Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).– La temporada vacacional es para muchos sinónimo de playa, alberca y una oportunidad perfecta para tomar el sol. Sin embargo, la mayoría de las personas no toma las precauciones necesarias para evitar quemaduras solares, que traen consecuencias a la salud corto y largo plazo, más allá de un buen bronceado.
Actualmente, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se detectan entre 2 y 3 millones de cánceres de piel no melanocíticos y más de 130 mil melanomas malignos, los más peligrosos, cada vez en una población más joven y resultado de comportamientos, en su mayoría, evitables.
La doctora Laura Juárez Navarrete, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología, habló con SinEmbargo sobre la mejor manera de proteger la piel en la época vacacional, así como en la vida diaria, para empezar, recomendó que se evite la exposición directa al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, situación difícil si se está descansando en la playa pero primordial para el cuidado de la salud.
"Hay que exponerse por ratos, con el protector solar aplicado media hora antes de esta exposición. Primero con la piel bien hidratada, porque si está seca el protector solar no se adhiere lo suficiente, y reaplicarlo en la playa cada dos horas. Podría aplicarse hasta cada cuatro horas si no se están sumergiendo en el agua, eso depende de las características del protector, pero deben estar en el sol 15 minutos y ponerse bajo la sombra, bajo una palapa o una sombrilla otro tiempo y volver a exponerse al sol, esa es otra recomendación que hacemos”, dijo.
¿Qué tomar en cuenta antes de comprar un bloqueador?
Anteriormente era común ver en los estantes de los supermercados bloqueadores con un factor de protección solar (FPS) de 100 o mayor, sin embargo, estos fueron retirados del mercado debido a que no hay un producto que proteja la piel en su totalidad, y esto daba a la gente una sensación de protección excesiva que no existía. En México apenas el año pasado, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) reguló que no se puedan ya vender los que dicen 100.
"Esto se hace porque si se confían que tienen un protector muy alto, piensan que se pueden exponer más tiempo y de todas maneras el daño de la radiación, ultravioleta A sobre todo que es acumulativa, puede llegarlos a hacer que en la vida adulta tengan un cáncer de piel", explica.
Por ello, la recomendación de la experta es utilizar uno de FPS 50+ para la playa, en otros sitios con menos exposición solar se puede usar uno de 30, y si se llevan niños se debe elegir uno especial para ellos porque las sustancias químicas que contiene son un poco menos tóxicas o más suaves para fijarse en su piel.
En este aspecto, menciona que los niños menores de seis meses no se deben de exponer directamente al sol, se tienen que tener en un área de sombra, bien protegidos. A partir de los seis meses ya se les puede poner un protector y pueden estar por unos 15 minutos.
Consecuencias de la sobreexposición
Aunque muchas personas consideran normal "quemarse" con el sol, es decir, sufrir de enrojecimiento y ardor en la piel, la realidad es que las quemaduras son uno de los efectos más graves de la exposición a la radiación ultravioleta, y todo empieza desde la infancia.
"Esas quemaduras solares son un daño que se va acumulando en la piel y que predispone al cáncer de piel", puntualiza.
Por otro lado, a las personas que gustan de fin a fin de semana realizar deporte al aire libre o alguna actividad que los expone constantemente al sol, se causan un daño crónico que se va acumulando, y además de predisponer a un melanoma, se puede dar un envejecimiento prematuro, llamado fotoenvejecimiento, que quiere decir que en la vida adulta aparecerán léntigos solares, manchas obscuras, pecas, las arrugas se marcan más, la piel se hará flácida y delgada.
Los léntigos, explica, son las pequeñas manchas que aparecen en la cara, en el dorso de las manos, que algunos les llaman coloquialmente "flores del panteón", pues se vinculan con la vejez.
