A medida que el pánico por el coronavirus se extiende en el mundo, tenemos que decidir si promulgamos la lógica brutal de la “supervivencia del más apto” o prevalecemos la colaboración global para afrontar la pandemia, sostiene el filósofo esloveno en un reciente artículo de opinión para RT.
“Quizás otro virus, ideológico y mucho más beneficioso, se propague y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global”, dice el también sociólogo y crítico cultural.
Por Slavoj Zizek
Ciudad de México, 3 de abril (RT).- A medida que el pánico por el coronavirus se extiende por el mundo, tenemos que decidir si promulgamos la “ley de la jungla” —la lógica “más brutal de la supervivencia del más apto”— o algún tipo de “comunismo reinventado” que incluya coordinación y colaboración global para afrontar la pandemia, sostiene el filósofo esloveno Slavoj Zizek en un reciente artículo de opinión para RT.
Para definir el comunismo que tiene en mente, el filósofo recuerda las declaraciones del director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien indicó la semana pasada que “esta epidemia se puede retrasar, pero solo con un enfoque colectivo, coordinado e integral que involucre a toda la maquinaria del Gobierno”.
Zizek enfatiza que este enfoque integral “debería ir mucho más allá de la maquinaria de los gobiernos individuales”, abarcando “la movilización local de personas fuera del control estatal, así como una coordinación y colaboración internacional fuerte y eficiente”.
Si miles de personas son hospitalizadas, se necesitará “un número enormemente mayor de máquinas respiratorias”, y para obtenerlas, el estado debe “intervenir directamente” de la misma manera que lo haría en condiciones de guerra “cuando se necesitan miles de armas”, así como “confiar en la cooperación de otros estados”, explica el autor del artículo. “Al igual que en una campaña militar, la información debe compartirse y los planes deben coordinarse por completo”, detalla el filósofo.
SE ACABÓ LO DE “EU PRIMERO”
La pandemia de coronavirus no solo pone de manifiesto el límite de la globalización del mercado, sino también el límite “aún más fatal del populismo nacionalista que insiste en la soberanía estatal plena”, asegura Zizek, agregando que “se acabó lo de EU (o quien sea) primero’, ya que EU solo puede salvarse a través de coordinación y colaboración global”.
Lejos de apelar “a una solidaridad idealizada entre las personas”, el analista argumenta que la crisis actual “demuestra claramente que la solidaridad y la cooperación global están en el interés de la supervivencia de todos y cada uno de nosotros, que es la única cosa egoísta racional que se puede hacer”.
DEJAR ATRÁS LA VISIÓN “CÍNICO VITALISTA”
Desde un punto de vista “cínico vitalista”, uno “estaría tentado a ver el coronavirus como una infección beneficiosa” que permite a la humanidad “deshacerse de los viejos, débiles y enfermos, como sacando la hierba medio podrida, y así contribuir a la salud global”, apunta el filósofo, para destacar que el enfoque comunista amplio que está defendiendo “es la única manera” de “dejar atrás un punto de vista vitalista tan primitivo”.
Entretanto -alerta- los signos de reducción de la solidaridad incondicional “ya son perceptibles en los debates en curso”. En este sentido, recuerda las recientes informaciones sobre el llamado protocolo de los ‘tres sabios’ en el Reino Unido, según el cual, tres consultores de alto nivel en cada hospital “se verían obligados a tomar decisiones sobre el racionamiento de la atención, como ventiladores y camas, en caso de que los hospitales estuvieran abrumados con pacientes”, negando la atención vital a una parte de enfermos.
¿En qué criterios se basarán? ¿Sacrificar a los más débiles y mayores? ¿No abrirá esta situación espacio para una “inmensa corrupción”? ¿No indican tales procedimientos que nos estamos preparando “para promulgar la lógica más brutal de la supervivencia del más apto”? Estas son las cuestiones que se hace el filósofo, antes de reiterar que “la elección final es: esto o algún tipo de comunismo reintentado”.
EL COVID-19, UN GOLPE AL CAPITALISMO
En otro artículo de opinión para RT, el filósofo esloveno ha señalado que la epidemia de coronavirus, que se está propagando por el mundo, representa “una especie de ataque de la técnica del corazón explosivo de la palma de cinco puntos —utilizada por Beatrix, la protagonista de la película ‘Kill Bill 2’, para matar a su mentor—, pero que apunta contra el sistema capitalista global.
Además, Zizek opina que la epidemia del covid-19 es “una señal” de que la humanidad no puede vivir más como de costumbre y “es necesario un cambio radical”.
“Quizás otro virus, ideológico y mucho más beneficioso, se propague y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global”, ha sugerido.
Zizek ha señalado que “a menudo se escucha la especulación de que el coronavirus puede conducir a la caída del gobierno comunista en China”, no obstante, asegura, que existe una paradoja: “el coronavirus también nos obligará a reinventar el comunismo basado en la confianza en las personas y en la ciencia”.
TRISTE: NECESITÁBAMOS UNA CATÁSTROFE
El filósofo señala que en las películas una catástrofe global—como un asteroide que amenaza la vida en la Tierra o un virus que mata a la humanidad— aniquila las “pequeñas diferencias” de la gente, volviéndolas insignificantes, y todos empiezan a trabajar juntos para encontrar una solución.
“Y aquí estamos a día de hoy, en la vida real. El punto no es disfrutar sádicamente del sufrimiento generalizado en la medida en que ayuda a nuestra causa; por el contrario, el punto es reflexionar sobre un hecho triste de que necesitamos una catástrofe para que podamos repensar las características básicas de la sociedaden la que estamos viviendo”.
El filosofó indica que “el primer modelo vago de una coordinación global de este tipo es la Organización Mundial de la Salud, de la cual no obtenemos el galimatías burocrático habitual, sino advertencias precisas proclamadas sin pánico”. “Dichas organizaciones deberían tener más poder ejecutivo”, asevera Zizek.
Concluye que la epidemia de coronavirus podría servir como lección de que la humanidad necesita comenzar a crear algún tipo de red global de atención médica.