceite, huevo, frijol, pollo y tortilla.
"Hay una aceptación a la estrategia de parte de la gran agroindustria nacional, así como también de las grandes cadenas de supermercados y esto se va a poder constatar el día de mañana que se presente [la iniciativa]", dijo Víctor Villalobos, titular de la dependencia, quien además enfatizó que el acuerdo se hizo de manera voluntaria.
El Secretario aseguró que habrá un ganar-ganar a través de esta estrategia, la cual fue planteada por el Gobierno federal para disminuir el impacto de la inflación, particularmente en beneficio de los sectores más marginados y desprotegidos. Este proyecto será presentado por el Presidente el próximo miércoles.
"Es un tema de impacto mundial. Estamos padeciendo condiciones de múltiples factores que han incidido. En el país esto impacta de manera importante en alimentos, que es una cadena a través de la cual el actor primario se ve afectado por esta influencia. No podemos estar exentos", explicó Villalobos.
En las conversaciones han participado empresas como Grupo Bimbo y Bachoco, mientras que Alsea y Chedraui han advertido a las autoridades que una estrategia de este tipo podría generar afectaciones en la oferta y estrés en el mercado a largo plazo.
La agencia JPMorgan consideró que el plan de López Obrador se enfrentará a problemas logísticos para su implementación y no se podrían reducir los precios más que entre un cinco y 10 por ciento. Además, advirtió que podría tener un impacto negativo en el mercado en términos de producción y potencialmente crear una sombra de mercado para satisfacer la demanda existente.
"Creemos que, si se implementa un plan de este tipo, es poco probable que se logre un efecto completo, ya que además de los detalles logísticos complejos que justifican su implementación, los efectos colaterales ya son generalizados y van más allá de la canasta básica. Además, el hecho de que obligar a las empresas (en particular a las pequeñas y medianas empresas con poco o ningún poder de mercado) a fijar precios podría ejercer más presión sobre sus márgenes después de dos años de escaso apoyo gubernamental durante la pandemia", remarcó en su informe.