Huesera explora la maternidad desde el género de horror, rompiendo estereotipos sobre cómo la sociedad espera que se lleve a cabo y también, a través de un relato más honesto que abre la discusión a las maternidades no deseadas.
Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).- El duelo por la muerte de su madre y la inspiración hallada en una leyenda llevaron a Michelle Garza Cervera a escribir de la mano de Abia Castillo la historia de su ópera prima Huesera, un filme que viaja entre el drama y el terror para hablar sobre la maternidad.
El filme lleva el nombre de la leyenda que la inspiró: la Huesera, que según recoge el libro Mujeres que corren con los lobos de Clarissa Pinkola Estés, es un ser con aspecto de mujer que camina recogiendo huesos de animales muertos que habitaron en el desierto para entonces agruparlos hasta formar un esqueleto completo. A la luz del fuego les da vida y se cubren de piel hasta formar una criatura con aspecto lobuno que culmina su transformación cuando en él caen los primeros rayos de luz.
“Clarissa Pinkola analiza esta leyenda en uno de sus capítulos, y se me quedó muy grabada en mi cabeza. Tiene que ver con esos procesos dolosos y difíciles de ti misma que no quieres ver, que no quieres asumir o que te da terror ir a esos lugares, se quedó en mí. Obviamente la película es muy distinta a la leyenda pero el corazón que tiene que ver con los huesos que son la parte más profunda y que tiene que ver con desenterrar algo de una misma se quedó, y así fue que poco apoco fuimos contrayendo las necesidades particulares de Huesera, pero siempre siguiendo el corazón esta leyenda”, contó la directora Michelle Garza en entrevista con SinEmbargo.
Garza Cervera atravesaba el duelo por la partida de su madre que, explicó, la llevó a pensar en “otros universos”, cuestionarse sobre la maternidad y pensar también en sus abuelas y cómo fue para ellas atrevesarla.
“Estaba muy inspirada por el tema de poder observar a nuestras madres y de entender sus procesos de sacrificio y de perdida de identidad que atravesaron, del silencio y de máscaras que tenían que asumir, y sobre todo, la figura de una de mis abuelas que había sido una mujer que había tomado la decisión de irse de su hogar, y justamente era muy particular para mí entender cómo era lo único que yo sabía de ella, y que me hacia tener una imagen muy malévola de su figura, entonces justamente investigando acerca de mí madre también empecé a entenderla a ella, querer saber su historia y creo que el simple hecho de darle luz a ese tipo de historias es muy necesario”, compartió.
“Entendí que tenía que hacer una película que le diera representación a eso que yo atravesé y que de cierta forma liberó al menos mi entendimiento familiar y fue así que nos pusimos a escribir Abia y yo”
La película de Huesera parte del momento en que Valeria (Natalia Solián) se entera de que está embarazada. A la par que transcurre su embarazo, un miedo comienza apoderarse de ella, que se manifiesta en una entidad siniestra que pondrá en peligro su vida y la de su bebé. Ella tendrá que hacer un viaje a su pasado y hacia sí misma “para encontrar una salida”.
A través de este personaje principal, Michelle Garza explora la maternidad desde el género de horror, rompiendo estereotipos sobre cómo la sociedad espera que se lleve a cabo y también, a través de un relato más honesto que abre la discusión a las maternidades no deseadas.
“Me preocupaba darle luz a personajes, voltear la cámara y ver el proceso de una mujer a través de esta decisión, de sumir esta vida, y de darle luz a esas emociones que, usualmente, porque llega otro ser vivo parecen que no tiene lugar o no hay forma de voltearlas a ver, como que están canceladas porque vienen cargadas de culpa, de reclamos. A las madres se les culpa de todos los males del mundo y para mí era darles un poco de amor, porque creo que hay mucho ahí que está silenciado, y que no tendría porqué estarlo porque es válido lo que sientes. No significa que estén arrepentidas, que odien a sus hijos, que la película sea antinatalista”.
“Sí hay una imposición social de querer cumplir con un rol como de la virgen, como esta imagen sagrada, protectora, siempre buena que es inhumana, y que si la queremos llenar vamos a tener frustración toda la vida porque no va de acuerdo a habitar un cuerpo humano, tratar de ser una súper mujer maternal, perfecta todo el tiempo, obviamente va a ver un conflicto brutal si tratamos de llenar esas expectativas”, señaló la cineasta.
Huesera centra su atención en el papel de Valeria y su camino entre la duda y confusión, pero también explora, por medio de sus otros personajes femeninos, el hecho de ser mujer y la exigencia que recae en ellas socialmente sin perder el tono terrorífico que también se ve desarrollado entre rituales de brujería y creencias tradicionales.
“Yo creo que el horror justo lo que hace tan generoso es que te permite inspeccionar en un peonaje en particular que está atravesando una crisis psicológica, en el caso de Huesera, porque sí es terror psicológico. Eso es lo que me encanta del género, que todo lo que aparentemente está bien ante una situación social, probablemente haya alguien ahí, que en este caso es nuestra protagonista, que no está sintiendo lo mismo, que esas emociones a mí me preocupa hacerlas validas. Nosotros en la película les dimos representación con todo lo horrífico y con la identidad siniestra que está en Huesera, por eso me pareció tan acertado, realmente creo que queríamos dibujar un mundo color pastel, que en realidad no se siente así. Me parecía que por eso era tan acertado”.
El filme, que llegó a la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) obteniendo el premio del público, se estrenó el pasado fin de semana logrando acumular hasta ahora 214 mil asistentes, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canancine) que la colocó en el quinto lugar de la taquilla por debajo de cintas como Ant-Man and the Wasp Quantumania, The Whale, Gato con Botas 2 y, Las Momias y El Anillo Perdido.
“La verdad es que sí está siendo muy emocionante, ha sido un recorrido muy largo, pero que se ha sentido orgánico, y ha sido paso a paso. No teníamos idea que íbamos a llegar tan lejos, yo todo lo he sentido como un regalo, este tal vez sí ya es el regalo más grande al llegar a tantas salas en nuestro país”, culminó.