"Es un envejecimiento prematuro que se da por la exposición crónica, aunque no se llegue a la quemadura pero siempre va a tener un enrojecimiento en la piel por el sol, entonces hay que evitar desde que nos pongamos rojos y cuando ya la piel se empieza a poner roja, es momento de quitarse de la exposición solar, se le llama dosis mínima de eritema, cuando esto se sobrepasa pues nos va a quemar más la piel", dice Juárez Navarrete.
Dice que de las cosas más sencillas que pueden aparecer son las manchas obscuras en la piel llamadas melasma, que está favorecido por el sol en las mujeres. Las manchas blancas en los niños, conocidas como dermatitis solar hipocromiante, en la piel morena se puede ver mucho esto, dice la experta, así como en la piel que está seca y la toca el sol.
En términos más graves, está el cáncer de piel, el cual "entre más años vivas, más posibilidades tienes de tener uno por la acumulación de la radiación solar en nuestra piel. Es decir, si no nos cuidamos en la infancia, para los 18 años ya hemos recibido el 78 por ciento de la radiación que nos toca recibir aunque en la vida adulta ya no te quemes tanto, por eso es primordial cuidar a los niños".
De éste hay tres tipos: basocelular, espinocelular y el melanoma, y el común denominador entre los principales factores causantes está la luz ultravioleta, aunque también se incluye la herencia.
"Hemos visto los dermatólogos que antes diagnosticábamos a partir de más de 40 o 50 años, y que hoy los vemos tempranamente, los podemos ver a los 40 años, ¿qué quiere decir esto? que hemos incrementado la actividad bajo el sol, que los índices de radiación diarios son más fuertes y que esto está predisponiendo a tener este tipo de cáncer de piel", expresa la dermatóloga.
Pero no todo está perdido, el cáncer de piel que se detecta a tiempo se cura con una pequeña cirugía, no quedan grandes cicatrices, no hay que gastar más, "por eso es bueno difundir la fotoprotección", dice.
Qué hacer cuando te quemas
"Te pones rojo y te arde la piel, por eso es muy importante la lubricación previa a la exposición al sol y el protector solar. Ya que te pasó eso se tienen que usar fomentos con agua fría, usar lubricación. Si la quemadura da ardor y comezón entonces sí se tienen que poner una pomada antiinflamatoria, hoy en día hay cremas en la farmacia que les llaman after sun, tienen generalmente Aloe vera, vitamina E, son cremas que calman estos síntomas", recomienda la especialista.
La también expresidenta de la Academia Mexicana de Dermatología dice que si hay una quemadura en donde pueda haber ampollas, se tiene que acudir al médico, de preferencia al dermatólogo para que pase la quemadura, no dure tanto esta inflamación y la predisposición al cáncer de piel sea menor.
Uso de bronceadores
Algunos de los turistas playeros tienen como uno de sus fines principales conseguir, con ayuda del sol, un tono de piel que consideran más atractivo, por lo que recurren a bronceadores, pero ¿son estos verdaderamente recomendables para la salud?
De acuerdo con la especialista en el tema, los dermatólogos prefieren siempre recomendar el uso de protector solar pero, en caso de que se insista en el uso de una crema bronceadora, lo mejor es que durante los primeros dos o tres días de exposición de use bloqueador y posteriormente ya un bronceador con un FPS más bajo.
Si te quedas en la ciudad
Como mencionó anteriormente, debido a que cada vez hay niveles más altos de radiación, se sugiere utilizar diariamente protector solar de factor 30 si se vive en una ciudad de clima más templado, como el Distrito Federal, así como prestar atención a la información que da a diario el Sistema de Información Meteorológica y Atmosférica (Simat), sí se anuncian índices mayores a 11, ese día no hay que exponerse al sol, si están entre 5 y 7 ya también es peligroso.
Por otro lado, si se visita un destino turístico que no tenga playa pero que obligue a estar expuesto al sol por un largo rato, como visitando ruinas arqueológicas o una montaña, el protector solar debe ser cada cuatro horas, con un FPS 50 +, hidratación de la piel, protegerse los ojos, porque la conjuntiva también recibe la radiación.