Bajo el nombre de Anna Delvey, Anna Sorokin, se ganó durante varios años la amistad de las élites de Nueva York, frecuentando los mejores establecimientos, vistiendo de diseñadores donde dejaba sin parar propinas de 100 dólares.
Nueva York, 3 abril (EFE).- La alemana Anna Sorokin, que bajo el nombre de Anna Delvey engañó a la alta sociedad neoyorquina haciéndose pasar por la heredera de una gran fortuna, está bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que se prepara para deportarla, luego de cumplir dos años de prisión.
Sorokin, de 30 años, fue condenada a cumplir entre 4 y 12 años de cárcel por estafa pero quedó libre en febrero por buena conducta y desde marzo está bajo custodia del ICE y está en un centro en Nueva Jersey en espera de ser deportada, señalan medios locales.
Bajo el nombre de Anna Delvey, la mujer se ganó durante varios años la amistad de las élites de Nueva York, frecuentando los mejores establecimientos, vistiendo de diseñadores donde dejaba sin parar propinas de 100 dólares.
Finalmente, en 2017 fue arrestada tras haber dejado sin pagar una factura de 11 mil 518 dólares en un hotel de lujo y enfrentó un juicio que fue seguido con gran expectación en Estados Unidos, a donde llegó dispuesta a vivir una vida de película basada en toda una red de mentiras.
Su gran proyecto era abrir en Manhattan un espectacular club privado, una inversión de más de 40 millones de dólares y que iba a diseñar Gabriel Calatrava, hijo del famoso arquitecto español, a quien conoció en octubre de 2015 y que testificó en el juicio.
Estaba previsto que la mujer fuera enviada a Alemania el pasado 26 de marzo, pero no fue incluida en la lista por razones que se desconocen, aunque podría esta apelando esa decisión.
Entre sus mentiras, afirmó que su padre era un diplomático y un magnate del petróleo, pero la realidad es que es hija de un excamionero ruso que emigró a Alemania y dirige un negocio de calefacción y refrigeración.
Sorokin ha dicho que su experiencia en la correccional de Albion, en Nueva York, fue “una locura”.
“Llevar a la gente, encerrarla, quitarle todo y esperar que se reforme. ¿Qué se supone que debe hacer eso por ti? Estás privado de todo. ¿La misma solución para todos, sin importar lo que hayas hecho? Cuando eres un criminal es una forma de pensar muy diferente, ya sea que mates a alguien o vendas drogas. El lugar de donde vienes no es comparable. Tienen esta solución universal para todos, y ese no debería ser el caso”, indicó.
La figura de Sorokin causó gran fascinación y su historia será llevada a la televisión por Netflix, que le compró los derechos pero Nueva York congeló sus cuentas en espera de que le pague a sus acreedores.