De acuerdo con la Semarnat, en México al día se generan 102 mil 895 toneladas de residuos, lo que se traduce en 53.1 millones al año. Mientras que en la Ciudad de México, hasta el 2018, se generaban 12 mil 998 toneladas de basura diariamente, según datos del Inventario de residuos 2017.
Ciudad de México, 3 de abril (SinEmbargo).- Una laguna de Lixiviados junto a un tiradero de basura habría sido la culpable de la muerte de al menos 100 perritos en el municipio de Amecameca, Estado de México, pero en todo el país existen cientos de este tipo de depósitos, en su mayoría al aire libre, lo que representa un riesgo, no sólo para la fauna de la zona, para la población en general.
En México hay aproximadamente dos mil 203 sitios de Disposición Final de Residuos (DFR), de acuerdo con datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de 2017, refirió la Doctora Liliana García Sánchez durante la conferencia titulada “Situación actual de los lixiviados en México”, transmitida el 23 de abril de 2021, por el canal de Youtube de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
De estos dos mil 203 lugares de DFR, sólo el 16 por ciento son rellenos sanitarios, mientras que el 73 por ciento son espacios no controlados, también conocidos como basureros a cielo abierto, detalló la experta, en los cuales se mezclan todo tipos de desechos, los cuales generan un daño al subsuelo, a los mantos acuíferos y a la salud de la población, y que, como resultado de una mala gestión, tiene un costo de 75 mil 800 millones de pesos al año, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El problema con los tiraderos de basura a cielo abierto, según explican expertos en gestión de residuos, es que en estos lugares no hay un control para depositar los desechos, por lo que quedan dispersos, lo que genera fauna nociva, así como lixiviados, que son líquidos que genera la descomposición de residuos orgánicos mezclados con el agua de lluvia y otros químicos, los cuales afectan principalmente a los mantos acuíferos, así como a cultivos y zonas aledañas.
García Sánchez indicó que el impacto de estos residuos se da porque luego de su acumulación y el inicio de la biodegradación de la materia orgánica, “con la humedad, la lluvia, y todos los factores climáticos, van a generar una corriente de agua, un agua residual que se conoce como lixiviados”, indicó la experta, quien explicó que estos líquidos contienen materia parcialmente biodegradada, que se compone de concentraciones muy altas de materia orgánica, de metales, que va a acarrear organismos patógenos y compuesto contaminantes presentes en lo que desechamos.
“Los lixiviados, al ser liberados en basurero al aire libre, sin sistemas de tratamiento, se van a infiltrar al subsuelo y van a contaminar los mantos acuíferos, las aguas superficiales y al medio ambiente que está alrededor, provocando toxicidad cercanos a este tipo de sitios de disposición”, añadió la doctora en Ingeniería Ambiental por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
En tanto, los rellenos sanitarios, los cuales son depósitos regulados mediante procedimientos de ingeniería para que la basura sea dispuesta de forma sanitaria. Sin embargo, en México algunos rellenos sanitarios no cumplen al 100 por ciento con tal normatividad, según explica el sitio Ecolana, organización dedicada al reciclaje en México.
“Los rellenos sanitarios son obras de ingeniería en donde se cava en la tierra, el suelo se recubre con una película plástica (también llamada geomembrana) y los residuos se depositan sobre ésta. La película sirve para prevenir que los lixiviados se filtran al subsuelo (los lixiviados son líquidos que generan residuos ). Estos rellenos están controlados y regulados por el gobierno de cada estado”, detalló el organismo.
En México, de los dos mil 203 sitios de disposición de Residuos Sólidos Urbanos, el 86 por ciento no cuenta con un sistema o plan de tratamiento de lixiviados generados, según datos del Inegi de 2019 referidos por la Doctora García Sánchez durante la conferencia titulada “Situación actual de los lixiviados en México”, en donde indicó que incluso rellenos sanitarios que se diseñaron y construyeron conforme a la NOM-083-SEMARNAT-2003 no cumplen con estos requisitos, por lo que presentan riesgo de infiltración de lixiviados al subsuelo, añadió.
Asimismo, en el país, de acuerdo con la Semarnat, en México al día se generan 102 mil 895 toneladas de residuos, lo que se traduce en 53.1 millones al año. Mientras que en la Ciudad de México, hasta el 2018, se generaban 12 mil 998 toneladas de basura diariamente, según datos del Inventario de residuos 2017.
Un reportaje de la periodista Ivette Lira señaló que diariamente, cada habitante en la capital generó un promedio de 1.37 kilogramos de basura. Cuauhtémoc ocupó el primer lugar en mayor generación per cápita, con 2.47 kilogramos; en contraste, Milpa Alta y Álvaro Obregón reportaron las cifras más bajas, con 0.87 y 0.90 kilogramos, respectivamente, a lo que se suma que la capital mexicana carece de un espacio en donde disponer sus siete mil 862 toneladas de residuos que genera diariamente, por lo que utiliza cuatro rellenos ubicados en el Estado de México: Chicoloapan, Cuautitlán, Milagro y Cañada, y uno más en Cuautla, Morelos. Sin embargo, el costo de enviar la basura es elevado.
