La subasta se realizó en un bar de la capital paulista, con una militancia entregada que no paró de corear a favor del máximo líder del Partido de los Trabajadores de Brasil.
Por: Carlos Meneses Sánchez
Sao Paulo, 3 de abril (EFE).– Medio centenar de fotografías firmadas por Luiz Inácio Lula da Silva y que retratan momentos históricos de su vida fueron subastadas este miércoles en Sao Paulo en un acto para apoyar la libertad del ex Presidente brasileño, a cuatro días de que se cumpla su primer año en prisión por corrupción.
Desde el sindicalista barbudo que arengaba a las masas en tiempos de la dictadura militar (1964-1985) hasta el líder político de fino traje en su camino para ser investido Jefe de Estado, 43 fotógrafos han donado parte de su trabajo para unirse al grito de "Lula libre".
La subasta se celebró en un bar de la capital paulista, sin la pompa que se presumen en este tipo de eventos, pero con una militancia entregada que no paró de corear a favor del máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil.
En algunos momentos la subasta parecía una fiesta y en otros un mitin político, hasta el golpe del martillo.
A las 20:30 hora local (23.30 GMT) arrancaron las pujas con un lance mínimo de 1 mil 313 reales (unos 340 dólares) por cada una de las 50 instantáneas.
Los asistentes, también conectados vía Internet, presentaron sus ofertas con frenesí y en algunas ocasiones superaron hasta los 20.000 reales (5.155 dólares) por foto.
"La prisión de Lula es una cuestión democrática y resolvimos hacer campaña por su libertad con esta subasta. Son fotos de 1978 a 2018 y son bien diversificadas: él como sindicalista, en su intimidad, con (Barack) Obama, con (José) Mujica...", dice a EFE la fotógrafa y organizadora del evento, Mónica Zarattini.
Lula permanece recluido desde el 7 de abril de 2018 en una sede policial en la ciudad de Curitiba (sur) para cumplir una condena de 12 años y 1 mes por corrupción pasiva y lavado de dinero.
El ex gobernante fue condenado por haber recibido sobornos a cambio de favorecer a la constructora OAS, los cuales se habrían materializado en la reserva y reforma de un apartamento de tres plantas en Guarujá, en el litoral de Sao Paulo. Él niega todas las acusaciones y se considera un "preso político".
La recaudación de la puja irá destinada al Instituto Lula, una institución benéfica fundada por el ex gobernante, según los organizadores. Con cada foto subastada, aplausos y una nueva oportunidad para vociferar "Lula libre, Lula libre".
El fotógrafo oficial de Lula, Ricardo Stuckert, participó en esta iniciativa que, en su opinión, representa "la historia de Brasil" y "rescata esa imagen para la sociedad".
"Lula es emoción. Cada día ocurría algún momento que decías, no es posible. Una de esas imágenes ocurrió en Barbalha (en 2016) al término de un mitin. Él hizo algo que siempre hace: salió, rompió el protocolo y fue hasta allí para saludar a las personas. Lula es eso", relata a EFE sobre la historia por detrás de una de las fotos que ha donado para la causa.
"Yo quería fotografiarlo de frente, pero no lo conseguí e hice una foto con él de espaldas y las personas abrazándole. Esa foto es emblemática porque todas las personas miran o abrazan a Lula o intentan llegar hasta él. Es una foto que me chocó, me marcó mucho", completa.
Décadas antes era el fotógrafo Juca Martins el que seguía los pasos de un Lula de tupida barba y sumergido en el movimiento sindical surgido en la región metropolitana de Sao Paulo, en plena dictadura militar.
Uno de esos momentos captados por Martins es el de un Lula dando un discurso en una asamblea de los metalúrgicos y ante un abarrotado estadio Vila Euclides, en la localidad de Sao Bernardo do Campo.
"No había equipo de sonido, estaba hablando de garganta (...). La asamblea se celebró de manera improvisada. Entonces lo que hablaba Lula era transmitido de boca en boca por todo el estadio. 'Y qué es lo que dijo', decían. Y alguien de adelante respondía: 'acabó de hablar esto' y así sucesivamente", rememora a EFE.
Lejos quedan ya los años de lucha sindicalista y la época dorada al frente de la Presidencia (2003-2010). En febrero pasado, Lula recibió una segunda condena de 12 años y 11 meses acusado de haberse beneficiado de las reformas millonarias que tres constructoras, entre ellas OAS y Odebrecht, realizaron en una casa de campo cuya propiedad se le atribuye en Atibaia, en el interior de Sao Paulo.
Lula acumula un total de ocho procesos penales abiertos en la Justicia, incluyendo los dos por los que ya ha sido condenado.
En la subasta, que se prolongó hasta bien entrada la noche, sus militantes negaban con rotundidad la legitimidad de esas acusaciones, siguen con fe ciega a su líder y esperan verle pronto salir de prisión.