Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo/EFE).– Las incautaciones de heroína en la frontera entre México y Estados Unidos se dispararon en cinco años (de 2008 a 2013) más de 320 por ciento, informó este día la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU en su informe de 2014.
La Junta también alertó que el tráfico de metanfetaminas mexicana hacia el norte se ha disparado en estos años. Michoacán y Guerrero, dos estados con crecientes conflictos sociales y de seguridad, son dos de las entidades que más producen tanto goma como drogas sintéticas.
La mayor parte de la heroína que es vendida en Estados Unidos proviene de México, donde las incautaciones de esta droga, de goma de opio y de semillas de amapola han aumentado enormemente en un corto período de tiempo, refiere un análisis de InSight Crime, grupo dedicad0 al estudio del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.
Pero no sólo las incautaciones han subido; también la producción y distribución.
"En general, en Estados Unidos estamos observando que hay un aumento enorme de heroína producida en México, a tal punto que creemos que ha eclipsado a Colombia”, dijo Rusty Payne a la organización, vocero de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus iniciales en inglés), en febrero pasado.
Payne dijo que los carteles mexicanos han encontrado importantes ganancias en el tráfico de heroína hacia Estados Unidos. “Estos criminales son verdaderos empresarios. Lo que les interesa son las ganancias y cuando ven el aumento exorbitante de la demanda de heroína en Estados Unidos, se acomodan al cambio”, comentó.
Días antes, el 3 de febrero, William Brownfield, subsecretario para Asuntos Antinarcóticos y de Procuración de Justicia del Departamento de Estado de EU, reconoció en un mensaje a medios que existe un incremento importante de la producción de amapola y heroína en México, situación que calificó como "crisis".
“Crisis es la palabra correcta para hablar de la situación que ya tenemos en términos de la producción de la exportación y el consumo de heroína en nuestro continente, y me refiero en este momento a los tres países de América del Norte, Canadá, Estados Unidos y México. Creo que la crisis refleja la realidad de un número que está subiendo dramáticamente en áreas en las que no hemos tenido la misma colaboración en años pasados, en términos de heroína, y que habíamos tenido en cocaína y metanfetaminas, y esta crisis merece los esfuerzos de los gobiernos de México y Estados Unidos, y francamente de nuestro tercer socio, Canadá”, dijo Brownfield.
De acuerdo con el análisis de InSight Crime, la disminución de los precios de la marihuana y la creciente demanda por goma de opio han ocasionado que los agricultores a lo largo de la costa Pacífica de México encuentren su fuente de ingresos en el cultivo de amapola, "y de esta manera fortalecen el multimillonario comercio del opio en el país".
MÁS DROGAS, MÁS INCAUTACIONES
El reporte difundido hoy en Viena refiere que en México, EU y Canadá se redujeron las incautaciones de cocaína un 44 por ciento entre 2007 y 2012, hasta las 109 toneladas.
La Junta Internacional dijo que la caída en la producción de esta droga en Colombia junto a la "intensificación de la actuación de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en México" ha llevado a que los precios en EU hayan subido un 54 por ciento entre 2006 y 2012, desde los 121 dólares por gramo a 186 dólares
Por el contrario, dice el informe, "la fabricación de metanfetamina en México ha aumentado, y los Estados Unidos siguen siendo el mercado más grande de esa sustancia".
"Las incautaciones de metanfetamina en la frontera de EEUU y México han aumentado notablemente, de poco más de 2 toneladas en 2008 a más de 10 toneladas en 2012", lo que ha causado que los precios de esa droga hayan bajado en más de un 70 por ciento desde 2007.
En cuanto a los decomisos de heroína, se dio a conocer que han aumentado entre 2008 y 2013 más del 320 por ciento en la frontera entre México y Estados Unidos, aunque la JIFE no ofrece más detalles sobre las cifras totales ni sobre el origen de esa droga.
Sobre la cannabis, la droga más consumida en América del Norte, se dio a conocer que se incautan "más de un millón de kilos" cada año en la citada frontera.
El informe destaca que México ha emprendido varias iniciativas legislativas para aumentar los controles sobre ciertas sustancias como los cannabinoides sintéticos y combatir la desviación de precursores utilizados para fabricar cocaína y drogas sintéticas.
"La Junta encomia al Gobierno de México por mantener una función de liderazgo en América Latina en el ámbito de la fiscalización de precursores y en la investigación de los delitos relativos a la fabricación y la venta de drogas de síntesis, el decomiso y la eliminación de las sustancias químicas empleadas en la fabricación de esas drogas y el desmantelamiento de laboratorios clandestinos", indica el informe.
También se elogian las "medidas adoptadas por el Gobierno para impedir la fabricación y el tráfico ilícitos de drogas en el país".
Entre éstas, se encuentran la erradicación de grandes cantidades de cultivos ilícitos de cannabis y adormidera, el desmantelamiento de laboratorios donde se fabricaba heroína y la realización de investigaciones para detectar a personas y grupos delictivos.
"El objetivo de esas actividades era impedir que se cometiesen delitos, prestar asistencia en las investigaciones penales, contribuir a la disolución de los grupos delictivos organizados y reducir la violencia conexa", sostiene la JIFE.
Por el lado contrario, el informe observa "con preocupación" el limitado progreso que se ha hecho sobre "la disponibilidad de estupefacientes y de sustancias psicoactivas para fines médicos".
"En México la disponibilidad de estupefacientes y sustancias sicotrópicas con fines médicos sigue siendo baja, lo que limita el acceso que tienen a esas drogas los pacientes con necesidades terapéuticas legítimas", indica la Junta, que alienta al Gobierno mexicano a tomar medidas para cambiar esa situación.
La JIFE también reconoce que México ha hecho cuantiosas inversiones para ofrecer tratamiento a drogodependientes en una red de centros que cuentan con psicólogos, médicos y asistentes sociales.