Por ello, especialistas emitieron en 2018 una serie de recomendaciones a la entonces Jefa de Gobierno capitalino electa, Claudia Sheinbaum Pardo, quien el 29 de enero de este año anunció la primer etapa de la Planta de Carbonización Hidrotermal, un proyecto del Gobierno capitalino en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Secretaría de Energía (Sener), que se construye en el Bordo Poniente, en el cual la basura orgánica se transformará en carbón y electricidad.
“Esta es una demostración de que creemos en las energías renovables. Para nosotros esta Reforma Eléctrica es parte fundamental de este proceso de la transición de la energía eléctrica. Estamos dando un ejemplo al mundo de que México le apuesta a las energías renovables y a la soberanía energética”, dijo la Jefa de Gobierno en ese momento.
En la planta se podrán procesar 95 toneladas de materia orgánica al día. Una parte se someterá a un proceso de transformación para ser convertido en gas útil para producir electricidad, y otro tanto será convertido en pellets de hidrocarbón. Además, posee una innovadora planta que transforma aceite comestible usado en biodiésel para el transporte público de la capital y evita así que este producto continúe contaminando las aguas.
Sin embargo, en el resto del país no pasa lo mismo. Una investigación de la reportera Dulce Olvera, del 24 de abril de 2021, evidenció que al menos, seis municipios de Nuevo León están en riesgo por tiraderos y descargas al río Santa Catarina, lo que quedó documentado a través del trabajo de campo y satelital en toda el Área Metropolitana de Monterrey, gracias al cual se ubicaron cinco basureros clandestinos en los municipios de Santa Catarina y Guadalupe.
“En general, estas ubicaciones mostraron grandes volúmenes de residuos de diferentes orígenes (desechos domésticos, industriales y sanitarios). Acumulaciones de varios tipos de basura invadieron el cauce del río y alcanzaron las aguas superficiales del cauce. Además, la evidencia sugirió que la basura se quemó abiertamente en el lugar”, expone el estudio de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Aunque el municipio de Guadalupe tenía la mayoría de fuentes contaminantes, la mayor densidad por kilómetro estaba en San Pedro Garza García. Por otro lado, Guadalupe presentó todos los tipos de fuentes contaminantes y Monterrey mostró una zona que “podría ser crítica”, ya que no sólo tiene antecedentes de metales pesados y contaminantes emergentes, sino que existen grandes volúmenes de desechos metalúrgicos como cadmio, zinc, níquel, arsénico, cobre, cromo y mercurio.
“Las concentraciones más altas de metales pesados podría estar relacionado con los desechos de la antigua industria de fundición de hierro y acero”, afirma el documento académico que fue coordinado por la investigadora Fabiola Yépez-Rincón.
Pero el problema con los depósitos de basura se repite en otras entidades de México, por ejemplo, el Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos de 2020, elaborado por la SEMARNAT indicó que Tabasco está retrasado en el manejo de los desechos que los ciudadanos generan a diario, ya que la entidad registra aproximadamente dos mil 471 toneladas de residuos sólidos por día, pero la recolección sólo es de mil 991 toneladas diaris, una cobertura del 80 por ciento, por lo que el otro 20 por ciento va directo a tiraderos a cielo abierto.
En el mismo reporte se señala que al relleno sanitario Chiltepeque, en Puebla, al que a diario llegan mil 408 toneladas de basura, le quedaban sólo siete años de vida. En tanto, en mayo de 2021, medios locales de Salamanca, Guanajuato, dieron a conocer que los tiraderos a cielo abierto iban a la alza en el norte de esa ciudad, lo que estaba provocando la proliferación de fauna nociva, malos olores y contaminación de mantos acuáticos.
El 26 de septiembre de 2021, la Secretaría de Salud de Guerrero, a través de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios local (Copriseg), emitió la declaratoria de emergencia sanitaria para el puerto de Acapulco debido a las grandes cantidades de basura acumuladas en las calles.
Mediante un comunicado, la Copriseg detalló que la alerta se derivó luego de un exhorto emitido el pasado 20 de septiembre al Ayuntamiento de Acapulco por la falta de limpieza en las calles y debido a los recorridos realizados en los que se constató que el día 24 de septiembre los puntos de contaminación continuaban sin limpiarse.
“Es por lo anterior y atendiendo a las atribuciones otorgadas a la Secretaría de Salud, en estricto cumplimiento al mandato constitucional de protección a la salud, que se ha determinado emitir la Declaratoria de Emergencia Sanitaria en contra de las autoridades municipales de Acapulco de Juárez”, comentó la dependencia.
En la declaratoria se emergencia, se ordenó al Ayuntamiento que actué conforme a sus facultades otorgadas en la Constitución para realizar las siguientes actividades en un lapso no mayor a 24 horas, después de emitido dicho documento.